Por estos días, hay un tema común entre las personas: los Juegos Olímpicos de París 2024, que iniciaron este 26 de julio con una ceremonia de inauguración en la que hubo música, cultura y miles de deportistas que llegaron para representar a cada país.
Uno de los actos que más de uno espera del evento es el tradicional relevo de la antorcha olímpica, que se realiza desde meses antes de la apertura de los juegos y para el que participan toda clase de personalidades.
Una de las que tuvo el honor de portar la antorcha fue Mínima Gesté, una conocida drag queen francesa de 33 años, quien desde que fue anunciada para llevar a cabo esta actividad despertó mucha polémica.
Su participación se dio en el marco de los valores que los organizadores de París 2024 quieren promover como reflejo de una sociedad moderna y abierta, resaltando la inclusión y la diversidad.
“Hace 10 años habría sido inimaginable”
En su momento, la Alcaldía de París explicó que escogió a Mínima Gesté como relevista “para ayudarle a transmitir su mensaje de amor, de apertura y de igualdad”.
Ante el anuncio, Gesté manifestó lo orgullosa que se sentía por esta hazaña: “Uno de los mensajes que quiero transmitir es el orgullo de mi comunidad porque hace diez años, que una drag queen llevara la antorcha, habría sido inimaginable”.
La actividad se realizó el pasado 14 de julio, cuando Mínima Gesté hizo historia, al ser la portadora de la antorcha olímpica frente a cientos de asistentes que hicieron parte del evento.
En ese momento, las reacciones fueron tan positivas como negativas, aunque adquirieron una connotación peyorativa y política que llevaron a la alcaldesa de París, Anne Hidalgo, a condenar tales declaraciones como “homófobas y tránsfobas” contra la drag queen Minima Gesté.
El video de presentación de Minima Gesté “fue blanco de muchas declaraciones homófobas y tránsfobas que la ciudad de París condena sin reservas”, indicó Hidalgo en un comunicado.
Agregó la regidora franco-española: “Sí, estoy orgullosa, y sí, París está orgullosa de que una drag queen porte la llama y, por tanto, valores de paz y de humanidad”.
De ahí que la alcaldesa, que señaló entonces a la fiscalía los comentarios que podrían constituir un delito, indicó que la ciudad apoyaría a Minima Gesté en sus eventuales acciones judiciales contra “este acoso digital, especialmente difundido por medios de extrema derecha”.
El tinte político
Con una polémica de tinte claramente ya político, Hidalgo se refería a Marion Maréchal, candidata a las elecciones europeas de junio por el partido ultraderechista ¡Reconquista!, que calificó de “persona vulgar e hipersexualizada” a la drag queen y que cuestionó que sea una “buena manera de representar a Francia” en el mundo.
Desde otra orilla, la de algunos creyentes, especialmente católicos, implicó una “falta de respeto”.
Pero al parecer, ya calmados los ánimos y con la inauguración de los Juegos Olímpicos ‘a la vuelta de la esquina’, la polémica menguó. Y aunque en ese momento Minima Gesté recibió mensajes de apoyo, este 26 de julio las voces de rechazo surgieron una vez más.
La incendiaria polémica
En la coyuntura de la ceremonia de inauguración de los juegos, las imágenes del 14 de julio se han vuelto a viralizar en la red, recibiendo toda clase de mensajes en los que critican su participación.
Así se ha podido ver en la plataforma X, donde usuarios han llegado a dejar opiniones homófobas y transfóbicas, como: “La antorcha olímpica recorrió París en manos de dos hombres”; “Porque la inclusividad esa siempre es quitar a una mujer para poner a un varón”; “Es una burla de mal gusto para todas las mujeres que la drag #MínimaGesté nos sustituya portando la antorcha olímpica”.
Y así como hubo críticas, hubo otros internautas que halagaron su participación, mientras otros recalcaron diferencias conceptuales como: “A muchos les está ardiendo que Mínima Geste cargó la antorcha olímpica y se enojan de que la agenda trans les está arruinando las olimpiadas, cuando es la Drag Queen más famosa de Francia y no es trans”.
No es la única polémica: ‘La última cena’, de Leonardo da Vinci, en los Olímpicos
La convergencia del arte y el deporte no es un fenómeno nuevo, pero pocas veces ha generado tanta controversia como la representación de La última cena, de Leonardo da Vinci, durante los Juegos Olímpicos de París 2024.
La ceremonia de apertura decidió incorporar una representación moderna de La última cena. La escena fue dramatizada por un grupo de actores drag queen, quienes interpretaron a los apóstoles y a Jesús en una mesa que evocaba el célebre fresco de Da Vinci.
El objetivo era celebrar tres aspectos convergentes: la diversidad del arte, la música y las orientaciones sexuales.
La representación generó reacciones polarizadas. Por un lado, defensores de la comunidad LGBTQ+ y partidarios celebraron la puesta en escena, viéndola como “un mensaje de aceptación y diversidad”. Argumentaron que esta representación rompía estereotipos y fomentaba una visión más inclusiva de la sociedad.
Por otro lado, sectores conservadores y religiosos expresaron su descontento. Algunos consideraron la actuación como una “falta de respeto” hacia una imagen sagrada y un símbolo importante para la fe cristiana.
Las críticas se centraron en la supuesta “blasfemia” y el “menosprecio” por las tradiciones religiosas, acusando a los organizadores de apropiación cultural y de ofender las creencias de millones de personas en todo el mundo.
La controversia también abrió un debate más amplio sobre el papel del arte en la sociedad. Para muchos, el arte siempre ha sido un espejo de los tiempos, una herramienta para cuestionar y reflexionar sobre la realidad social y cultural.
En este sentido, la representación de La última cena con actores drag, para algunos, puede ser vista como un “reflejo de las luchas” y “logros de la comunidad LGBTQ+”. Sin embargo, independientemente de la intención de Leonardo da Vinci, es una pieza de arte icónica para los cristianos, quienes estallaron las redes sociales con su indignación.