Cuando la reina Isabel se enteró de que iba a ser la próxima reina de Inglaterra, hacia los diez años, su hermana menor, la princesa Margarita, le dijo: “poor of you” o “pobre de ti”. Ocho décadas después, era su bisnieto George, príncipe de Cambridge, quien recibía la misma noticia, que seguro ha transformado su infancia por completo.
Así lo cuenta Robert Lacey en la actualización que acaba de lanzar de Battle of Brothers, volumen sobre la trifulca entre los príncipes William, duque de Cambridge y padre de George, y su hermano Harry, duque de Sussex.
Lacey, uno de los biógrafos más conocidos de la realeza, asegura en su libro que William y su esposa, Kate Middleton, se abstuvieron de hacerle algún comentario a su primogénito sobre su puesto número tres en la línea de sucesión al trono, porque querían que tuviera una crianza lo más normal posible.
Así, los duques de Cambridge siempre han procurado no consentirlo demasiado y han advertido en el colegio que no debe recibir trato de favor por ser el futuro monarca de Gran Bretaña e Irlanda del Norte.
William creyó que esa era la mejor manera de asegurar que la monarquía siga siendo relevante y adaptada a los tiempos modernos, escribe Lacey.
Pero cuando se acercaba su séptimo cumpleaños, en 2020, decidieron que ya era conveniente decírselo y se propusieron además hacerlo en un momento controlado y elegido especialmente para ello.
El biógrafo, autor también de libros sobre la reina Isabel y Grace de Mónaco, le explicaron a su hijo su porvenir en términos de “una vida de servicio y deber” y lo que ella implicará.
Este gesto, sugiere el escritor, es una muestra de lo insatisfecho que se siente William acerca de la manera en que él mismo supo que será rey.
Lacey además cree que, así las cosas, George no era consciente del momento que estaba protagonizando cuando posó con su padre, su abuelo y la reina Isabel, en diciembre de 2019, pues tenía seis años. La foto es histórica, ya que juntó a cuatro reyes británicos, tres de ellos presuntos, en una solo imagen, algo que no sucedía desde la época de la reina Victoria, tatarabuela de Isabel, en el siglo XIX.
Con los años, George habrá de comprender por qué a veces recibe unas consideraciones distintas a las de sus hermanos, los príncipes Charlotte y Louis, a pesar de los esfuerzos de sus padres por tratarlos con equidad. A menudo, por ejemplo, es apartado de ellos para pasar tiempo con Isabel y Carlos.
Hoy, este comportamiento no está exento de críticas. Quienes conocen a Harry, creen que parte de su trauma también se originó al ver cómo William tenía acceso a cosas que él no.
En la casa real británica, esa distinción para con los herederos es una tradición muy arraigada y otros biógrafos han contado que si bien era una bisabuela cariñosa, la fallecida Reina Madre no disimulaba que prefería a William por su condición, sobre sus demás bisnietos, incluido Harry.
Como tercero en la línea de sucesión, George debería reinar después de la reina, Carlos y William, es decir, en un tiempo no menor a unos 50 años. Aunque los británicos siguen siendo muy apegados a la monarquía, está por verse si la institución resiste hasta verlo coronarse como George VII.
El principito nació el 23 de julio de 2013, tras largas semanas de expectativa, en las cuales una multitud de reporteros gráficos duraron apostados día y noche a las puertas del ala Lindo del St. Mary’s Hospital, donde también nacieron William y Harry.
Como nieto mayor del heredero al trono, tiene derecho a ser llamado príncipe, pero la reina además le concedió el título de príncipe de Cambridge.
Justo por ese deseo de que sea un niño normal, William y Kate dejan ver muy poco a George en público, así que cada vez que ello sucede, salta a las primeras planas.
Así acaba de suceder durante el partido de Inglaterra contra Alemania, en la Eurocopa, al cual el pequeño asistió con sus padres vestido de traje y corbata, en lo que ha sido su más reciente comparecencia ante la gente y los medios.