Todo comenzó con el inocente chisme, publicado por The Sun, de que Kate Middleton tuvo una fuerte pelea con la modelo Rose Rocksavage, esposa de David Rocksavage, marqués de Cholmondeley, una de las familias más antiguas y ricas de Inglaterra.
Tanto William como Kate, duques de Cambridge, se hicieron muy cercanos a ellos porque son sus vecinos en su casa de campo en Norfolk, donde hacen parte de un grupo de aristócratas y millonarios que a menudo se juntan en fiestas y viajes.
Pero la noticia no tenía nada de inocente, sino que estaba redactada para que se entendiera que “Kate ve en Rose a una ‘rival de campo’”, continuó The Sun, al tiempo que periódicos no tan influyentes sí se fueron con todo y publicaron que la verdadera razón del rifirrafe era que William y Rose tuvieron un romance cuando la duquesa estaba embarazada del príncipe Louis, quien nació en 2018.
La prensa permanecía callada y se sabía que al menos un diario británico de gran tirada recibió una carta de Harbottle & Lewis, firma de abogados de los duques, advirtiéndoles que las murmuraciones eran falsas y que publicarlas violaban los derechos de sus clientes.
Finalmente, la revista estadounidense In Touch Weekly, se atrevió a ventilar en portada supuestos detalles del drama.
Apenas oyó los rumores, que han sido la comidilla en los salones de alta sociedad por un año en Londres, Kate confrontó a William, quien se murió de la risa ante lo absurdo del cuento, afirmó la publicación.
De todas formas, la duquesa decidió que poco a poco irían desechando a Rose. “Los duques piensan seguir juntos, pero el desliz de William dejó herido su matrimonio”, anotó la publicación.
Portavoces reales desmintieron la versión, pero llamó la atención un trino del periodista del diario The Times, de Londres Giles Coren, quien en 2019 publicó: “Sí, hubo un affaire. No he leído el artículo (de In Touch), pero sé del romance. Todo el mundo lo sabe, darling”.
El mensaje fue borrado en cuestión de horas por su autor, en lo que también se vio la mano de los apoderados de los duques.
La casa real rompió con su costumbre de no combatir habladurías y la atención que les prestó a estas intensificó el morbo al respecto. Sitios web como Slate Magazine aseguraron que la única razón para ello era que la historia no era del todo falsa y que si había material sustancioso, pronto se sabría.
Pero eso nunca pasó y el asunto pasó al olvido hasta enero de 2020, cuando los Cambridge fueron vistos por primera vez con la marquesa desde que se desató el rumor.
Sucedió durante un oficio religioso en la iglesia de St. Mary, aunque la pareja y la supuesta amante no llegaron juntos ni se les vio departiendo. Pero el solo hecho de que los duques asistieran a sabiendas de que ella podía estar allí fue visto por la prensa como que todos había decidido dejar el desagradable incidente atrás.
Eso sí, los cronistas aclararon que la duquesa y la marquesa ya no son cercanas.
Allegados al hijo de Lady Di y su esposa le revelaron a Us Weekly que la situación sirvió para que ellos revisaran su relación, algo que, comprendieron, debían hacer más a menudo.
Lo que más amargó a la duquesa es que cuando crezcan sus hijos van a ver los titulares del nunca confirmado romance. Por eso William se vio obligado a poner las cosas en manos de sus abogados.
Por estos días, los duques celebran la primera década de su matrimonio y todo parece indicar que están mejor que nunca y son merecedores de una gran favorabilidad entre los británicos.