La más reciente columna de la periodista Claudia Palacios es una triste reflexión sobre la enfermedad que padece su madre, alzhéimer, y que la ha llevado incluso a desear su muerte -como tituló-. “Hace años empecé a pedirle a Dios que se llevara a mi mamá de este mundo, o mejor, que se la terminara de llevar, pues el alzhéimer ya se llevó todo lo que ella decidió ser, que es justamente como vale la pena vivir: DECIDIENDO SER”, dice en uno de los párrafos de su relato.

La periodista y presentadora contó que uno de los mayores temores, siendo niña, era justamente perder a sus padres. Y relata la manera como su madre pudo trabajar desde temprana edad para mantenerlos y criarlos. “La mujer que empezó a trabajar a los 14 años para sacar a su familia de la pobreza, la que soportó en silencio el maltrato del padre de sus hijos para que tuviéramos un papá presente; la que dejó a ese hombre violento cuando la golpeó delante nuestro, para no darnos mal ejemplo; la que con sus propias manos pegó los ladrillos de la casa en la que nos puso a vivir mejor que cuando estaba casada (…)”, escribió.

Y detalló que cada vez que pierde un recuerdo, una de sus facultades, se vuelve un duelo, “(…) la que cuando se enfermaba se ponía de mal genio porque odiaba estar limitada; la que seguía trabajando sin necesidad porque no quería depender de los hijos; la que cuando recibió el terrible diagnóstico decidió que no tenía nada y, por ende, rehusó tener cuidadores, acatar instrucciones o aceptar prohibiciones… esa mujer llena de carácter, de energía, de proyectos se fue yendo lentamente. Cada pérdida de una de sus facultades ha sido una muerte…”.

La columna de Palacios resalta la decisión de Yolanda Chaparro, una mujer de 71 años que sufría de esclerosis lateral amiotrófica (ELA), una enfermedad degenerativa que afecta las células nerviosas y que con el tiempo hace que los músculos dejen de funcionar, que luego de tutelas logró que se le aplicara la eutanasia el pasado mes de mayo.

Ante el temor de perder a los padres, Palacios compartió: “¡Cómo haber imaginado entonces que un día iba a querer que mi mamá muriera! Eso, que es lo que siento hoy, me ha costado mucho tiempo aceptarlo, pero ahora siento incluso la necesidad de compartirlo”. Y resaltó, “me inspira a hacerlo la valiente Yolanda Chaparro, quien hace unos días recibió la eutanasia, y cuyo legado –espero– será aún mayor cuando la Corte resuelva la tutela en la que ella pidió eliminar el requisito de que para pedir una eutanasia un médico debe certificar que quedan menos de 6 meses de vida o que la persona está muy deteriorada”.

Escribió la periodista que cada uno de los duelos que representa cada pérdida de recuerdo, “me consuelo pensando que alguien así de grande tiene que morir muchas veces para que de verdad muera”.

Detalló que se cuestiona la razón por la que permite que su madre “esté atrapada en ese cuerpo rígido y débil”. Y recordó que “no dejó por escrito su voluntad de morir dignamente, pero recuerdo como si fuera ayer cuando ella le decía a Dios ‘llévate a Sirleycita’, una tía que tenía cáncer. Este, solo uno de mis recuerdos sobre su concepto de lo que es vivir, es suficiente para tener la certeza de que morir dignamente es lo que ella hubiera querido”.

Y por la situación de su mamá, hizo el llamado al Ministerio de Salud “a que cumpla con los dos fallos de la Corte que le han ordenado que modifique la resolución 1215 de 2015, en la que restringió el uso del consentimiento sustituto para aplicar la eutanasia”.