Luego de ser una de las mujeres más admiradas del mundo por muchos años, J.K. Rowling vive un momento difícil ante la opinión pública debido a sus controvertidas opiniones sobre el género. Sus fanáticos, que antes la aplaudían y la admiraban sin límites, hoy están divididos en torno a su figura, y ella ha hecho poco para recuperar la admiración.
El meollo del asunto son sus comentarios en Twitter que muchos consideran transfóbicos, pues ha dicho que las mujeres trans (personas que aunque nacen como hombres se perciben y se sienten mujeres) no pueden ser consideradas mujeres. También ha afirmado que el género está determinado biológicamente (se nace hombre o mujer) y que nada puede cambiarlo, una postura que va en contra de la comunidad LGBTI y de los estudios que afirman que la identidad de género no tiene nada que ver con la biología y depende de cada persona.
A esa controversia, que tiene a la creadora de Harry Potter enfrentada con gran parte del mundo editorial, algunos de sus fanáticos y hasta los actores que interpretaron a sus personajes en las películas, se le acaba de sumar otro episodio que algunos consideran un desafío directo de la escritora a sus críticos.
En su nuevo libro (Troubled Blood), lanzado esta semana en Inglaterra, Rowling incluye un villano que para muchos discrimina aún más a la comunidad trans y muestra sus propias prevenciones y odios hacia esa población. Se trata de un asesino serial que se viste como mujer para cometer feminicidios y asesinar a otras mujeres.
Las críticas no se hicieron esperar. Las reseñas en varios de los medios más importantes de Inglaterra esta semana hablan de cómo su opinión sobre las mujeres trans ha permeado su literatura y muchas personas, en redes sociales, comenzaron a atacar a la escritora e hicieron tendencia el Hashtag #RIPJKRowlin, una forma de decir que para ellos la escritoa ya no es importante y de hacerle luto.
Lo más llamativo es que no es la primera vez que Rowling escribe sobre un personaje travesti o trans bajo una luz negativa. Ya lo había hecho en otro libro, El gusano de seda (2014), en el que mostraba a una mujer “inestable y agresiva” que intenta apuñalar al protagonista, y de la que al final se descubre que es transgénero.
La historia de una polémica
La polémica con Rowling comenzó en diciembre del año pasado, cuando en Inglaterra estalló un escándalo cuando una empresa despidió a una mujer que escribía en redes sociales comentarios discriminatorios contra las mujeres trans debido a que el gobierno inglés estaba hablando de pasar un proyecto para que las personas escogieran ellas mismas cuál es el género en el que se sienten más cómodas.
La escritora inglesa, una reconocida feminista, se indignó con la situación y fue a su cuenta de Twitter para protestar por la decisión de la compañía:
J.K. Rowling“Vístete como quieras. Llámate como quieras. Acuéstate con cualquier adulto que lo consienta. Vive la mejor vida en paz y seguridad. ¿Pero obligar a las mujeres a dejar sus trabajos por afirmar que el sexo es real?”
De inmediato comenzó a explicar que para ella el género estaba determinado biológicamente y que las mujeres trans no podían ser consideradas mujeres, lo que desató la ira de esa población.
La controversia, sin embargo, aumentó este año cuando Rowling volvió a la carga en twitter por un artículo que hablaba de las “personas que menstrúan”. “Estoy segura de que debe haber existido una palabra para esas personas. Alguien que me ayude...”, escribió en Twitter, haciendo referencia a la palabra ‘mujeres’.
Luego, cuando varias personas la acusaron de transfóbica, respondió con vehemencia: “Mi vida ha estado moldeada por ser mujer. No creo que sea digno de odio decirlo. Conozco y amo a personas trans, pero borrar el concepto de sexo (género) remueve significativamente la capacidad de muchos de discutir sobre sus vidas”.
De inmediato otros escritores, personalidades de la farándula y hasta actores de la saga de Harry Potter le salieron al paso y dijeron que con sus comentarios, la escritora estaba discriminando e hiriendo a millones de mujeres trans de todo el mundo, muchas de las cuales son fanáticas de Harry Potter y de Rowling.
Ella no solo se mantuvo con sus comentarios sino que escribió una larga entrada en su blog personal tratando de justificarse. Confesó que era sobreviviente de abusos domésticos y de agresiones sexuales, y que eso le generó una preocupación sobre los espacios que son utilizados por un solo sexo, como los baños públicos o las prisiones. “Cuando abres las puertas de los baños y vestidores a cualquier hombre que crea o sienta que es una mujer, abres la puerta a cualquiera y a todos los hombres que deseen entrar”, escribió.
También dijo que la mayoría de las personas trans no son una amenaza, sino que son vulnerables, pero hizo énfasis en que los activistas trans “están haciendo un daño al tratar de erosionar a la mujer como clase política y biológica, y al ofrecer un encubrimiento a los depredadores”. Una frase que muchos consideraron ofensiva.
Ahora, con su nuevo libro, no solo aviva la polémica, sino que deja claro que a pesar de lo que pase ella no va a dar su brazo a torcer.