La vida de la princesa Diana estuvo siempre marcada por la amargura. Y no solo debido a su fracasado matrimonio con el príncipe Carlos, lleno de infidelidades y traiciones, o por su trágica muerte en París, cuando era perseguida por un grupo de paparazzis que la seguían a ella y a su novio de entonces, Dodi Al-Fayet. Sino también por un episodio de su infancia que nunca pudo superar.

Su hermano menor Charles Spencer, quien actualmente es conde y tiene 55 años, le dio una entrevista a la prensa inglesa esta semana en la que habló en detalle de su vida actual, de cómo superó la muerte de Diana y de ese episodio en particular, que ocurrió cuando ella tenía 7 años y el 2. En ese entonces la familia Spencer estaba compuesta por el papá, John, un reconocido conde inglés, su esposa Frances y cuatro hijos (tres mujeres y un hombre). Los menores eran Diana y Charles.

La unión familiar, sin embargo, se rompió en 1969 cuando Frances decidió separase de su esposo y se fue a vivir con el magnate de los medios Peter Shan Kydd en Escocia. Ambos padres batallaron legalmente por obtener la custodia de sus hijos y el juez finalmente se la dio a John. Frances, entonces, tuvo que salir de la casa familia, algo que Diana y Charles tomaron como un abandono.

Charles lo explicó en la entrevista:

Mientras empacaba sus cosas para irse, le había prometido a Diana que volvería para verla. Diana, desde ese día solía esperarla sentada frente a la puerta, pero ella nunca venía

Charles Spencer

Y aunque John era un padre amoroso y trataba bien a sus hijos, todos sintieron profundamente la ausencia de la madre. “Ella no estaba hecha para la maternidad, no podía hacerlo. Estaba enamorada de otra persona, realmente enamorada”, recuerda Spencer.

Eso los marcó profundamente a todos. Diana, más adelante, sufriría las consecuencias con un matrimonio infeliz y con varios traumas sicológicos que la acompañaron de por vida. Además, la relación con su madre siempre fue difícil y cuando murió, en 1997, llevaban varios meses sin hablarse. Charles, por su lado, admite que tuvo una infancia “emocionalmente rota” y que durante los últimos 20 años ha estado entrando y saliendo de terapia, para superar esa situación y la muerte de su hermana.

Charles, de hecho, también habló de ese episodio en la entrevista. Confesó que aún hoy sufre cada 31 de agosto, cuando se cumple el aniversario del accidente que le quitó la vida a Diana, y dijo que “siempre me sorprende lo difícil que es. Y aunque trato de prepararme para eso, termina poniéndome de rodillas. Es un momento muy conmovedor. Hay huecos en las familias que no se pueden llenar”.