Con la penetración de la tecnología, los pódcast de realeza se han vuelto el nuevo canal para revelar los escándalos de la corona. Uno de los más sonados en estos tiempos es Mirror’s Pod Save the Queen, de la periodista británica Ingrid Seward.

Su último episodio ha causado sensación en ese país. Seward, una experta en realeza, reveló que Harry no siente respeto por Camilla Parker y no está interesado en “tener ninguna relación con ella en este momento de la vida”.

“No creo que Harry sienta mucha calidez por ella, crece y decae con ella”, dijo Seward. Aseguró que en un inicio las relaciones fueron cordiales, pero que con el tiempo “Harry se fue volviendo loco con ella”.

La verdad es que ni Harry, ni el perfecto William han tenido amor por Camilla. A pesar de que ha existido cordialidad con la pareja de su padre, ellos no olvidan la infidelidad y el sufrimiento que causó esa relación en su mamá, la conocida Lady Di.

En el pasado hubo hechos que hicieron pensar que podría existir una buena relación entre todos. Por ejemplo, que los príncipes desfilaran con su madrastra en los festejos del cumpleaños de la reina en 2009 fue una muestra de la buena relación que tuvieron hasta que ellos se empeñaron en reivindicar la memoria de su madre.

Es un asunto sensible para Carlos, quien a sabiendas de que su reinado será corto, quiere ser recordado como el heredero del trono más significativo en la historia de la casa real y una baja popularidad no lo ayuda, al igual que verse distanciado de William y Harry.

Richard Kay, un experto en realeza, relató hace algunos años que las relaciones entre el hijo de Isabel II y los príncipes ha tenido sus altas y bajas desde que Diana de Gales, la madre de ellos, murió en 1997. Como en el nefasto matrimonio de esta última con Carlos, la duquesa, conocida antes como Camilla Parker Bowles, ha sido la manzana de la discordia.

La reina Isabel II en su jubileo de diamante en medio de los dos bandos que hoy dividen a su familia. A la izquierda, Camilla y Carlos, quienes se sienten perdidos ante la arrolladora imagen favorable de William, su esposa Kate y Harry (derecha).

Poco a poco, ella se ganó a sus hijastros y cuando Carlos se casó con ella, en 2005, la elogiaron y admitieron en público lo feliz que hacía a su padre. Pero esa luna de miel no duró. Las cosas se enfriaron desde que William y Harry lanzaron una campaña para reivindicar la memoria de Diana en los 20 años de su muerte. En los documentales que encargaron para ello, y en los cuales hablaron, “eliminaron a Carlos, solo importaban Diana, su trabajo y su influencia sobre ellos”, comentó Kay. Mucho menos se refirieron a Camilla. “Se esperaba que dijeran algo sobre la madrastra a quien una vez le dieron la bienvenida”, manifestó el periodista. Para colmo, el fervor renovado por Diana motivó el aplazamiento de la transmisión de un programa sobre Camilla, por sus 70 años.

Por otra parte, salieron a la luz una serie de grabaciones de audio y video en las que Diana hablaba de lo infeliz que fue con Carlos por su infidelidad con Camilla, un fantasma que atormenta a la pareja y ha determinado su escasa popularidad entre los británicos. Entonces, Carlos y su mujer contraatacaron con una biografía autorizada de ella que la dejaba como una víctima y a Diana como mala, mentirosa, deshonesta, hipócrita, muy trastornada mentalmente y que se exhibía con sus amantes delante de sus hijos.

A Carlos le preocupa que sus hijos no lo apoyen en su deseo de que Camilla sea coronada como reina de Inglaterra.

Ello, por supuesto, no les agradó a William y Harry. “Ya no son cercanos a Camilla, la relación ha cambiado. Ya no la ven con buenos ojos”, le reveló a Kay un amigo de Diana que los visitó en el palacio de Kensington por esos días.

Un recrudecimiento de la crisis se ve venir por el espinoso tema del título que llevará Camilla cuando la reina Isabel, de 91 años, muera y Carlos suba al trono. En 2005, se anunció oficialmente que sería princesa consorte, pero ahora él pretende que sea reina de Inglaterra, para lo cual, asegura también Kay, requiere del apoyo de sus hijos y está por verse si ellos accederán tras las afirmaciones sobre Diana en su biografía.

Los podría ablandar el hecho de que es su padre quien provee los millones para que lleven una vida digna de príncipes. Harry, en particular, según Kay, debería tener en cuenta que de no ser por la lucha de Carlos por desterrar el estigma de las divorciadas de la casa real, ahora no estaría comprometido con Meghan, quien estuvo casada. Y con quien le dio el golpe más duro a la casa real británica, al irse a Estados Unidos y despacharse en televisión, en muchos años.

*Este artículo fue publicado originalmente por la revista Jet-Set.