Hasta sus últimos días Karl Lagerfeld, nacido en Hamburgo, Alemania, en 1933, mantuvo un espíritu y una mente de avanzada. Nunca conoció la antesala de nada. Fue un pionero de la moda, en el verdadero sentido de la palabra. A pesar de que siempre odió el avión, recorrió medio mundo, desde Versalles hasta La Habana, llevando sus legendarias caravanas cargadas de ilusiones, modernismo, libertad e independencia, legados que recibió de la creadora de la casa Chanel. Su relación con esta marca comenzó en 1983 cuando el socio de Gabriel Coco Chanel, Alain Wertheimer, buscó al “Kaiser” para que sacara de ese sueño dormido la Casa Chanel, que había entrado en decadencia desde la muerte de su creadora, a los 87 años, en 1971. El paño tweed de Chanel fue el lienzo al que siempre volvió y reinterpretó Lagerfeld a lo largo de sus 36 años en esa casa. Su talento, ingenio y creatividad no daban abasto para las seis colecciones que presentaba al año, ni para exponer suficiente sus innumerables fotografías. Ilustró cada patrón e imaginó cada tendencia, encerrado en su estudio, rodeado de libros, cuadros y de su eterna compañera, su gata Choupette. Se reinventó, después de haber perdido 100 libras, para poder usar los ceñidos pantalones de cuero diseñados por su amigo Heidi Slimane para Dior. Luego llegaron a su vida el sacoleva, los guantes de motociclista, la cola de caballo, las cadenas sobre el chaleco de terciopelo, los anillos, el cuello blanco rígido, el lazo de falla y los lentes negros. Esa imagen de superestrella lo acompañaría hasta su último día. Se volvió un ícono de moda plasmado en afiches, muñecos, llaveros y camisetas, representando lo que todo fashonista quiere ser. Puede leer: A los 85 años murió el "Káiser" de la moda, Karl Lagerfeld Su leitmotiv, “Sin humor no puede existir la moda”, lo llevó en la sangre. Siempre se rio de sí mismo y de los demás, con un humor negro que lo caracterizaba. Hoy lo lloramos porque se cerraron los ojos de un genio, de un gigante, de un grande. Karl Lagerfeld no es solo un diseñador que logró revitalizar la marca Chanel, sino uno que supo adaptarse al mundo moderno, ese en donde el Instagram es más importante que una valla publicitaria. Lagerfeld hizo que las millenials se rasguen las vestiduras por la clásica cartera 2.5, la chaqueta negra emblemática o el Little Black Dress.