Cuando el primer capítulo de Friends salió al aire, el 22 de septiembre de 1994 en NBC, pocas personas se imaginaban el impacto que la serie iba a tener en el mundo. Muchos la veían como otra comedia, de las muchas que ya llenaban la pantalla estadounidense. Y casi todos dudaban de los seis protagonistas, en ese momento actores prácticamente desconocidos. La crítica tampoco parecía convencida: “Otra creación espantosa de Marta Kauffman y David Crane, el dúo que se inventó Dream On para HBO -escribió días después el Washington Post-. Parece más un programa de entrevistas que una comedia, y uno se queda esperando que en algún momento un presentador interrumpa el parloteo”.

Para ese entonces ya existía Seinfeld, una serie creada y protagonizada por los comediantes Jerry Seinfeld y Larry David, que encantaba a los críticos y tenía cifras récord de audiencia. Su trama giraba alrededor de las situaciones absurdas, extrañas e hilarantes que vivía un comediante y su círculo de amigos en la Nueva York de los años noventa. Por eso, muchos pensaban que la audiencia no aguantaría otra comedia sobre las aventuras de otro grupo de jóvenes en la misma ciudad y en la misma época. El éxito no llegó de inmediato, sino que se fue haciendo evidente con el pasar de los capítulos y de las temporadas. Pero Kauffman y Crane, a partir de lo que habían vivido años atrás, cuando estaban recién graduados de la universidad, apelaron a un argumento que difería de Seinfeld en el tono y en la forma de interactuar de los personajes. Se trataba de seis amigos en sus veintes que empezaban a trabajar, a enfrentarse a la vida adulta y se apoyaban unos a otros en el proceso. A pesar del escepticismo de los críticos y de los propios creadores, que en algún momento pensaron que estaban haciendo una serie que iba a pasar sin pena ni gloria, Friends enamoró al público. El éxito de Friends

Los seis actores, antes practicamente desconocidos, se convirtieron en los mejores pagados de la televisión.  El éxito no llegó de inmediato, sino que se fue haciendo evidente con el pasar de los capítulos y de las temporadas. Mitchell Whitfield, quien interpretó al exprometido de Rachel, un personaje secundario que aparece brevemente en algunos episodios, cuenta por ejemplo que nadie se dio cuenta de qué algo ocurría sino hasta el final de la primera temporada:“Yo me encontraba con personas que me decían: ‘Ah, tú eres el imbécil de Friends’, y entonces pensé que esta cosa definitivamente iba a crecer”.

La serie mezclaba con éxito las experiencias típicas de jóvenes adultos que tienen fracasos amorosos, problemas en el trabajo y que buscan su propósito en la vida, con situaciones cómicas llevadas al límite. Para la tercera temporada ya era una de las más vistas de Estados Unidos y pronto personas de todo el mundo siguieron las aventuras de Monica (Courteney Cox), Ross (David Schwimmer), Rachel (Jennifer Aniston), Chandler (Matthew Perry), Joey (Matt LeBlanc) y Phoebe (Lisa Kudrow). En diez temporadas y 236 episodios, logró cifras récord de audiencia: llegó a tener 53 millones de estadounidenses sentados frente a la pantalla para un episodio en 1996. Además, páginas especializadas como Metacritic o IMDB siempre calificaron sus episodios por encima del 7 sobre 10, y sus protagonistas, ilustres desconocidos, se convirtieron en personajes de la farándula que llegaron a cobrar un millón de dólares por capítulo, algo difícil de lograr incluso hoy, en la llamada época dorada de las series de televisión. No por nada muchos consideran a Friends, una producción más bien sencilla, dentro de las series más exitosas de la historia, junto a obras de arte como Breaking Bad o Los Soprano. Muuchos la ven como un pasado idealizado en el que las relaciones no dependían de computadores ni teléfonos inteligentes. Pero proyectó su influencia mucho más allá: las frases y términos que usaban los personajes entraron a formar parte del lenguaje diario; en todo el mundo abrieron cafés que imitaban a Central Perk, el famoso lugar en el que los amigos se sentaban a charlar. Y el peinado de Jennifer Aniston en la serie, conocido como el Rachel, se popularizó tanto, que las peluquerías y salones de belleza lo ofrecían en su catálogo.

Más impresionante aún, a diferencia de otras series exitosas pero pronto olvidadas, la historia de los seis amigos no pasa de moda. Aunque su último episodio salío hace 15 años, sigue siendo una de las más vistas gracias al streaming. Netflix, de hecho, pagó 118 millones de dólares por tenerla en su catálogo, pero pronto va a salir de él, pues va para la nueva plataforma HBO Max, lo que generó una ola de furiosos comentarios en las redes sociales. Lo cierto es que hoy, jóvenes millennials y centennials disfrutan de ella tanto como los adultos de 50, que la ven por pura nostalgia. Una ventana al pasado

Friends terminó en 2004, luego de 10 exitosas temporadas. El último capítulo fue el segundo evento más visto de la televisión ese año, solo superado por el Super Bowl.  “En su época fue un éxito porque retrató el fenómeno de la llamada generación X: muchachos recién graduados de la universidad, desempleados o en trabajos que no les gustaban. Era una manera de reírse de ellos mismos, de situaciones comunes y de pensar en la sociedad de la época”, explica el crítico Omar Rincón. A eso se suma que era un formato sencillo y simple de ver, y que los protagonistas llegaron a hacerse tan amigos, que la química y las bromas entre los personajes salían naturalmente. Como dice Wesley Morris, crítico del diario The New York Times: “Friends fue televisión fácil a un nivel de élite. Tantas bromas, tanta comedia corporal, tantas sorpresas y ‘awwws’, tantos chillidos de emoción de la audiencia que veía las grabaciones en vivo. Decenas de millones de personas la presenciaron durante diez años. Visto con perspectiva, parece como si fuera la prueba de que antes hubo una edad de oro o algo así”.

