Ivanka Trump y Chelsea Clinton, las hijas de Donald Trump y Hillary Clinton, tienen una muy buena amistad. Sus padres han sido cercanos desde la Presidencia de Bill Clinton en los años noventa y, así, las herederas no solo se conocen desde la adolescencia, sino que mantienen sus lazos hasta hoy.Además, tienen muchas cosas en común: son ricas y famosas, están involucradas en las poderosas empresas de sus familias, han sido madres y procuran mantener un perfil bajo. Pero ahora que sus padres se perfilan como los próximos rivales a la Presidencia de Estados Unidos, muchos se preguntan si podrán seguir unidas.En su carrera por la candidatura del Partido Republicano, el multimillonario ya le ha lanzado a Hillary ataques personales y la ha llamado “la peor secretaria de Estado en la historia de Estados Unidos”. Ella no se ha quedado atrás y le ha respondido diciéndole que es “un candidato que va contra la gente y un criminal”. Si la batalla política se agudiza, Ivanka y Chelsea tendrán un enorme desafío: demostrar que sus valores personales están por encima de las ambiciones de sus padres.