A juzgar por su sonrisa, trayectoria y manera de vivir, se puede pensar que Jack Nicholson nació en el estrellato. La naturalidad con la que ha vivido en la cresta de la ola engaña, pues Jack no siempre fue ‘Jack’. John Joseph Nicholson no nació en una cuna privilegiada, no siempre consiguió papeles significativos, no siempre tuvo una silla vitalicia a centímetros de los jugadores de sus amados Lakers de Los Ángeles y no siempre entregó su amor a mujeres jóvenes y hermosas. Pero una vez alcanzó la fama mundial, la vivió a fondo, sin disculparse y, más importante aún, sin pasar por encima de nadie. Curioso destino para un hombre que solo a sus 37 años supo que su hermana era en realidad su madre, y su madre era en realidad su abuela. Ambas ya habían muerto, pero con su engaño le dieron una infancia feliz.La carrera actoral de Nicholson despegó por un accidente del destino, que le premió su persistencia en perseguir su sueño por casi 12 años. Cuando estaba a punto de tirar la toalla y consideraba escribir y producir para salir adelante obtuvo el rol que lo propulsó a la fama. Rip Torn renunció a participar en Easy Rider por cuestiones de salario, y le dieron su papel. La cinta y su personaje marcaron una nueva era en el cine, pues su auge coincidió con el ‘hippismo’, la marihuana y la guerra de Vietnam. En el rodaje forjó una fuerte amistad con Peter Fonda que aún perdura, y estableció su postura progresiva en cuanto a la vida, las drogas y la política.Le puede interesar: Polanski busca volver a EE. UU. y cerrar caso de violación infantilDesde ese momento Nicholson hizo una seguidilla de actuaciones magnéticas en Chinatown, One Flew Over the Cuckoo’s Nest, The Shining, Batman, Terms of Endearment, Mars Attacks! y As Good As It Gets (entre muchas más, pues ha participado en más de 60 a la fecha), que marcaron a varias generaciones y siguen vigentes. Por ellas recibió nominaciones al Óscar en los años sesenta, setenta, ochenta y noventa, un logro solo replicado por Michael Caine. Pero, a diferencia del británico, Jack ha ganado tres veces el Óscar (dos veces a mejor actor, una a mejor actor de reparto), solo uno menos que Katharine Hepburn.Dennis McDougal, autor de Jack Nicholson, la biografía, explicó a SEMANA la razón de su éxito: “Es y fue un actor de método sin el método. Tenía más de 30 años cuando se convirtió en estrella, y lo que aprendió mientras participó en películas categoría B, C y D resultó invaluable”. En efecto, Nicholson aprendió a trabajar en películas mediocres en televisión, pero también cuando era asistente de la dupla de animación Hanna-Barbera, cargaba cables y nadie daba un peso por él. Entonces consolidó su fuerte sentido de la lealtad, que lo llevó a trabajar con el mismo agente toda su carrera. También le permitió aplicar una ética de trabajo dedicada a su talento sin ceder al ego o a los juegos de poder.El 22 de abril el rey de Hollywood cumple 80 años. Las cadenas de televisión planean cómo celebrar su carrera y se ven a gatas para escoger lo que mostrar, pero material no les falta, así lleve siete años fuera de la pantalla. Jack apareció por última vez en 2010, en la comedia How Do You Know, y su especie de retiro dio pie a rumores sobre su estado de salud, pero el actor no se preocupó por desmentir las especulaciones. Ha seguido asistiendo de gafas negras a su básquetbol acompañado de su hijo menor y, para alegría de sus seguidores, en febrero anunció una nueva incursión cinematográfica. Interpretará al protagonista en el remake estadounidense de la cinta alemana Toni Erdmann, nominada a mejor película extranjera este año.Le recomendamos: Los Guasones de carne y huesoCon el paso del tiempo el Nicholson joven, irascible y vulnerable ha dado paso al Jack reposado y maduro que se enoja igual, pero es consciente de su nueva etapa en medio de la realeza de Hollywood. A su edad ya no hay tantos papeles disponibles, pero no se queda en eso. Considera