El caucano Javier Vásquez, una de las grandes voces del Grupo Niche por más de 20 años, y que hizo historia como parte de la agrupación Son de Cali, junto a Willy García, completa ya 13 años como solista.

Y en todo este tiempo se ha ratificado como una de las grandes voces de la salsa en el mundo. Desde que dejara Son de Cali y tras su primer álbum como solista, Aquí estoy, ha cosechado grandes éxitos como Salud, que fue incluso disco de la Feria de Cali, además de Vuelvo a ti y Necesito llorar, que se han convertido ya en clásicos y en los que ha desplegado ese sentir romántico y profundo que han caracterizado varias de sus interpretaciones.

El caucano Javier Vásquez, una de las grandes voces del Grupo Niche por más de 20 años, y que hizo historia como parte de la agrupación Son de Cali, junto a Willy García, completa ya 13 años como solista. | Foto: Cortesía: Gabriel Gonzalez

Este año, Vásquez sorprendió a sus seguidores con una poderosa canción, Caminemos juntos. Un tema que ha sido para el cantante una suerte de renacer después de las dolorosas pérdidas de sus dos hijos en 2021.

“Después de ese episodio familiar tan difícil, yo buscaba un tema así profundo, del estilo de Necesito llorar, y mi Dios me puso en el camino al compositor Juan Manuel Rodríguez, JuanJha, que entendió el sentir que deseaba expresar. Y esa nueva canción ha pegado en Colombia, en Miami, en Centroamérica”, contó Vásquez en SEMANA, quien este desde martes se embarcará en una gira que lo llevará por Europa durante un mes.

'Caminemos juntos', nueva canción de Javier Vásquez. | Foto: Javier Vásquez

Una vida de grandes éxitos

En diálogo con SEMANA, Javier Vásquez reconstruyó su exitosa carrera musical. Recordó, por ejemplo, cómo conoció al maestro Jairo Varela, que tres décadas atrás lo vinculó al Grupo Niche y lo convirtió en una de sus voces insignias.

“Estaré por Madrid, Barcelona, Valencia, Murcia, Pamplona, París y Londres. Una gira con todos los fierros”, relató el cantante, que a finales de 2024 se presentará también en varias ciudades del país, entre ellas Cali, en medio de su tradicional Feria.

“A Jairo lo conocí por pura casualidad. Un día iba caminando por la calle y vi a lo lejos a un señor con una gabardina. Era él. Lo saludé todo contento y él me dijo: “¿De casualidad vos no sos Javier Vásquez, el cantante de Ramón Antigua?”. “El mismo”, le respondí. Y me contó que estaba buscando una voz para que acompañara al gran Tito Gómez, que en ese momento estaba en la agrupación. Y le dije de una que sí. Yo tenía solo como 18 años. Ni siquiera había sacado la cédula. Y eso fue un problema porque en ese momento los músicos de Niche estaban sacando las visas porque se iban de gira para Estados Unidos. Y entonces lo primero que hizo Jairo fue hacer las vueltas para que yo al menos tuviera una cédula”.

Es una época de su vida que Vásquez recuerda con inmenso cariño. “Me dijo que era justo lo que él estaba buscando, el sonido que quería para Niche. Yo no lo podía creer. Grabamos grandes éxitos como Entrega, Sin sentimiento, Mi hijo y yo, Amor amor, La canoa ranchá, Debiera olvidarla y uno de los grandes himnos de la capital del Valle, Cali ají. Muchos éxitos en casi 20 años que le dieron renombre internacional a Niche”, contó el cantante.

Para Vásquez, Jairo Varela fue como un padre en los inicios de su carrera: “Me enseñó mucho de lo que sé como artista. Y era muy estricto, sí. Una persona que se preocupó por cuidar de la imagen de su orquesta y de sus músicos. Era tan estricto, que recuerdo que cuando comencé a viajar con Niche yo no era muy cuidadoso alistando la maleta y metía esos uniformes como cayeran. Y al hombre en Miami le dio por revisarme la maleta. Empiezo a sacar el pantalón, el saco, la camisa, todo estaba arrugado porque yo era bien loquillo”, cuenta Javier.

Ese día, Varela le preguntó por el corbatín, “y a mí se me había quedado. ¡Dios bendito! Y en medio de ese susto tan berraco le dije: “Es que no me cabía en la maleta”. No se me ocurrió qué más decirle en medio de ese susto. Me fui de multa, porque eran cosas que él no toleraba con sus músicos. Jairo se fue de habitación en habitación contándoles a todos semejante ocurrencia. Y todos estaban muertos de la risa”.

También recordó las razones detrás del fin de Son de Cali: “Este par de negros dijimos: ‘Vamos a ver qué pasa si caminamos solos’. Partimos cobijas, pero seguimos siendo amigos de la vida y de la música. A los dos nos ha ido bien”.