Hace varios meses los curadores del Museo Metropolitano de Nueva York iniciaron una rigurosa búsqueda de varias obras de Vincent Van Gogh para incluirlas en una exposición sobre el impresionismo. Cuál no sería la sorpresa de los funcionarios cuando se enteraron de que el Retrato del doctor Gachet, el famoso cuadro por el que el millonario japonés Ryoei Saito pagó 82,5 millones de dólares, había desaparecido. Según un rumor, el excéntrico coleccionista, que falleció en 1996, no quiso encartar a sus herederos con los gastos del cuadro (pagó 24 millones de dólares en impuestos) y decidió que la obra fuera incinerada con él. Esta hipótesis no ha convencido del todo a los curadores, quienes guardan la esperanza de que Saito se haya arrepentido antes de morir y en vez de quemar la pintura la haya vendido a algún coleccionista.