El denominador común de los proyectos de esta bogotana es la felicidad que siente al idear la composición de sus fotos y videos. Cada trabajo suyo es la expresión refinada de lo que sentía cuando de pequeña jugaba en el cuarto de costura de su abuela Adela Correa de Villegas, en donde los botones eran los protagonistas de sus historias: “Creaba todo un universo alrededor de ellos”, recuerda Mariana Velásquez Villegas. En junio de 1998, recién egresada del colegio y sin tener claro si quería estudiar diseño, optó por hacer una práctica de seis meses en la cocina de Harry Sasson. Fue una revelación. Han pasado 20 años y todavía se emociona al describir esta experiencia como “hacer parte de un lienzo vivo”. Todo era mágico. “Me impactó la rigurosidad y la armonía con la que trabajaban. Fue un privilegio conocer algunos de los secretos culinarios de ese maestro”.
Durante once años de carrera ha tenido todo tipo de clientes que le han permitido pulir sus técnicas y darse tiempo para trabajar en sus propios proyectos, entre los que podría incluir próximamente un nuevo libro. FOTO: ©ANDRÉS OYUELA • MANAGEMENT: VICKY PAVAJEAU También puede leer: Se abre en Bogotá Casa Kanú un espacio para la literatura la cocina y el arte Así, decidió estudiar cocina, fotografía y administración. Y después no dudó en especializarse en Historia de la Gastronomía. Todo en Nueva York, en donde siempre quiso establecerse. “Entonces, descubrí que todo lo que me gustaba se podía unir en un solo sitio, y en un solo oficio: el food styling”. Años más tarde su mentora, la reconocida food stylist Jee Levine, fue quien la impulsó a lanzarse al agua y crear su propio estilo, su marca. Su concepto de Cena Rosa, inspirado en el arquitecto mexicano Luis Barragán, ha llegado a Hong Kong, Singapur y Shanghái. Le advirtió que no la contrataría más, gesto que ella valora eternamente pues le abrió las alas para volar en un campo laboral bastante particular, “un nicho reducido y especializado, pero cada vez menos oscuro, porque ahora la gente ya sabe que hay alguien detrás de esas fotos en las que la comida se ve increíble”. Sin perder su acento capitalino, dice que es amiga del trabajo colaborativo, pues cree que de unir el talento de varias personas surgen ideas extraordinarias. Ejemplo de esto es su experiencia en 2012 al lado de Michelle Obama, cuyo equipo la contactó para que le hiciera la producción y fotografía de la portada de su libro ‘American Grown‘, un bello registro gráfico de su experiencia con la huerta orgánica que cultivó durante su paso por la Casa Blanca y los menús favoritos de la familia presidencial. Le recomendamos leer: 5 consejos de uno de los chefs más famosos del mundo para llevar una vida saludable A la entonces primera dama y sus chefs les gustó tanto la variada y original propuesta de Mariana que le pidieron trabajar con ellos en toda la producción del texto de 256 páginas, específicamente en la conceptualización de los platos. También ha puesto su ingenio y sus imágenes en publicaciones editoriales como Saveur, New York Times y Vogue; además ha incursionado en el campo publicitario con marcas del prestigio y cobertura mundial de William Sonoma, Macy’s, Godiva y Häagen-Dazs, para quienes produjo un comercial protagonizado por el recientemente nominado al Óscar, Bradley Cooper, que la sorprendió con su insaciable gusto por los helados y las paletas.
Carmiña Villegas y Mariana Velásquez comparten su pasión por las ferias de diseño y los viajes. Milán y París son algunos de los destinos predilectos de madre e hija. FOTO: ARCHIVO PARTICULAR Su faro ha sido su mamá, Carmiña Villegas, quien desde 1991 transformó su propio nombre en una de las marcas más reconocidas del país en el campo de la decoración. Las dos siempre planean encuentros en cualquier parte del mundo para disfrutar lo que mejor saben hacer: encontrar novedades en vajillas y cristalería. Mariana admira su disciplina y buen ojo para saber lo que se usa en el comedor, y agradece su combinación entre lo práctico y lo artístico cuando acude a ella por consejos, esos mismos que le sirvieron cuando se aventuró a publicar dos libros de recetas: ‘Snog frozen treats‘ y ‘Del semillero‘. “La cocina y el salón comedor son los lugares ideales para lucir un gran vestido y para exponer obras de arte. Todo está unido”: dice Mariana. Muchas de las semillas de su inspiración están en la plaza de mercado de cada ciudad que visita. Así comienza su “pesquisa por la religiosidad de la cocina de cada cultura”, para descubrir los detalles y sabores que las diferencian, “allí no solo se encuentra comida, también artesanías, flores y plantas”. También se vale de las obras de diseñadores y artistas para sus creaciones: Así apareció Buenlimón, una amplia variedad de delantales estampados con su estilo inconfundible. Y desde sus años universitarios empezó su colección de arte latinoamericano, que hoy exhibe en su loft en Nueva York, en donde con su esposo, el periodista Diego Senior, adoran recibir invitados y prepararles recetas, tal como lo aprendió de sus abuelas, grandes cocineras quienes reunían a la familia alrededor de una buena cena. Le sugerimos leer: Lecciones de cocina en el Jardín Botánico de Bogotá Atrás quedó su modesta idea juvenil de tener un pequeño café, pues, con las infinitas posibilidades que le ha dado su carrera, prefirió crear el pódcast sobre cocina y diseño Buen Limón Radio, único en español para la emisora Heritage Radio Network, en Estados Unidos: “Entrevistamos diseñadores, arquitectos y artistas, desde el punto del sabor. Hablamos sobre aquello que les encanta comer, cómo se entretienen en su casa, qué sirven en la mesa, qué les gusta y qué no”. Como si fuera poco, ahora su objetivo es hacer el food styling para la producción de una película de época, por el estilo de ‘Marie Antoniette‘, de Sofia Coppola. Un trabajo que la lleve al siguiente nivel en exigencia: “Algo que requiera una investigación de las costumbres y los escenarios, y tener la oportunidad de reproducirlo detalle a detalle”, concluye. Este artículo hace parte de la última edición de la revista Jet Set