A la realeza le pasa lo que a muchos políticos: se codean con muchos conocidos, pero también con muchos extraños, cuyo pasado e intenciones no saben a ciencia cierta.
Aparentemente, eso es lo que ha pasado con la esposa de William, heredero al trono, quien no saltó a la prensa recientemente por sus vestidos o sus joyas, sino por sus vínculos con un convicto que lidera una de sus causas sociales.
Como se recuerda, el trabajo benéfico es muy importante para la monarquía, porque a través de él permea los capilares más profundos de la sociedad británica.
La princesa de Gales es muy activa al respecto, y una de las organizaciones que cuenta con su apoyo es Action for the Children (AFC), cuyo director ejecutivo es Paul Carberry.
Hace un año, él era fotografiado con su alteza real, al poco tiempo de su elección en el cargo.
Por supuesto, una foto así es muy importante para la organización, pues el nexo con la realeza siempre animará a los posibles benefactores a ser generosos con sus donaciones.
Lo que no parecía saber la futura reina de Inglaterra cuando se tomaron esa foto es la relación de Carberry con el crimen, según el Daily Mirror.
El mismo diario afirma que, en 1979, cuando tenía 17 años, él acabó, en un ataque a cuchillo, con la vida de dos pasajeros que viajaban en un tren que transportaba hinchas del fútbol escocés a Londres para un partido entre sus país e Inglaterra.
Al poco tiempo, Carberry fue condenado por los hechos, aunque él se declaró inocente.
Argumentó que tomó el cuchillo de otro pasajero, pero que no recordaba haber cometido los asesinatos, solo que una de sus víctimas le había dado un cabezazo.
Estaban enfrentados, dijo el Mirror, no por asuntos de fútbol, sino por el amor de una joven. En 1985, él dejó la prisión para adultos a la que fue trasladado tras pasar un tiempo en una para jóvenes.
Acto seguido, comenzó consiguió empleo como trabajador social, área en la que se superó, hasta cultivar un perfil de líder que ahora lo tiene al frente de AFC.
El diario contactó al directivo, quien no se negó a hablar del asunto.
Dijo que su crimen es un hecho que lamenta todos los días de su vida y sabe que por su culpa unas familias no tienen a sus seres queridos.
Esta no es su única labor con impacto social, sino que también es miembro del Grupo de Trabajo sobre Delincuencia Organizada, que lucha contra la expansión de las pandillas juveniles que tanto causan dañan entre la nueva generación en su Escocia natal.
El pasado de Carberry parece muy bien conocido, pero lo que ha causado ampolla es qué tanto sabía la casa real sobre esos antecedentes.
El propio MIrror dejó en el aire la posibilidad de que la nuera del rey Carlos no haya sido del todo informada, en aras de no perder un apoyo que es vital para cualquier organización de esta índole en el reino.
Al respecto, la fundación que Carberry dirige le aseguró al periódico que el palacio fue puesto en conocimiento de la condena de él hace cuatro décadas.
Lo que ha hecho entrar en sospechas es que no hay ninguna manera de trazar que ello haya sido así.
No hay cartas no ninguna clase de documento que lo compruebe, señaló el Mirror, uno de los periódicos más leídos de Gran Bretaña y que todos los días llega cargado con noticias sobre la realeza.
Un portavoz del comité directivo de AFC trató de frenar las insinuaciones del diario, aclarando que la monarquía fue puesta en conocimiento de la verdad y que, luego de pagar su error del pasado, Carberry se ha dedicado a trabajar por la sociedad.