La inseguridad en Bogotá cada día está peor. Muestra de ello es que cada 24 horas se conocen casos de robos, atracos, asesinatos y denuncias de la ciudadanía por la incertidumbre en la que viven en la capital del país.
El caso más reciente lo protagonizó el reconocido actor Julio César Herrera, quien vivió en carne propia la inseguridad que azota las calles de Bogotá. Herrera estaba en su barrio, ubicado en el oriente de la capital del país, cuando de repente fue abordado por dos hombres que se movilizaban en una motocicleta y quienes lo intimidaron con cuchillos para robarle sus pertenencias.
“Así como cuando un par de hijueputas en moto te sacan un cuchillo y piden amablemente que uno entregue sus pertenencias. Así fui robado hace media hora en la bella ciudad de la lluvia @Bogota. Agradezco la atención inmediata de @PoliciaColombia, pero pues ya fue tarde”, dijo el actor en sus redes sociales.
Aunque Julio César Herrera conoce los casos de robos y atracos en Bogotá, tenía la confianza de que su barrio todavía era un lugar tranquilo y seguro para salir a caminar pero se equivocó. Los hombres en moto lo intimidaron rápidamente para que les entregara su celular y lo único que hizo fue levantar las manos para que no lo fueran a herir. El celular cayó al piso, uno de los ladrones lo levantó y huyeron de inmediato del lugar.
El reconocido actor se comunicó con el cuadrante de la Policía, que llegó rápidamente al lugar de los hechos, pero ya los ladrones no estaban por ahí. Por esa razón, a través de aplicaciones, empezó a rastrear su celular y durante varias horas vio como los ladrones lo llevaron a lugares donde se venden celulares robados y usados. “Los hampones se dirigieron a la Av. Calle 13 entre carrera 14 y 15, allí me aparece la ultima ubicación. Pregunto, ¿si ya se sabe dónde venden estos equipos por qué siguen existiendo esos locales? círculo vicioso de aquel que compra robado”.
Las señales de su celular permitieron que hicieran haciendo el seguimiento hasta Soacha (Cundinamarca) y allí seguramente el celular se apagó porque dejó de recibir las señales. Herrera le comunicó a la Policía de la ubicación de su celular, pero le manifestaron que era casi imposible ubicarlo con exactitud en lugares donde vendían celulares.
Por esa razón, pide a los ciudadanos dejar de comprar celulares en este tipo de lugares porque la mayoría de equipos que llegan son robados. Aunque ya pasó el susto, dice sentirse agradecido por no haber sido herido por los ladrones. “Fue una acción muy rápida, fue cuestión de segundos”.
El robo de celulares está disparado en el país pero particularmente en Bogotá la situación de seguridad está desbordada. Por ejemplo, La vida de Juan Pablo Rodríguez se apagó en la noche del martes 27 de julio en Bogotá. Mientras transitaba por la calle 122 con carrera 13, en la localidad de Usaquén, unos hombres que se movilizaban en una motocicleta lo robaron y le dispararon.
Aunque los hechos aún son materia de investigación, pues a simple vista podría parecer un ataque sicarial, las autoridades establecieron que los atacantes llevaban varios minutos rodeando la zona y al ver al odontólogo de 26 años en el barrio Santa Bárbara, procedieron a robarlo. A esta conclusión llegaron los investigadores al revisar las cintas de las cámaras de seguridad de la zona, en donde se dieron cuenta que Rodríguez estaba siendo perseguido y antes del ataque contra su vida fue despojado de sus pertenencias.