El barranquillero de 38 años dejó Colombia en 1999 y, tras varios años de trabajo en el negocio familiar de finca raíz, decidió perseguir su sueño de convertirse en chef. Después de un arduo recorrido, se incorporó al restaurante Minibar, al cual ayudó a llegar tan alto, que la Guía Michelin le concedió dos estrellas, que lo ubican en un club de excelencia integrado por 2.000 establecimientos alrededor del mundo. “Ha sido un logro mayor para mi carrera como chef. Todo el esfuerzo e incontables horas de duro trabajo en equipo han valido la pena”, aseguró a SEMANA. Foschi cambió de carrera cuando tenía ya una hija en camino y mucha incertidumbre de lo que podía pasar, pero renunció y arrancó de cero en la cocina. Desde niño había visto a su padre y a su abuelo gozar preparando sus especialidades italianas, y soñaba con hacer de esto su vida.