Elizabeth Loaiza es una de las famosas colombianas que resultó víctima de los biopolímeros, luego de someterse a procedimientos estéticos. La creadora de contenido decidió compartir su historia y experiencia en las plataformas digitales, buscando ponerle un freno a este producto que le ha sido inyectado a cientos de mujeres sin pensar en los daños a futuro.
En medio de los casos que salieron a la luz y que actualmente fueron penalizados por la justicia, la exparticipante del Desafío decidió tocar de nuevo el proceso personal por el que pasó y reflejar esa realidad en la que tuvo que luchar por su salud y la estabilidad de su cuerpo. La caleña no solo le mostró al mundo lo que ha tenido que vivir desde que se inyectó dicha sustancia en su cola, sino que también tomó cartas en el asunto y se puso en la labor de crear una iniciativa que les impida a los cirujanos plásticos y a personas que hacen procedimientos estéticos, trabajar con biopolímeros.
Ahora, con mucha más fuerza y empoderamiento, Elizabeth Loaiza tuvo que seguir su camino con los biopolímeros y hace unas horas tuvo que volver a la sala de quirófanos para seguir arreglando su cuerpo, especialmente sus glúteos, que han sido los más afectados desde que inició el proceso de extracción de esta sustancia, que es casi imposible de retirar en su totalidad.
A través de un comunicado oficial, el cirujano plástico Felipe González anunció que la cirugía de la caleña salió a las mil maravillas y anunció que esta no fue una intervención cualquiera, pues se habrían usado técnicas vanguardistas que nunca se habían realizado en su conjunto, en una misma intervención, en todo América Latina.
Días después de este procedimiento, Elizabeth Loaiza reapareció en redes sociales y aprovechó para realizar una dinámica de preguntas y respuestas relacionada con su cirugía. La caleña no tuvo problema en contar detalles y mostrar de nuevo su cola, reflejando el nuevo tamaño que obtuvo con ayuda del especialista que la operó.
Al inicio de la actividad, la colombiana quiso lucir la nueva figura que tenía, detallando cómo quedaron sus glúteos y el resultado que logró con las prótesis que le pusieron. Una persona indagó sobre este tema, buscando ver la silueta que se formó en el cuerpo de la celebridad.
“¿No vas a mostrar cómo quedó tu cola?”, escribió una persona, a lo que respondió: “La cola, entre lo fea que estaba, quedó bonita, quedó muy acorde a mi cuerpo, paradita...me gustó mucho, quedé satisfecha con el resultado. Con la cicatriz no se pudo hacer mucho porque estaba en la mitad de la colita, pero lo que me importaba era que me hormara, que me hiciera forma...tenía la cola muy fea, de pa’ dentro, como un limón, estaba horrible”.
Sin embargo, otro usuario no dudó en criticar e indagar por qué decidió ponerse un tamaño no tan grande: “Qué rico que ya se pudo operar, pero, ¿no se puso muy pequeña la cola?”. Ante esta interrogante, la creadora de contenido no dudó en poner freno y defender la decisión sobre su vida.
“Para los gustos, los colores. Hay quienes les gusta un cu%$ gigante, pero a mí en especial no me gusta una cola gigante, porque yo soy menudita, si ustedes me ven de lejos, o me ven de frente, yo soy flaquita, entonces al yo tener las piernas y el tronco delgados no me quedaba bien una cola grandota”, mencionó.
“Además que el doctor tenía un reto grandísimo, porque con la severa cicatriz que tengo, tocaba o subirla y poner un implante más pequeño o poner el implante normal y dejar la cicatriz para hacer una cirugía bien hecha. Lo importante era que fuera una cirugía bien hecha”, agregó.
En cuanto a su cicatriz, Elizabeth Loaiza señaló que para ella esta marca nunca fue fea, pues significaba una etapa complicada de su vida, la cual la llevó a resurgir y liderar un proyecto tan importante contra los biopolímeros. “Para mí la cicatriz de los biopolímeros era lo menos feo que yo tenía en la cola. Es fea, es una cicatriz fea, y obvio depende de quién la vea. Pero para mí es hermosa, es una cicatriz de vida, una cicatriz que me llevó a luchar por un proyecto para ayudar a todas las víctimas d biopolímeros que no pueden pagar los procedimientos”, dijo.
“Esa piel de la mitad de la nalga tocó arrancarla y botarla, cerrar la nalga por donde se podía…en la segunda cirugía ya quedó así, no había de donde más pegar la piel. Fue una decisión difícil, pero se dejó la cicatriz ahí”, agregó, especificando por qué tocó dejar la cicatriz y no retirarla o corregirla.