La noticia del momento en el jet set es el compromiso del fundador de Amazon con su novia Lauren Sánchez.
Como todo lo que hace el dueño de una de las tres fortunas más grandes del mundo, los detalles de la propuesta de matrimonio se han explicado con minucia por la prensa.
El escenario: su recién estrenado yate Koru, de 500 millones de dólares, en el cual cumplían una travesía por la Costa Azul.
En el colmo de la opulencia, este barco tiene una nave asistente (por si las moscas) con helipuerto, entre otras comodidades.
Por su parte, el anillo con que selló el compromiso con su amada se adorna con un diamante de 20 quilates, por el cual pagó 2,5 millones de dólares.
Cualquiera que conoce su fama de halcón para los negocios, podría creer que a él no se le puede engañar en cuestión de precios, pues su sitio vende de todo por Internet, desde cuchillas de afeitar hasta grandes electrodomésticos, pasando por ropa, libros, productos para el hogar y muchos más.
Quizá ese sea el motivo de las burlas de que está siendo objeto el magnate, a raíz de otro detalle que se vio involucrado en su ya famosa velada de pedida de mano.
Los festejos siguieron en Cannes, donde se dejaron ver por el festival de cine y fueron a comer en el restaurante La Petit Maison.
Allí, se sentaron a manteles con la hermana de Bezos, Christina, y su esposo Steve Poore, en un mirador cubierto de matas de vid.
Por supuesto, a la hora del pedir, el vino no podía ser otra cosa que uno de los afamados ejemplares del país, de modo que él eligió Dugat-Py Grand Cru, de la casa Domaine Bernard, procedente nada menos que de la región de Borgoña, según lo reportó la revista People.
Para el que no sabe y lo ve en la mesa de dueño de una fortuna de alrededor de 140.000 millones de dólares, pensaría que debe valer el oro y el moro.
En efecto, según People, Bezos pagó 4.285 la botella, es decir, más de 18 millones de pesos.
Pero Parcelle Wine, una popular tienda de vinos de Nueva York, afirmó que él fue “mega estafado” en su cuenta de Instagram.
De inmediato, se desataron las respuestas.
“LOL (carcajadas). ¿Qué creía él que estaba ordenando, Rousseau Chambertin?”, le contestó un internauta, refiriéndose al que es considerado uno de los 50 vinos más caros del mundo.
Siguiendo con el tono sarcástico, otro remató: “El amor es ciego”.
No faltó quien fuera un poco más allá: “Eso explica la selección de vinos de m... de Amazon”, anotó un internauta.
El New York Post decidió investigar con otro experto en la materia, quien le informó que la última vez que una botella de Rousseau Chambertin fue a subasta, en marzo del año pasado, se vendió por casi 650 dólares, que equivalen a más de 2.800.000 de pesos.
“El vino Chambertin es de la legendaria viña del mismo nombre de la zona de la Costa de Oro, en Borgoña, que es una de las más prestigiosas en el ámbito vinícola. Solo se producen unas 200 botellas al año y de un solo barril”.
Así las cosas, el que pidió Bezos, que no es de una calidad tan excelsa, debe costar mucho menos durante una noche común y corriente en un restaurante.
No obstante, es posible que a él no le importe mucho, pues, teniendo en cuenta lo acaudalado que es, eso sería como quitarle un pelo a un gato.