que recalcarlo, como hacen muchas actrices de edad en Hollywood, se vuelve un “mantra autohipnótico y negativo”.Hombre para todosEs inevitable compararlo con otros grandes de su generación como Dustin Hoffman, Al Pacino y Robert De Niro. Pero Patrick McGilligan, autor de Jack’s Life, explicó a SEMANA que ninguno se le acerca. “Su trayectoria y rango sobrepasan al resto, ha trabajado con directores de renombre y con independientes, en producciones chicas, mediocres, medianas, geniales y enormes. Si le sumamos los matices de su vida personal y su puesta en escena de perdedor, tenemos al Bogart de nuestros días”. Algunos opinadores argumentan que Clint Eastwood podría competirle, pero McGilligan marca una distancia: “Eastwood es el ganador, el héroe. Jack altera el género de las películas en las que actúa, logra ser el antihéroe, el hombre común que cae vencido al final”.Esa cualidad resonó en millones de hombres de su época. Como McDougal, para quien Jack fue un ejemplo a seguir. “De los años setenta a los noventa representó el ideal imperfecto del hombre estadounidense, dentro y fuera de la pantalla. Ver una de sus películas no era mero entretenimiento, más bien una educación de lo que significaba ser un hombre en la parte final del siglo XX”. McDougal, al contrario de muchos, considera que en su etapa más reciente ha enseñado a envejecer con gracia sin perder la dignidad, y piensa que millones como él consideran que Nicholson maravilla en su capacidad eterna de interpretar la esencia de la masculinidad.Las mujeres han sido parte vital de su camino. Nicholson sabe que ha perdido algo del empuje sexual que lo caracterizó por décadas, pero no llora. Quemó las etapas del matrimonio con Sandra Knight (terminaron en 1968), de una relación fuerte y larga con Anjelica Huston (estuvieron juntos 17 años, hasta que dejó embarazada a Rebecca Broussard) y del amor joven de Lara Flynn Boyle. Hace años aseguró que se enfocaba en mujeres de 25 a 38 años, aunque con el tiempo ha liberado sus parámetros. Con su toque especial de franqueza humorística, este padre de cinco hijos le dijo a The New York Times: “Tengo una debilidad por lo que me resulta atractivo. Más que psicológico, es glandular, y tiene que ver con continuar la especie”. Un verdadero bon vivant, compitió por seguirle el ritmo a Warren Beatty, de quien se dice que hizo el amor con más de 2.400 mujeres.A muchas de ellas seguramente las llevó a su mansión de Mulholland Drive, ubicada en la cima de una colina a la que llama Bad Boy Hill, donde vive hace 47 años. Hasta 2004 compartió cuadra con su ídolo de infancia Marlon Brando, con quien filmó The Missouri Breaks (1976). Muerto Brando, Jack se consolidó como el rey y señor de Bad Boy Hill, donde no tiene que rendirle cuentas a nadie ni aparentar. Solo disfrutar de un amplio espacio decorado con obras de Picasso, Bonnard, Dufy, Magritte y Bacon.Puede leer: ¿Los últimos días de Caine?Sobre esta etapa actual de su arte, Randee Dawn, periodista de Variety y el diario LA Times, dijo a SEMANA: “Es tan reconocible y víctima de parodias que es fácil olvidar lo versátil y transformador que es como actor. Su trabajo lo dice, ha sido tanto un viejo gruñón que logra generar empatía como un maniático de terror o un rebelde consumado. No importa lo que asume, su intensidad y carisma siempre están en el centro de la atracción”.Los espectadores más jóvenes hablan del Guasón interpretado por Heath Ledger, pero es osado decir que es mejor que el de Nicholson. Entre chiste y chanza negra, Nicholson comentó la muerte de Ledger con la frase “se lo advertí”. Su Guasón en Batman (1989) confirmó su estatus de superestrella polifacética. Se robó el show, ganó más que el protagonista Michael Keaton y, además, negoció un porcentaje de regalías que le representó entre 60 y 90 millones más. Pero sobre todo, su Guasón personifica su vida, la de un pícaro malandro de enorme talento que se ríe de todo. n