El funeral de Vicente Fernández dimensionó la devoción por su figura, la de un auténtico ídolo de pueblo, que incluso llevó a algunos a tomar un avión a México tan pronto supieron de su partida.
Entre los miles que desfilaron ante del féretro estaba la colombiana Gabriela González, que no dudó en tomar un vuelo el domingo desde Bogotá a Guadalajara, Jalisco (oeste de México) para despedirse de Chente.
“Estamos aquí solamente por acompañar a México en este duelo tan terrible”, dijo a la AFP González, profesora de primaria de 58 años, que viajó con otras cinco personas.
Amante de las emotivas interpretaciones del Charro de Huentitán, quien murió el domingo a los 81 años, la colombiana no descansó hasta llegar al rancho Los Tres Potrillos, propiedad de la familia Fernández.
Las exequias se cumplieron en una arena construida por iniciativa del cantante, quien no pudo recuperarse de una caída en su hacienda en agosto pasado.
Vicente era “una gran persona, sus canciones tienen mensajes hermosos, algo que no se escucha en la música de hoy”, señala González.
Las honras fúnebres volvieron a colmar por segundo día el centro de espectáculos VFG, en las afueras de Guadalajara, donde el lunes se celebró una misa de cuerpo presente con la familia y amigos del ganador de tres premios Grammy y nueve Grammy Latino.
Según autoridades locales, asistieron más de 116.000 personas durante las varias horas que duró la despedida.
Tras la misa, el popular cantante Alejandro Fernández, su hijo, interpretó ante el féretro Volver, volver, una de las canciones más célebres del artista y quien según medios había pedido fuera interpretada en el funeral.
“Despídanlo con un aplauso”, llamó Monseñor Oscar Sánchez Barba, amigo de la familia que ofició la ceremonia religiosa, lo que puso de pie a miles de asistentes.
Bendición
Vicente era considerado el último gran ídolo de la música ranchera, cuyas letras narran historias de despecho y la vida campestre.
“A toda la gente que está aquí, a todas las personas que nos están viendo, que pidieron, mandaron bendiciones, mandaron decir misas, rezaron (...) yo les mando la bendición con todo mi corazón”, expresó conmovida María del Refugio Abarca, esposa de Chente.
Acompañada de sus cuatro hijos y sus 11 nietos, Abarca montó una guardia de honor frente al féretro donde yacen los restos de quien fue el amor de su vida.
La admiración y gratitud por el rey de los mariachis llevó a la mexicana Olivia Zúñiga a viajar desde Orlando (Florida, Estados Unidos) donde reside hace 30 años a Guadalajara, de donde es originaria.
“¡Hasta siempre mi Chente!”, se leía en un cartel sostenido por Zúñiga, que era acompañada por su esposo y sus dos hijos. Muchos entre la multitud se quebraron por el llanto cuando el féretro con el cuerpo del cantante dejó la arena.
La oficina de representación de la familia Fernández confirmó a AFP que los restos de Vicente Fernández permanecerán en el rancho Los Tres Potrillos a petición de su esposa e hijos.
*Con información de la AFP.