Suspendido a una altura de 80 metros, Paulin caminó descalzo sobre una cuerda de 2,5 centímetros de grosor. La increíble hazaña fue lograda con tal delicadeza que pareciera que estuviera flotando en el aire.

La distancia que el equilibrista atravesó fue el espacio que separa los cerros de Babilônia y Urca, muy cerca de Pan de Azúcar, una de las principales atracciones turísticas de la ciudad brasileña.

El joven, de 27 años, completó los 500 metros en media hora, ante la atónita mirada de los vecinos y turistas que siguieron con casi sin parpadear la espectacular maniobra desde la playa ‘Vermelha’ (Roja), situada entre los dos morros.

Extremadamente concentrado y atado a un lazo de seguridad, Paulin flotó sobre la franja de arena entre los aplausos eufóricos de la multitud.

Tras pisar tierra firme, aseguró en declaraciones a la prensa que sintió “mucha emoción” por concretar la hazaña, luego de haberla aplazado por la pandemia de coronavirus. Además, indicó que a 80 metros sobre el suelo se concentró al máximo e intentó “no pensar en cosas negativas” para evitar errores.

También dijo que, incluso, tuvo tiempo suficiente para disfrutar desde las alturas del bello perfil urbano de Río de Janeiro, del mar y hasta detallar los pájaros que pasaban cerca de él.

Esta maravillosa actuación contó con una coreografía de Rachid Ouramdane, un reconocido director del Teatro Chaillot de Francia, en la que se propuso una reflexión sobre la capacidad del ser humano de “preservar los ambientes” en los que evoluciona, en el marco del proyecto “Les Traceurs”.

El equilibrista, que es un enamorado de la montaña desde que era un niño y comenzó a practicar el funambulismo (el arte de caminar sobre una cuerda o alambre tensado) en 2011, se había dado a conocer a un mayor público luego de cruzar en septiembre de este mismo año, de la Torre Eiffel al teatro de Chaillot en París, situado al otro lado del Sena, sobre una cuerda a 70 metros de altura, con motivo de las anuales jornadas del patrimonio.

El hombre, de 27 años, que tiene varios récords mundiales, avanzó lentamente con los pies descalzos, e hizo algunas pausas, sentándose o suspendiéndose antes de seguir el camino.

“Había imaginado hacer este cruce y realizarlo bien. No era sencillo, pues caminar 600 metros, concentrarse con todo lo que hay alrededor, la presión, no era fácil, menos fácil de lo que imaginé, pero fue bello”, declaró.

“Hoy lo difícil era instalar la cuerda porque es técnicamente complicado en materia de autorizaciones”, sin contar con “el estrés ligado a la gente (...) y había mucha”, señaló.

“La motivación (...) es principalmente hacer algo bello y compartirlo dando una nueva mirada al patrimonio, hacer vivir el patrimonio”, se congratuló Paulin.

No es la primera vez que hace esta proeza. En la edición de 2017 de las jornadas del patrimonio, el equilibrista cruzó sobre una cuerda rígida entre la Torre Eiffel y Trocadero.

Durante las jornadas del patrimonio los franceses son invitados cada año a visitar sitios patrimoniales que generalmente están cerrados para el público.

*Con información de AFP.