El incidente no fue la terrible experiencia que Harry y Meghan, duques de Sussex, relatan. Así le declaró al New York Post una fuente de la policía local, la cual tiene motivos para creer que la pareja no ha dado una versión del todo exacta de lo que calificó como persecución “casi catastrófica”, dando a entender que sus vidas corrieron peligro.
El Post cita a una fuente de alto rango, la cual reiteró que la policía no recibió reportes de ninguna colisión en la noche del pasado martes, ni llamadas al respecto al 911, la línea de emergencias. Claramente, ello contradice lo expresado por los representantes de los duques, que aseguraron que un grupo de paparazzi, unos doce, muy agresivos, los persiguieron luego de su salida de un evento en que Meghan recibió el premio Women Vision, de la Ms. Foundation.
“Esta persecución incesante, que duró más de dos horas, resultó en múltiples colisiones cercanas, que involucraron a otros conductores en la carretera, peatones y dos oficiales de la policía de la ciudad de Nueva York”, habían expresado también los voceros de Harry y Meghan.
La fuente también le dijo al Post que, al contrario de lo expresado por los Sussex, no fueron varios sino un solo automóvil el que se vio involucrado en la situación, y que “esta supuesta persecución no duró dos horas”.
Harry, Meghan y la madre de esta, Doria Ragland, salieron del Ziegfeld Ballroom en un vehículo escoltado por otro auto de seguridad privada, más uno de la policía, rumbo a la casa donde se hospedaban, en el Upper East Side de Manhattan.
Aparentemente, la presencia “significativa” de reporteros que los siguió les obstaculizaban el paso, por lo cual estuvieron dando vueltas por alrededor de una hora entre la calle 57 y FDR Drive, hasta que se detuvieron en la comisaria 19, donde se ocultaron por breces momentos, para luego abordar uno de los típicos taxis amarillos de la Gran Manzana, de acuerdo con los informantes del Post.
El hijo del rey Carlos de Inglaterra y su esposa estadounidense se ocultaron hasta que la policía bloqueó el tráfico para que pudieran salir sin problemas. Así, pudieron llegar, finalmente, al lugar donde se hospedaban, sin paparazzi siguiéndolos, confirmaron las autoridades.
El conductor del taxi, Sukcharn Singh, dijo: “Ellos parecían personas amables, pero la verdad es que no dijeron nada. No parecían tan asustados, pero sí nerviosos”, aclaró el taxista. También explicó que tenerlos en su taxi no fue una experiencia que produjera temor, “pero no sé qué paso con ellos antes. El que más hablaba era el guardia de seguridad de la pareja”. Se veía muy hiperactivo, no creo que fuera de Nueva York”, agregó.
De otro lado, un testigo que vio a los Sussex y Doria Ragland durante la premiación, le contó al Post que ellos estuvieron toda la noche esquivando a la prensa, desde su llegada.
“Pasaron por la parte de atrás, a través del local de la empresa de carros de alquiler Herz, así que, a pesar de las barricadas y la presencia de policía, prefirieron esquivar a los fotógrafos pasando por una puerta secreta. Muchos paparazzi se quedaron sin fotos”, narró el testigo consultado por el tabloide.
Esta fuente también aclaró que los paparazzi estaban agresivos, “pero no locos” y que, cuando salían del lugar, alguien les tapó la cara. Así, tras unas cuatro horas de espera, ninguno de los reporteros pudo captarlos con su cámara.
El incidente, inevitablemente, ha vuelto a traer a colación el accidente de tráfico en que murió Diana de Gales, madre de Harry, hace 25 años, en medio de una persecución de una tropa de fotógrafos que, como de costumbre, la asediaba en París, a donde se encontraba con su novio, Dodi Al-Fayed.
De otro lado, el caso se da justo cuando Harry sostiene una batalla legal por su seguridad y la de su familia. Cuando él y su esposa se retiraron como miembros activos de la monarquía, su esquema de seguridad les fue retirado. Ahora, Harry trata de conseguir que le dejen contratar policías, que él pagaría con su dinero, para que los protejan a él, Meghan y sus hijos, cuando se hallen en territorio británico.