Desde su lanzamiento mundial, el pasado 10 de enero, Spare (En la sombra), la polémica autobiografía del príncipe Harry se ha convertido en un fenómeno editorial, al punto de que es considerado el libro de no ficción más vendido de los últimos tiempos.
Plagado de impactantes revelaciones —su mala relación con el príncipe William, sus prevenciones con Camila Parker, la guerra ‘no declarada que el Palacio de Buckingham le hizo a él y a su esposa, Meghan Markle—, el hijo menor del rey Carlos III contó también cuál fue su papel durante el conflicto en Afganistán.
En el libro escribió que cuando estaba en el campo de batalla en Afganistán, combatiendo talibanes, dio de baja a 25 de ellos, pero que no pensaba en los muertos como personas sino en “piezas de ajedrez” que había sacado del tablero.
Harry, que durante su segunda visita a ese país voló un helicóptero de ataque Apache, sostuvo, sin embargo, que no es un hecho que lo llenara de satisfacción, pero tampoco lo “avergonzaba”.
Esta era la primera vez que Harry, de 38 años, hablaba sobre la cantidad de insurgentes que mató personalmente durante su estadía en Afganistán, donde estuvo destinado tanto en 2007 como en 2012.
Desmienten al príncipe
Sin embargo, un testigo de primera mano asegura que estas afirmaciones son “una completa fantasía”.
Se trata del instructor militar Michael Booley, de 57 años, que sirvió en el ejército durante 33 años y le enseñó a Harry a pilotar el Firefly en 2009.
Y aunque Booley dice que aún tiene “el máximo respeto” por el príncipe, al que considera uno de sus mejores alumnos, ha cuestionado ciertas partes de sus memorias, que fueron escritas por el autor fantasma John Joseph Moehringer.
El exsargento asegura que Harry no mató a 25 talibanes, como indica en sus memorias. Y esto no sucedió debido a que los vuelos de este tipo se planifican al detalle de antemano. “Estoy asombrado por esto. Incluso en estado de shock”, le dijo Booley al periódico británico Sunday Mirror.
En Spare, el duque de Sussex detalló además un vuelo de entrenamiento al que llamó “suicida”, debido a que el instructor Booley, que lo acompañaba, detuvo su avión de hélice Slingsby T67 Fireflye a propósito, sin alertar a nadie de lo que estaba sucediendo.
Y da más detalles: “En uno de nuestros primeros vuelos juntos, sin previo aviso, Booley arrojó el avión a una pérdida. Sentí que el ala izquierda se hundió, una sensación de desorden, de entropía, y luego, después de varios segundos que parecieron décadas, recuperó el avión y niveló las alas. Lo miré fijamente: ¿Fue esto un intento de suicidio abortado?”.
Según lo que cuenta Booley, él mismo le respondió que no, que solo era la siguiente etapa de su entrenamiento.
Asombrado por las declaraciones de Harry en Spare, el instructor dijo: “Si bien en el libro me felicita, me temo que el recuerdo de las salidas y las lecciones es inexacto. Es importante resaltar que nada en la cabina es una sorpresa”.
Por eso, Booley califica las anécdotas del libro como una “completa fantasía”.
“Cada salida se informa minuciosamente de antemano, cada aspecto. El vuelo se realiza exactamente de acuerdo con ese resumen. La única vez que hay sorpresas es más adelante en el plan de estudios, no como se indica en el libro, cuando se presentan las emergencias”, continuó. “Los fallos de motor se practican antes del primer vuelo en soledad por si el alumno los sufre”, agregó.
“Creo que la referencias a las salidas en avión ha sido dramatizada. Supongo que es el resultado de la escritura fantasma. Además, nunca llamé al príncipe Harry como teniente Wales como dice el libro, sino que era un oficial y lo llamé señor”, aclaró Booley respecto de los dichos del duque en sus memorias.
Lío diplomático
Lo que sí es cierto es que el régimen iraní usó la confesión del príncipe Harry, en el sentido de que mató a 25 talibanes en Afganistán, para cuestionar a Gran Bretaña en medio de la creciente disputa por la ejecución de un ciudadano con doble nacionalidad británico-iraní.
Se trata del exviceministro de defensa iraní Alireza Akbari, quien fue acusado de espionaje por parte de Teherán, por lo que fue ejecutado la semana pasada a pesar de los intentos del Ministerio de Relaciones Exteriores británico por liberarlo.
En su momento, Tory Iain Duncan Smith, político británico del Partido Conservador y que ha sido miembro del Parlamento desde 1992, reprendió a Irán, al que calificó como un régimen “maníaco, brutal, violento y peligroso”.
Pero Irán respondió diciendo que, después de conocerse las revelaciones del hijo menor del rey Carlos III, este país “no estaba en posición de predicar”.
Para Duncan Smith las críticas, sin embargo, no están solo dirigidas a Irán. “Creo que fue un error personal de Harry, y creo que debería haber sido borrado del libro por buenas razones personales. Pero, también como ciudadano británico y como miembro de la familia constitucional, que es jefa constitucional del gobierno del Reino Unido, espero que reflexione sobre eso”, aseguró a los medios.
“Que no vuelva a hacer algo similar. No es útil”, agregó Duncan Smith, quien enfatizó que “Irán criticándonos por motivos de derechos humanos sería una broma si no fuera por el hecho de que son maníacos, brutales, violentos y peligrosos”.