Atrás quedó la Clara Chía escurridiza y atemorizada que los medios empezaron a acechar el pasado septiembre, cuando salió por primera vez una imagen de ella junto al deportista Gerard Piqué, confirmando que ella era la nueva dueña del corazón del exfutbolista, a tan solo meses de haberse generado toda una revolución mediática con el anuncio de la separación oficial y definitiva entre el español y la cantante colombiana Shakira.
Al inicio de todo el escándalo, Clara solo había sido captada por los paparazzi con una melena rubia desenfadada y una cara muy juvenil, que dejaba entrever su poca edad y un cuerpo engalanado por vestidos muy sobrios que denotaban más sencillez que sensualidad, siempre tratando de esconderse detrás de los 1.94 metros de altura de Piqué y su enorme espalda.
Luego estallaron los éxitos musicales de Shakira revelando sentimientos ocultos que generaron la tusa por Piqué, y Clara Chía fue quedando cada vez más en el centro de atención, pues cada canción era más dura que la anterior y cuando salió Session # 53 de Bizarrap junto a la barranquillera no hubo vuelta atrás, pues la misma colombiana se encargó de que el mundo jamás olvidara su nombre.
Ahora, cabe destacar que desde siempre se ha pensado que Chía habría sido el tercero de la discordia entre la relación de Shakira y Piqué. Incluso la misma cantante colombiana dio a entender que su relación terminó por una infidelidad que ella descubrió a través de su refrigerador, que cada vez tenía menos mermelada de la que solo ella consumía y al parecer era la “amante” de Piqué la responsable.
Eso se lo adjudicaron a Chía sin ningún tipo de prueba o confirmación al respecto. Además, con frases como: “clara-mente es igualita que tú”, Shakira ratifica esta teoría de sus fanáticos, dejando a la española sin más remedio que asumir la nueva fama que tiene como uno de los precios a pagar por tener el corazón del deportista.
El momento del “antes y después” de la imagen de Clara Chía ante los medios fue la foto que publicó Piqué en su cuenta de Instagram con ella, confirmando su amor y en el que la española ya no aparecía con su pelo al natural y su cara circular, ahora ostenta un rostro con facciones y pómulos marcados, labios prominentes, un cabello rubio ondulado y debidamente cepillado, con un maquillaje tenue y una sonrisa de mucha confianza.
Esto se trasladó a todas las apariciones públicas que ella hacía junto a su novio y ahora la silueta de la catalana estaba a la orden del día, pues sus jeans ajustados, las blusas diminutas y sus chaquetas de cuero y textil grueso le empezaron a dar una imagen de mujer fuerte, empoderada, decidida y sin miedo al éxito.
Con solo ver la entrada de Clara y Piqué al pasado concierto de Coldplay en Barcelona se puede entrever que la española ya no le teme a los paparazzi y fotógrafos que los acechan día y noche, pues ahora hasta les sonríe y aprovecha que tomen su mejor ángulo para todos los portales, magazines y hasta memes en los que está segura saldrá minutos más tarde.
Por otro lado, ya hay una segunda foto de ella en el Instagram de Piqué y es muy similar a la anterior, con la única novedad que ahora Piqué aparece sin camisa y ella con un suéter muy doméstico, lo que da a entender que los dos están muy ocupados en disfrutar su intimidad y no le ponen atención al revuelo mediático que siguen generando o en el que quedan envueltos con cada movimiento de Shakira, como el que hizo hace un par de días de forma sorpresiva a Barcelona para entregarle los niños a Gerard y acompañar a Lewis Hamilton en el Gran Premio de la Fórmula 1.