Inesita es la abuela más popular de Colombia. Una que cautiva a miles de internautas con su dulzura y buena sazón desde hace dos años.

Se llama en realidad María Inés Ortiz y nació en octubre de 1934, en el corregimiento San Cristóbal de la capital antioqueña.

A muy temprana edad, sufrió la primera pérdida de su familia y enfrentó la soledad cuando apenas empezaba a distinguir el mundo: “Mi mamá se murió cuando yo tenía 9 años. Fue muy duro. Mi papá se volvió a casar y ahí seguí con ellos”.

Inesita, junto a su nieta Andrea, quien la motivó a llegar a las redes sociales.

Inesita llegó al altar antes de los 18 años y formó un hogar. Entre imágenes borrosas, recuerda la intensidad de la pobreza cuando se independizó con su pareja y empezaron a llegar los hijos. Nueve en total.

La casa no contaba con agua, y la energía era un lujo que el bolsillo no podía costear. En medio de las carencias y un aprecio profundo hacia los suyos, la mujer levantó con ayuda de su esposo a todos sus retoños: Nubia, Marina, Teresa, Lucía, Libia, Gabriel Jaime, Carlos Enrique y Rodrigo. “Me tocaba lavar la ropa de la casa en quebradas porque no había agua, luz, nada de eso. Yo cocinaba con leña. Me daban cositas por ahí para hacer de comer y el marido también llevaba cosas antes de separarnos”, cuenta.

María Inés está rodeada del amor de sus 18 nietos y dos mascotas en una casa apartada de Medellín. Y, pese a que los problemas de salud le están pasando factura, no hay malestar físico que consiga alejarla de una entretenida conversación.

Amante de los buenos sancochos y la mazamorra, Inesita cuenta que añora las galletas bañadas con un buen dulce de chocolate y un bocadillo mientras desempolva los capítulos de su historia preferida: Yo soy Betty la fea.

Salto a la fama

Con nueve décadas de vida a cuestas, narra que nunca pensó que acariciaría la fama, pues le llega a manos llenas y la ha puesto en boca del país. “Jamás me imaginé todo esto. Uno sale a la calle y la gente ni deja caminar cuando voy al médico, pero eso es bueno”, asegura Inesita con dulzura.

Todo empezó con sus aliños, una mezcla de diferentes vegetales y especias que le dan un sabor diferente a los platos y que antes de llegar a las redes tenían fama entre los suyos. Sagradamente, cada domingo, Inesita solía regalar tarros repletos de ese adobo especial a sus hijas y vecinas para que la comida les llegara a otro nivel.

Después de la pandemia, sus allegados encontraron en ese talento una posibilidad de emprendimiento para que la abuela cubriera sus necesidades básicas. Un recipiente costaba 8.000 pesos, y los compradores frecuentes eran miembros de su núcleo más cercano.

Sus seres queridos sintieron que el negocio podría mantenerla activa frente a los riesgos neurológicos que enfrenta una persona de su edad y, evidentemente, cumplieron ese propósito. Colombia es testigo de ello.La historia inicial cambió por completo cuando una de sus nietas, Andrea Arias, publicó un video en sus redes sociales en el que la protagonista era Inesita. En este contenido la abuela promocionaba de viva voz los aliños a bajo precio. La gente la recibió con amor.

Pronto las imágenes se hicieron virales. “Las personas empezaron a querer a mi abuela y me pedían más cosas sobre ella, estaban inquietos”, comenta Arias, la comunicadora audiovisual detrás del éxito en las redes sociales de Inesita.

María Inés Ortiz, Inesita. | Foto: SEMANA

La creciente aceptación del público hizo que la familia diera otro paso y optara por crearle una cuenta en Instagram para que pudiera interactuar directamente con sus fanáticos. Aquello fue hace dos años y ya suma 926.000 seguidores en esa red social. La meta está puesta en que puedan llegar rápidamente al millón.

Sobre la mesa hay una premisa innegociable para los suyos: “Esto no es un empleo, y ella no tiene presiones para hacerlo. Nosotros estamos en este cuento para que ella disfrute, para que goce, y así lo ha hecho”, agrega Andrea.

La mayoría de su contenido se basa en recetas e historias cotidianas que enamoran a los fanáticos. Sin embargo, no hay fecha ni hora de grabación. Inesita solo se pone frente a la cámara cuando le nace del corazón y quiere compartir algo especial con la gente.La imagen y la personalidad de Inesita mueven corazones en los diversos rincones del país. Si bien no tuvo gemelas, los internautas siempre le buscan similitudes con las abuelas que ya partieron al cielo y dejaron una huella parecida a la suya.

El éxito de Inesita

Una de las seguidoras más fieles de María Inés Ortiz es Karol G, quien le cumplió el sueño de montar en avión, salir del país y conocer el mar. La cita fue en República Dominicana, escenario de la canción Si antes te hubiera conocido, uno de los grandes éxitos de la artista paisa este año. En el video oficial de la interpretación aparece el rostro de la abuela con una sonrisa de oreja a oreja.

Ese momento no lo olvida: “Estuve por allá con ella. Estuve en un hotel, en el río. La comida, muy buena. Todo excelente. Pasé muy bueno”, dice Inesita junto a Andrea Arias, la nieta detrás de su éxito en las redes sociales.

Precisamente, esas mismas redes sociales también le permitieron adquirir una casa propia. Con las ganancias de sus deliciosos adobos, le construyeron un inmueble donde pasa los días haciendo lo que más le gusta: viendo televisión, tomando el sol, comiendo dulces y conversando por teléfono con sus hijas.

Su propósito es ser feliz y seguir vendiendo aliñitos hasta que Dios le preste la vida: “Tengo de pimentón, cilantro, ajo y cebolla. Hay otro que es de cilantro y cebolla, también hay unos que son sequitos. Eso sirve para echarles a las comiditas”.

La fama no le estorba a Inesita y siempre está dispuesta a dar un abrazo y posar frente a las cámaras cuando alguien le pide un retrato en la calle. Aun cuando en realidad son pocas sus salidas a Medellín, su presencia siempre causa furor en centros comerciales y clínicas. “Yo sueño con seguir adelante y estar aliviadita. Ahora tengo unas heridas en los pies que no me dejan caminar bien, pero yo estoy contentita en mi casa, con mis nietas. Yo quiero seguir vendiendo los aliñitos, que la gente me compre”, relata.

La historia de esta influencer, la de mayor edad en Colombia y que se proyecta como la más adulta del mundo, es más que inspiradora.Y, sobre todo, demuestra que la edad no es un impedimento para conquistar espacios digitales. En octubre, Inesita ajustará 90 años, un ejemplo de resiliencia y autenticidad que se expande por el mundo.