La edición número 76 del Festival de Cannes se abre el próximo martes con Jeanne du Barry, cinta en que los espectadores posiblemente tengan dificultad para reconocer a un Johnny Depp con peluca y un acento francés muy convincente. Allí actúa bajo las órdenes de la directora francesa Maïwenn, quien reconoce que tenía sus dudas cuando se lanzó a esta aventura.
Mujer de origen humilde, Jeanne du Barry llegó a ser la cortesana favorita de Luis XV, tras contraer un matrimonio de conveniencia con un noble. Perdió los favores del monarca tras una enconada lucha con la familia real y tuvo que abandonar Versalles a la muerte de su protector, lo que no impidió que acabara guillotinada años después, en 1793.
Maïwenn es la coproductora, directora y actriz principal de esta película de corte clásico, que marca el retorno a la gran pantalla de Depp tras su sonado juicio por difamación (que ganó) contra su exesposa Amber Heard.
“La película fue rodada el pasado verano, él (Depp) salía de su segundo juicio. Estaba muy preocupada, me preguntaba, ‘¿qué va a pasar con su imagen?’”, explicó la directora a AFP.
Maïwenn, una actriz y directora temperamental, también tiene sus propios problemas con la justicia francesa.
Un conocido periodista galo, Edwy Plenel, la acusa de haberlo agredido en un restaurante parisino, y presentó una denuncia en su contra. Ella se rehúsa a hablar del caso “que sigue su curso”.
Tampoco lamenta haber elegido a Depp. “Era evidente, se imponía” la elección del polémico actor, de 59 años, asegura Maïwenn, quien le propuso el papel a varios actores franceses, que declinaron la oferta.
“Soy alguien múltiple, imprevisible; el hecho de que mis películas anteriores hubieran sido rodadas como improvisaciones no significa que no ame el cine clásico, la música clásica, la lengua francesa clásica”, explica.
Investido totalmente en su papel de rey, Depp habla poco durante la película, pero su rostro trasluce su fascinación con esta mujer inteligente y bella que llevó a cabo pequeñas revoluciones en la corte de Versalles, entre ellas la de imponer su propio sirviente negro, Zamor.
La inspiración para esta película fastuosa, con un presupuesto de 20 millones de euros (“hubieran hecho falta diez millones más”, asegura su directora) fue Marie-Antoniette, de Sofia Coppola, que compitió por la Palma de Oro en 2006.
“Soñaba con hacer una película de época, pero fue descubrir a Jeanne du Barry encarnada por Asia Argento lo que me obsesionó completamente”, explica Maïwenn, en alusión a la película de Coppola, que dividió a la crítica en Cannes.
“Ella [Jeanne du Barry] y yo tenemos el mismo temperamento, somos del mismo planeta”, asegura.
Maïwenn, que concursó en Cannes con Mi rey en 2015, se casó a los 16 años con el director Luc Besson. En algunas entrevistas ha explicado que fue maltratada por sus padres durante su infancia.
Jeanne du Barry no concursa para la Palma de Oro y ha recibido financiación saudita. “Es una prueba de que las mentalidades evolucionan”, asegura su directora, aludiendo a los códigos morales de Arabia Saudita, donde una mujer como la amante del rey no sería para nada bien vista.
*Por Rana Moussaoui, AFP.