El estreno de El padrino sucedió el 24 de marzo de 1972, después de que la producción pasara por muchas dificultades. Paramount Pictures quería una historia vendedora, barata y efectiva, y para eso buscó a un director joven que fuera maleable. El elegido fue Francis Ford Coppola, de 29 años, bueno pero inexperto, y a quien el libro de Mario Puzo no le había parecido gran cosa.
Coppola, que era la tercera opción de Paramount, en lugar de una cinta efectiva y taquillera, hizo un drama lento de tres horas, muy extenso para los estándares de la época. Además, se enfrentaría a producciones que prometían ser éxitos de taquilla como La aventura del Poseidón.
En el estudio eran pocas las expectativas sobre la posibilidad de que la cinta superara a la tragedia del Poseidón. El temor de Coppola era enorme, pues solo escuchaba malos comentarios sobre la cinta: era larga y aburrida. Pero contra todos esos pronósticos, el drama lento sobre la familia Corleone se montó en la cima de las listas de éxitos de taquilla. Y no solo eso, fue muy aclamada por los críticos en su momento.
Aún hoy, 50 años después del estreno, es considerada la mejor película de todos los tiempos y sigue inspirando historias exitosas sobre la mafia. Algo similar había sucedido con el libro en el que se basa la película, escrito por el italoamericano Mario Puzo, de entonces 45 años, quien, agobiado por las deudas y tras varios fracasos, quería escribir una obra pensando más en las ventas que en la calidad.
Eran mediados de los años sesenta y sus editores le propusieron que escribiera sobre el mundo de los gánsteres, una veta con gran potencial. Aunque poco convencido, él les hizo caso y creó un drama familiar que profundizó con detalle en la estructura de la mafia. Pero cuando presentó el manuscrito, lo rechazaron y, frustrado, engavetó el documento. Hasta que G. P. Putnam’s Son, una de las editoriales más grandes del país, le dio un anticipo para que acabara la historia. El 10 de marzo de 1967 salió a la venta el libro El padrino y el éxito fue inmediato: en pocos días encabezó las listas de ventas en los Estados Unidos y durante 67 semanas estuvo en la de los más vendidos del diario The New York Times.
Coppola, quien estaba cerca de la quiebra, al igual que Puzo cuando escribió el libro, no quería hacer la película, pero reconsideró la oferta por necesidad. Además, en la segunda lectura del libro vio el potencial de la historia: un padre con tres hijos, cada uno con un rasgo suyo heredado. Al aceptar, escritor y director se sentaron a redactar el guion a dos manos, y juntos lograron desarrollar el drama alrededor de la familia Corleone, liderada por Vito, el patriarca, y en el que sus hijos Sonny, Fredo y Michael compiten por recibir las riendas de la familia. Como sucede pocas veces en la industria cinematográfica, la película resultó mejor que el libro y de esa manera El padrino pasó de best seller a obra de arte.
Paul Greengrass, aclamado director británico y cerebro detrás de la saga de Jason Bourne, le dijo a The New York Times que considera la cinta “la más grande obra de arte del cine moderno” y una que ha inspirado a muchos directores. Para él y otros más, el ADN de El padrino está en series como The Sopranos, que significó un punto de quiebre en la televisión a finales de los noventa. Pero también tiene su impronta en The Wire, Mad Men, Breaking Bad e incluso en la exitosa serie Succession, que se transmite actualmente por HBO y que cuenta la vida de un magnate de los medios y la competencia de sus cuatro hijos por sucederlo.
El éxito de El padrino, según los expertos, radica en que, hasta ese momento, de la mafia italiana en Estados Unidos solo se sabía que eran matones que hablaban un inglés raro y no se vestían muy bien. Además, era acusada del asesinato de John F. Kennedy.
En la cinta El padrino, aunque aún eran mostrados como mafiosos, Puzo y Coppola lograron darles cierto contexto humano. En una entrevista a la revista Playboy en 1975, Coppola lo explicó así: “Si hiciera una película de Hitler y consiguiera que un actor carismático lo interpretara, la gente diría que estaba tratando de mostrarlo como un buen ser humano. Pero no. Lo que sucede es que en la vida el mayor mal lo hacen los seres humanos cuerdos. Por eso mi punto es que no se puede hacer una película sobre cómo es una familia de la mafia sin mostrarlos bastante humanos”.
Sofía Coppola, hija del director, quien ha seguido los pasos de su padre, señaló al diario neoyorquino que su padre se enfocó en detalles que enriquecen la historia. “Se ve auténtica porque mi padre conoce la familia italoamericana”, explicó.Después de El padrino, Coppola hizo otra gran película, Apocalypse Now, que se estrenó en 1979.
En la década de los noventa, al darse cuenta de que no haría otra película comercial o creativa como El padrino o Apocalypse Now, se retiró de la industria para producir vino en California. Hoy se siente satisfecho de haber hecho dinero y de que lo mencionen entre los grandes directores de los años setenta. Aun así, pronto regresará con una ambiciosa epopeya de ciencia ficción llamada Megalópolis, en la que participan Cate Blanchett, Michelle Pfeiffer y Zendaya.
Puzo, por su parte, murió el 2 de julio de 1999 y su obra hoy es un referente gracias a la película. Irónicamente, muchos la han visto una y otra vez, mientras que, en comparación, pocos leyeron la novela original.La cinta ha servido de referencia de muchos presidentes, artistas y del público en general. Frases de Vito Corleone, interpretado por Marlon Brando, son leyenda: “Voy a hacerte una oferta difícil de rechazar” o “La venganza es un plato que se come frío”. Lo mismo sucede con la legendaria frase “No insulte mi inteligencia”, de Michael (interpretado por Al Pacino).
Precisamente la dice en la escena más vista de la película en YouTube, aquella en la que manda a asesinar a Carlo, el esposo de su hermana Connie. Es una escena magistral de intensa calma, que se logra gracias a la dirección de Coppola y a la maestría de Pacino, quien se consagró como actor en ese papel a la edad de 32 años. La influencia de la cinta en la vida cotidiana hoy se ve por todos lados. Hay una cadena de pizza conocida como El padrino, y también un juego de video, así como una serie de televisión. El éxito fue tal que los estudios Paramount decidieron explotarla teniendo en cuenta que en la primera no se cubrió una gran parte del libro, como la infancia de Vito Corleone.
En 1974, Coppola y Puzo escribieron el guion de El padrino parte II, protagonizada por Robert De Niro, y lograron el segundo milagro: la secuela resultó tan buena como la primera, y para algunos aún mejor. La crítica los alabó, el público enloquecido llenó nuevamente las salas y la Academia se rindió a sus pies. Se llevaron seis premios Óscar, entre ellos el de mejor película, la primera vez que lo recibe una secuela. Todo esto ayudó a agrandar la leyenda.
En 1990 hicieron El padrino parte III, que no pudo igualar a sus antecesoras. Este año, para conmemorar sus 50, la cinta será reestrenada en los cines, esta vez con arreglos de imagen y nitidez para hacerla lucir como si fuera una quinceañera. Y la competencia en este momento ya no serán las aventuras del Poseidón, sino las cintas de los superhéroes que hoy inundan las salas de cine. n