Cuando se lleva al cine la vida de un hombre cuyo ego e inteligencia son superlativos es difícil satisfacer las expectativas. Por eso, conseguir su aprobación puede ser un gran logro. Es el caso de la película The Theory of Everything (La teoría del todo) sobre varios momentos de la vida del físico Stephen Hawking, previos y posteriores a ser diagnosticado con esclerosis lateral amiotrófica, la condición que lo unió gran parte de su vida a una silla de ruedas y le obligó a hablar por sistemas computarizados. El científico quedó tan impresionado con el papel de Eddie Redmayne, que aseguró haberse visto en la pantalla y ofreció al director la posibilidad de usar su verdadera voz, sobre la cual —como buen hombre que gozó de una enorme visión para el mercadeo— tuvo derechos de autor.Puede leer: Stephen Hawking, el genio eternoMuchos documentales se han grabado sobre Hawking, sus teorías y sobre el libro que lo elevó al superestrellato, Una breve historia del tiempo. Pero la película ‘La teoría del todo‘ abordó la historia de amor de Hawking y su primera esposa Jane Wilde y presentó un lado hasta entonces inexplorado de la vida de científico. El largometraje se basa en la autobiografía de la misma Wilde (Travelling to Infinity: My Life with Stephen), y le valió a Eddie Redmayne el Óscar a Mejor actor.

Felicity Jones interpretó muy bien a Wilde, Redmayne se llevó merecidos aplausos pues se transformó en Hawking de modo impresionante, y la película recibió críticas positivas. Sin embargo, para varios comentaristas es demasiado dulce y añade clichés poco convenientes a una historia real cargada de tensión humana. El visto bueno del producto final, sin embargo, jugó un rol. Si la película se hubiera ceñido más al libro es probable que Hawking no hubiera regalado los derechos de su voz, ni dado su bendición al proyecto.Le recomendamos: Stephen Hawking en la cultura pop, ¿cuáles fueron sus debuts?Michelle Dean de The Guardian afirmó que la cinta se aleja demasiado de la fuente, y en su adaptación deja mal parada a la autora: “Es común que se modifiquen hechos en las películas basadas en la vida real, pero la distancia que toma ‘La teoría del todo’ es inusualmente amplia. La película es casi deshonesta de una manera injusta para ambas partes, especialmente para Jane”. La crítica británica añade que, en la película, el balance de poder entre las carreras de Jane y Stephen se reduce a que ella se dedica por completo a él, pero en sus memorias Wilde es perfectamente consciente de que no quiere ser una ‘viuda de la Física’, que renuncia a su vida profesional por la importancia y carrera de su marido.Le sugerimos: Cinco increíbles aportes de StephenHawking a la cienciaEn los actos de promoción de la película, la relación entre Hawking y Jane lució saludable. Posaron juntos para las cámaras y ella sonrió constantemente, todo en el marco de publicitar una película de amor. No obstante, años atrás, en las últimas horas de su matrimonio, antes de que ambos siguieran sus vidas separadamente y consiguieran nuevas parejas, el ambiente en la casa Hawking era todo menos romántico. Bryan Appleyard del diario londinense The Times hizo un reportaje sobre Hawking en 1988, antes del lanzamiento del libro icónico. Pronto entendió por qué lo buscaron por separado. Jane le habló mal de su marido, antes de que el periodista pudiera encender su grabadora. “Hay un aspecto de su pensamiento que me resulta cada vez más irritante y con el que me es difícil vivir. Es la sensación de que, como todo se reduce a una fórmula matemática y racional, esa debe ser la verdad. En la mente de las personas que piensan así no parece haber lugar para otras fuentes de inspiración. No se puede hablar de filosofía con Stephen sin que responda algo relacionado al reino de la ciencia”, afirmó.Puede leer: Stephen Hawking en diez frases no tan conocidasY si para Jane era difícil convivir con la racionalidad extrema de Hawking, compartir con la familia del científico fue un calvario aún mayor. Jane describe a la madre de Stephen, Isobel, y a su hermana Phillipa, como mujeres embriagadas por sus enormes egos. Las dibuja como personas “alzadas, convencidas de su propia superioridad intelectual sobre el resto de la humanidad”. Y cuenta cómo la familia despreciaba la religión, al punto de que les era imposible compartir con los amigos creyentes de ella. Solo en agosto de este año Stephen Hawking afirmó que “dios no existe”, pero si algo dejó entrever su primera mujer en la entrevista con Appleyard, es que hubiera podido decirlo muchísimo antes.Le puede interesar: En fotos grandes momentos en la vida del brillante físico StephenHawkingLa película relató una relación amorosa en medio de las difíciles circunstancias de la pareja, expuso los sacrificios, el poder y los límites del amor, y a pesar de eso, endulzó los hechos. La realidad, queda una vez más comprobado, tiene muchos más matices crueles que los que una película de amor se puede permitir. Ahora, todo queda para el recuerdo.