Inmortalizada en inglés por la voz dulce de Astrud Gilberto, fallecida a los 83 años, Garota de Ipanema se convirtió en el mayor clásico de la bossa nova, y más de sesenta años después, ostenta el puesto de la canción brasileña más grabada en la historia.
“Olha que coisa mais linda, mais cheia de graça”... los versos que abren una de las canciones más conocidas del mundo fueron compuestos por Vinícius de Moraes y Antônio Carlos Jobim, en 1962.
Clientes asiduos del bar Veloso en el barrio Ipanema de Río de Janeiro –después rebautizado como Garota de Ipanema–, veían pasar a diario a la joven Heloísa Pinheiro, entonces de 17 años, la chica que los inspiró con su “cuerpo dorado por el sol” y su andar “que es casi un poema”.
La primera interpretación en vivo de la canción –cuyo nombre original era Menina que Passa (La chica que pasa)– fue durante una presentación de Jobim, Vinícius, João Gilberto & Os Cariocas en el restaurante Au Bon Gourmet de Copacabana, en agosto de 1962.
Dos años después, Jobim, Gilberto y su esposa Astrud grabaron en Nueva York el álbum “Getz/Gilberto”, junto al saxofonista estadounidense Stan Getz, que incluía la mítica versión de Astrud, “‘The girl from Ipanema’.
Con versos cantados en inglés por la voz suave y melancólica de Astrud, sobre un ritmo sincopado de samba mezclado con jazz, la canción se volvió un éxito, vendió cinco millones de copias y cosechó, entre otros premios, un Grammy a la mejor grabación en 1965.
Astrud decía que debía su popularidad a una propuesta inesperada de Gilberto, en medio de un ensayo con Getz, para que cantara un coro en inglés. “Esta canción te va a hacer famosa”, le predijo Getz en el estudio de grabación.
Desde entonces, la canción ha sido grabada 442 veces, superando a cualquier otra música brasileña como la más grabada de todos los tiempos, según la oficina de recaudación de derechos de autor de Brasil (Ecad, por su sigla en portugués).
La pista fue versionada por íconos como Nat King Cole, Ella Fitzgerald, Cher, Plácido Domingo, Amy Winehouse y Frank Sinatra, y se coló en escenas de decenas de películas y series.
La brasileña Anitta hizo una relectura del clásico en su canción Girl From Rio, que toma prestados una parte de la melodía y el ritmo de bossa nova de Garota de Ipanema para hablar de “otra Río de Janeiro”, la ciudad de las “chicas sexis” de la periferia que “no lucen como modelos, tienen marcas de bronceado y grandes curvas”.
Pese al éxito rotundo de su grabación, Astrud no tuvo el mismo retorno financiero que Gilberto o Getz.
La cantante no fue incluida en los créditos de la primera versión del álbum y en su momento recibió apenas USD 120 por su participación, lo que el sindicato de músicos estadounidenses pagaba en la época por una noche de trabajo, de acuerdo con el libro Chega de saudade: a história e as histórias da Bossa Nova, del periodista Ruy Castro, citado por la prensa brasileña.