Laura Acuña es una de las presentadoras más recordadas en la historia de la televisión colombiana gracias a su paso por la sección de farándula de ‘Noticias RCN’ y por hacer parte del magazín mañanero Muy buenos días, conducido por el desaparecido Jota Mario Valencia y quien era uno de los amigos más cercanos a la bumanguesa.
Esta amistad no solo se daba para tener un colegaje y una sincronización perfecta delante de las cámaras, sino que también funcionaba porque Valencia era una voz de la experiencia para Acuña y en muchas ocasiones fue él quien guio a Laura en diversas situaciones de su vida privada, logrando convertirse en un mentor para la presentadora, quien le debe mucho de su evolución en la televisión al presentador.
Entre muchas de las cosas en las que Jota Mario le ayudó a Laura estuvo una que terminó siendo determinante para la salud de la bumanguesa, quien en cierto punto de su vida se sintió insegura con su cuerpo y dados los ejemplos de sus colegas, se empezó a interesar en un procedimiento estético que en su momento se veía efectivo, pero que nadie sabía que se convertiría en una enfermedad peligrosa que tiene a muchas famosas hoy en día pasando regularmente por el quirófano.
Se trata de los biopolímeros, a los que Acuña iba a recurrir años atrás y no lo hizo gracias al “vaciadón” que Jota Mario le “pegó”, pues a su pensar la presentadora no necesitaba de ningún volumen en ninguna parte de su cuerpo dada su contextura única, razón por la cual Laura decidió hacerle caso a él y no a la persona que se lo estaba recomendando.
“Yo conocí ese tipo de procedimientos por una persona que yo tenía cerca y que me decía que eso era lo más maravilloso del mundo, no un médico, sino una persona que ya se los había hecho y la verdad es que uno miraba y sí veía los resultados, entonces uno decía ‘claro, el cambio es total’”, contó la presentadora explicando cómo se iba animando a inyectarse biopolímeros.
Sin embargo, vino la intervención de Valencia y todo cambió. “Yo esa tarde iba a ir y Jota me llamó y me dijo: ‘mira, te voy a decir una cosa, tú eres una mujer que se diferencia de las demás porque tú tienes una contextura muy particular. Tú eres una vieja flaca, alta, tú tienes otra contextura, no quieras ser la de la cola más grande, tú no tienes esa contextura ni en tu cara ni en tu pelo ni en nada, te vas a ver rarísima, porque Dios te mandó así y así te hizo”, relató la bumanguesa.
Acto seguido, Laura dejó la idea de inyectarse biopolímeros y así fue como evitó un veneno para su salud que hoy famosas como Jéssica Cediel, Lina Tejeiro, Yina Calderón, Elizabeth Loaiza, Marcela Reyes y muchas más están padeciendo y atacando con cirugías supremamente invasivas, en las que tienen que hacerles incisiones gigantes y cortes profundos para extraer las bolas de esta sustancia que se les han regado por todo el cuerpo.
Acuña aún le agradece a su fallecido amigo por el “regaño” tan oportuno que le dio en esa ocasión y aprovechó el momento en que contó esta anécdota para concientizar a todas las mujeres que la siguen de no aplicarse nada en su cuerpo y no dejarse inyectar ninguna sustancia para aumentar el tamaño de su cola o sus senos, pues tal como sucedió con los biopolímeros, en unos años esas sustancias que hoy dicen ser “cero peligrosas”, pueden terminar siendo la peor pesadilla de sus vidas y un viaje que no tiene retorno.