Como todo lo referente a los duques de Sussex, su nuevo escándalo se agudiza. Ahora, están siendo objeto de comentarios sarcásticos, porque le pidieron a la agencia Backgrid, especializada en celebridades, que les entreguen los videos y fotos que sus reporteros les tomaron en el incidente que se presentó el pasado martes en Nueva York, luego de salir de una velada en la que Meghan recibió el premio Women of Vision de la Ms. Foundation.
Según el hijo de Lady Di y su esposa, un grupo de paparazzi los asedió durante dos horas y de una manera tan agresiva, que causaron varias colisiones y pusieron en peligro las vidas de transeúntes y policías que los custodiaban. Por eso califican lo sucedido como “casi catastrófico”.
“Por la presente exigimos que Backgrid nos proporcione inmediatamente copias de todas las fotos, videos y/o películas tomadas anoche por los fotógrafos después de que la pareja saliera de su evento”, expresaron los abogados de los duques en una carta.
El tono usado por los apoderados de Harry y Meghan parece que no fue para nada del agrado de los abogados de la agencia, a juzgar por su respuesta: “En Estados Unidos, como seguro ustedes lo saben, la propiedad le pertenece a su dueño. Terceros no pueden simplemente pedir que se la entreguen, tal como quizá sí puede hacerlo el rey”.
Y no contentos con eso, hicieron una alusión al pasado, en el cual varias secciones del actual Estados Unidos fueron colonias inglesas.
“Tal vez deberían sentarse con sus clientes y explicarles que sus reglas inglesas de prerrogativa real de exigir que la ciudadanía entregue sus propiedades a la Corona fueron rechazadas por este país hace mucho tiempo. Apoyamos a nuestros padres fundadores”, escribieron los letrados.
Backgrid no solo les ha negado a los Sussex esta petición, sino que refuta sus afirmaciones sobre lo sucedido la noche en cuestión.
En un comunicado a la sección Page Six del New York Post, expresó: “De acuerdo con los fotógrafos que estaban allí, no hubo “casi colisiones” ni “casi accidentes” durante el recorrido. Los reporteros no creen que la pareja estuviera en peligro en ningún momento”.
Asimismo, la agencia negó las afirmaciones de que la pareja fue perseguida por “paparazzi altamente agresivos” y explicó que los fotógrafos que contrató no tenían ninguna intención de causar “angustia o daño”, ya que su única herramienta eran las cámaras.
Backgrid también subrayó que “estos fotógrafos tienen la responsabilidad de cubrir eventos y personalidades de interés periodístico, incluidas figuras públicas como Harry y Meghan Markle”. Y aclaró que, como empresa, valora la ética y el profesionalismo en el periodismo, lo cual incluye dar respuestas a las quejas que se presenten. Por eso, concluyó, seguirá investigando sobre los hechos.
Durante el episodio, el conductor y el equipo de seguridad de Harry y Meghan, apoyado por la Policía local, estuvieron tratando de perder a los fotógrafos que los seguían en su camino hacia la casa de un amigo donde se hospedaban. Como no lo lograron, se detuvieron en una comisaría de Policía, donde descendieron del auto junto con Doria Ragland, mamá de Meghan, quien los acompañó a la gala.
Allí se escondieron en un garaje para intentar seguir su camino en un taxi, el cual se tuvo que devolver a la estación, ante la reaparición de los fotógrafos. Finalmente, la Policía hizo maniobras con el tráfico para bloquear el paso de los paparazzi, que tuvieron que darse por vencidos. Luego, Harry y Meghan llegaron a su casa sanos y salvos.
La Policía, por su parte, le dijo a la prensa neoyorquina que esa noche no hubo reportes de colisiones ni llamadas al 911 sobre este incidente y casi nadie les cree que la situación se haya prolongado por dos horas.