Esos elementos siguen hoy, aunque para varios críticos y expertos, su éxito con las nuevas generaciones tiene que ver más con el hecho de que muchos la ven como una ventana hacia el pasado. Por supuesto, el humor evoluciona en forma desigual. Algunos de los televidentes más jóvenes critican sus chistes sexistas, algo homofóbicos y clasistas, pero aún así, la gran mayoría ve ese micromundo de seis amigos como un escenario idealizado en el que las relaciones personales eran genuinas y no dependían de computadores ni teléfonos inteligentes. “Era un oásis: mujeres adultas saliendo con hombres adultos, sin monstruos a los que temer o de quienes huir. Es una fantasía que nos hace adictos a muchos”, dice Morris. Los protagonistas siguen recibiendo millones de dólares en regalías por la serie que se sigue transmitiendo en varios países. Al final, el fenómeno terminó por arrastrar a los seis protagonistas. De todos ellos, solo Jennifer Aniston, paradójicamente la más desconocida al inicio de la serie, logró mantener una carrera destacada en el mundo del cine y la televisión. Los demás siguieron con sus carreras, llenas de altas y bajas (ver fotos), pero sin anotarse un hit de la talla de Friends. Por eso, para millones de personas siguen siendo Ross, Monica, Joey, Phoebe, Rachel y Chandler.

Y no es que les moleste, pues cada año siguen recibiendo millones de dólares en regalías por la serie, que además del streaming, aún se transmite en varios países. Al final, todos saben que hicieron parte de un fenómeno irrepetible, creado gracias a muchas coincidencias: un gran elenco, una historia con la que se identificaron millones y una época en la que muchos parecían necesitar de ese tipo de comedia. No en vano, después de los ataques del 11 de septiembre de 2001, los ratings subieron y las calificaciones de los capítulos mejoraron. La gente necesitaba huir de la realidad y Friends les dio el escape perfecto: un café acogedor para compartir con los mejores amigos.  ¿Qué hacen los actores de Friends hoy? Matthew Perry 

Luego de la serie estuvo en teatro y televisión, pero nunca ha podido volver a repetir el éxito del gracioso Chandler Bing. También confesó que cuando empezó a grabar la serie era adicto a los fármacos. Hace poco tuvo complicaciones de salud, a causa de un problema intestinal y hoy preocupa a los fanáticos por su aspecto demacrado. Algunos dicen que pudo haber retomado su adicción.  Courteney Cox

La única que nunca logró una nominación por su papel de Mónica Geller en Friends. Durante la misma época en la que la serie era un éxito, participó en la franquicia de Scary Movie. Luego de un periodo lejos de las pantallas, pues había decidido dedicarse a su familia, apareció intermitentemente en el cine y la televisión, hasta que protagonizó la serie Cougar Town, por la que estuvo nominada a un Globo de Oro. Desde entonces no ha vuelto a tener roles importantes. 

David Schwimmer

Ya había hecho algunos papeles pequeños en otras comedias antes de Friends. Pero aprovechó la fama que le dio el histérico, torpe, tierno y algunas veces detestable Ross Geller para aparecer en cintas como Band of Brothers (2001). Después del final de la serie, sin embargo, su papel más destacado ha sido como protagonista de Duane Hopwood (2005), una película independiente en la que interpretó a un alcohólico. A partir de ahí se dedicó a hacer papeles en cine, televisión y teatro. En los últimos años comenzó a dirigir tanto películas, como ‘shows’ de Broadway.  Lisa Kudrow

Ganó un Emmy por su papel de Phoebe Buffay, la más loca y extraña de los seis amigos. Llegó allí por su personaje de Úrsula en Mad About You, otra serie de la época, que terminó siendo la hermana gémela de Phoebe. Tras el final de la comedia ha aparecido en varias películas y series como The Comeback, la cual también produjo, y Hotel para perros. 

Matt LeBlanc

Fue el último en unirse al elenco y no todos los productores estaban convencidos de que era el indicado para interpretar a Joey Tribbiani. Pero fue fundamental para darle un toque inocente y de buen amigo a un personaje que en principio estaba pensado como un mujeriego desprendido e irredimible. Después del final de la serie, protagonizó Joey, un spin-off que mostraba lo que le sucedía a su personaje después de Friends, pero este fue un fracaso rotundo. Siguió apareciendo en televisión y actualmente protagoniza Man with a Plan, además de presentar un programa de autos.  Jennifer Aniston

La más desconocida de las actrices cuando inició Friends, terminó siendo la mayor super estrella del reparto. Su matrimonio con Brad Pitt durante la emisión  también ayudó a darle una aureola de súper estrella. Trás el final de la serie, tuvo éxito como protagonista de comedias románticas, como He‘s Just Not That Into You (2009), Esposa de Mentira (2011) o Marley y yo (2008). Actualmente produce y protagoniza The Morning Show, una serie de Apple TV que aún no ha sido lanzada al público.