Hay luto en el arte colombiano. El artista bogotano Antonio Caro, uno de los representantes más importantes del arte conceptual del país, falleció a los 71 años.
De acuerdo con lo reportado por varios medios locales, Caro falleció en el Hospital San Ignacio de Bogotá este lunes 29 de marzo.
El artista se popularizó desde que se presentó en el XXI Salón Nacional de Artistas con una escultura del expresidente Carlos Lleras Restrepo hecha con aguasal que se derretía al contacto con agua.
Con piezas como la palabra Colombia escrita con las letras de Coca Cola o su popular frase Todo está muy caro, Caro representó un ícono del arte contemporáneo colombiano.
Su obra hace parte de colecciones públicas como la del Banco de la República (Colombia); Colección Charpenel, Guadalajara (México); Daros Latinoamérica, Zurich (Suiza); MIT, Cambridge (MA, EE.UU.); el Museo Nacional de Colombia, el Museo de Arte Moderno de Bogotá, el Museo de Arte Moderno de Barranquilla, el Museo de Arte Moderno de Caracas, el Museo de Arte Moderno La Tertulia, Cali, el Museo de Arte Moderno de Pereira y Queens Museum, de Nueva York. También hace parte de colecciones privadas en Colombia, México, España, Suiza y Estados Unidos.
Antonio Caro es considerado uno de los artistas conceptuales más importantes de Colombia, reconocido por su habilidad para darle fuerza visual a las palabras siempre con un mensaje en referencia a las problemáticas del país.
Sus obras se consideraban críticas y reflexivas y, con el uso de técnicas y formas de comunicación no convencionales, lograba manifestar ideas contundentes.
Uno de los elementos más comunes dentro de las obras de Caro, que nació en 1950, era la repetición. Con esta estrategia lograba darle fuerza al mensaje que comunicaba en sus piezas y hacer énfasis en la lectura de sus piezas.
A pesar de que en Colombia había un camino determinado del arte contemporáneo producto de una tendencia en ascenso, Caro fue disruptivo y decidió tomar un rumbo diferente dando luz a piezas inolvidables como El imperialismo es un tigre de papel o Homenaje a Manuel Quintín.
Su carácter rebelde siempre lo caracterizó. De hecho, se matriculó para estudiar Arte en la Universidad Nacional de Colombia pero nunca terminó, se retiró y decidió escribir para una agencia de publicidad.
De acuerdo con un perfil de Caro realizado por Arcadia, la obra de Antonio Caro ha sido llamada conceptual, revolucionaria y hasta “arte pop políticamente cargado”.
El perfil también recuerda que en los talleres que dictaba por toda Colombia, las palabras arte y artista estaban prohibidas. En un vaso en la mitad de la mesa se recolectaban las multas que los estudiantes tenían que pagar cuando las dicen. Al final, todo el taller salía a tomar café con la colecta.
Otra de las anécdotas más recordadas tiene que ver con la vez en que por no ser aceptado en un Salón Nacional de Artistas, Caro le dio una cachetada a uno de sus críticos.
Según el pintor Luis Camnitzer, reseñado por Canal Trece, “Caro seguramente encaja en la corriente artística que desde los 1960 se ha categorizado como conceptualismo. Pero también encaja en algo más vasto y culturalmente más importante. Caro se manifiesta en una forma muy particular de guerrilla visual. Cuidadosamente apunta para errarle a los blancos de tiro definidos y amados por la estructura de poder artística”.
A comienzos de la pandemia, el artista fue contactado por el diario El Tiempo para ser incluido en una colección que publica el periódico junto con el Museo de Arte Moderno de Bogotá, Caro miró a su alrededor, encerrado y dijo: “En la cuarentena soy yo con yo”.
Siempre crítica, arriesgada y brutalmente honesta, la obra de Caro ha sido aceptada y celebrada por la crítica, la academia y el mercado, a pesar de su humor evidentemente cínico y la crítica implacable que hace del consumismo y el imperialismo económico y cultural.