Colombia entera se enamoró en 2011 de una pequeña de 7 años que hizo temblar a todo un set de grabación con un vozarrón que pocas veces se ha escuchado en la historia de la música colombiana. Shaira ya llevaba varios años cantando, pero fue en el reality Factor X donde se dio a conocer masivamente, cantando rancheras ataviadas en vestidos de princesa y ostentando un talento inigualable y una melena de película de Disney.

Más de una década después, Shaira sigue tan vigente en la escena musical y farandulesca del país como si aún estuviera en el concurso y acaba de estrenar su más reciente sencillo, Amor de mentiras, una canción que no le canta a los sentimientos hermosos entre dos personas, todo lo contrario, es un derrotero de estrofas y tonadas tex-mex acoplados a la perfección para desenmascarar a esos amores que no dejan, pero tampoco crecen.

“Amor de Mentiras es una historia de un amor tóxico que ni sueltan ni dejan hacer nada y es algo que hoy en día estamos viendo en muchas relaciones. Son amores muy frágiles donde hay desconfianza, irrespeto y deslealtad, eso encierra a un amor de mentiras y tanto mujeres como hombres lo viven en su vida”, declara la cantante en entrevista con SEMANA.

Foto: Cortesía. | Foto: Foto: Cortesía.

Pero Shaira deja algo muy claro y es que nunca ha vivido un “amor de mentiras”, pues ella afirma que tiene muy claro hasta dónde dar y cuándo dejar atrás, siendo muy concreta y directa con sus sentimientos, por eso jamás ha tenido que sufrir de este mal o de la temible “tusa”, pues no ha llegado el hombre que la haga sentir despechada. Incluso la santandereana atina a decir que es una de las cosas que le faltan por vivir.

“Afortunadamente, no me ha tocado un amor de mentiras y es más, nunca he tenido una tusa… Quiero tenerla, una tusa me ayudaría a escribir canciones para así evadirla y sanar… Sería la oportunidad perfecta para sacarle provecho a los sentimientos… Yo sé soltar, soy aferrada a que las cosas funcionen, pero cuando veo que no hay nada más qué hacer me retiro sin más”, añade la artista, a quien enamoran con mucha sinceridad y desenamoran de forma inmediata con las mentiras.

Foto: Cortesía. | Foto: Foto: Cortesía.

Estas declaraciones no son solamente un pensamiento aislado. El hecho de que Shaira quiera vivir más experiencias personales va de la mano con su exploración musical, pues la joven de 20 años siente que ya es momento de llevar su carrera a un nivel más internacional, por eso esta nueva canción explora el género Tex-Mex, que tuvo como una de sus grandes exponentes a Selena Quintanilla, una de las artistas que ha inspirado a la santandereana, haciendo la salvedad que ella jamás tratará de imitarla.

“Mi ambición en la vida es llegar a muchos públicos fuera del país, hacerlo no solo con rancheras, también con cumbias y otros ritmos que son apetecidos en las fronteras del norte como México y Estados Unidos. Quiero llevar el nombre de Colombia a otros lados…. Tengo muchos referentes, a Selena la admiro, no trato de imitarla, cada artista tiene su magia y eso es lo que de verdad importa”, agrega Shaira.

Foto: Cortesía. | Foto: Foto: Cortesía.

Al preguntarle a la cantante por ese efecto diferenciador que la hace única, tener su propia magia, Shaira se toma su tiempo para pensarlo y finalmente llega a una conclusión exacta: “La autenticidad, en todos los sentidos; a la hora de pararme en el escenario, de imponer no solo estilo musical, sino muchos factores como ejemplo… Más allá de la voz, lo genuino y las letras que hago enfocadas a los jóvenes son lo que me diferencian de los demás”.

Ahora, ella se siente parte de esta nueva ola de jóvenes cantantes colombianos que serán los protagonistas en un par de años de toda la escena musical, como está sucediendo ahora con ejemplos como Manuel Turizo, Karol G, Feid y muchos más, por eso Shaira hace un llamado a los empresarios de la industria musical colombiana para que le pongan más atención a los talentos emergentes y les ayuden a llegar a las grandes ligas.

Ahora la santandereana está enfocada durante este y el próximo año en hacer nueva música, explorar nuevos sonidos y trabajar arduamente para expandir su éxito, para así empezar a cosechar los frutos que viene sembrando desde que tiene uso de razón y encontró en la música su verdadera pasión.