El país se despertó este martes con la triste noticia del fallecimiento del actor y director colombiano Alí Humar, quien se encontraba internado desde el pasado 14 de junio en la Fundación Santa Fe, en la capital del país, tras padecer complicaciones derivadas a su contagio por coronavirus.
Humar, quien murió a la edad de 76 años, del año 2000 a 2019 fue director del popular programa de humor ‘Sábados Felices’. Por lo tanto, parte del elenco de dicho programa de humor, como Hassam, Piroberta, el presentador del programa Humberto Rodríguez Calderón, más conocido como ‘El Gato’, entre otros, se pronunciaron tras el fallecimiento del actor colombiano.
A través de su cuenta en Instagram, Julián Madrid, conocido por su personaje en Sábados Felices como ‘Piroberta’, compartió una imagen donde aparece junto al artista fallecido y con un mensaje que dice: “Vuela alto, maestro Alí Humar”.
Quien también lamentó la muerte del artista Alí Humar, fue Gerly Hassam Gómez Parra, conocido como Hassam, humorista de Sábados Felices. “¡Una oración por su alma! Hasta siempre, don Alí”, publicó Hassam a través de una historia en Instagram.
Lo mismo hizo Frey Eduardo Quintero, más conocido como ‘Boyacomán’, quien también publicó en Instagram una imagen de Humar con un breve mensaje que dice: “Descanse en paz, jefe”.
Juan Guillermo Zapata, conocido como ‘Carroloco’, hizo lo propio en la misma red social tras la muerte del actor y director colombiano. “Gracias, don Alí. Q. E. P. D.”, expresó el humorista y libretista por medio de sus historias de Instagram.
Por su parte, Hugo Patiño Vásquez, humorista y actor recordado por ser de los primeros integrantes del elenco de Sábados Felices, compartió una imagen con Alí Humar con un sentido mensaje: “Lamento la partida del gran señor Alí Humar. Dios te tenga en su gloria”.
“Descansa en paz, querido Alí. Gracias por todos estos años, por tus enseñanzas, por el cariño y respeto que siempre me demostraste. Extrañaré profundamente nuestras ‘filosofadas’ y tantas anécdotas compartidas”, fue el mensaje de Humberto Rodríguez Calderón, El Gato, presentador de Sábados Felices.
Alí Humar, un pionero de la televisión colombiana
Si a un colombiano con buena memoria para la televisión le preguntan por los personajes más queridos de la pantalla criolla, seguro mencionará a Alí Humar. Por la época en que las telenovelas y otros dramatizados eran basados en los clásicos de la literatura nacional y universal, él tomó parte en producciones de las que casi no ha quedado recuerdo fílmico.
Así, en aquellos años 70, los colombianos se familiarizaron con él a través de María, basada en la novela de Jorge Isaacs, y La Vorágine, versión de la obra de José Eustasio Rivera. También participó en uno de los hitos de audiencia de la época, Caminos de gloria, con Julio César Luna, María Eugenia Dávila, Mauricio Figueroa y Ronald Ayazo. De ellos, algunos ya han muerto, mientras que los sobrevivientes, seguro lamentan a estas horas su sensible partida.
En 1975, además, participó en “La mala hora”, versión para televisión de una novela de García Márquez, y también se unió al elenco de dramatizados tan exitosos como la comedia Los Pérez somos así o La abuela, protagonizada por Teresa Gutiérrez, y con artistas tan renombrados como María Eugenia Dávila, Lucero Galindo, Delfina Guido, Hugo Pérez y Jaime Saldarriaga, entre otros.
Semejante lista es solo un resumen del gran esfuerzo que hicieron los pioneros de la televisión nacional por darle un estilo propio a la pantalla chica criolla. Y Humar sabía muy bien de qué se trataba, pues estuvo en sus inicios mismos.
Como el gran memorialista que fue, evocó cómo, tras la fundación de la televisión colombiana, en 1954, se buscaban actores y un modo de reclutarlos fue a través de un espacio titulado “El primer aplauso”. Allí, los aspirantes mostraban sus dotes histriónicas y el mejor era escogido por la votación del público. Humar, que era un adolescente en ese momento, se animó a participar, no como actor, sino como votante. Pero por un error del destino le notificaron que había sido seleccionado y le dieron una beca para estudiar actuación con el maestro Bernardo Romero Lozano, padre de los dramatizados de televisión colombianos, y el gran Boris Roth.
Toda la vida, Humar se ufanó de su padre palestino y hasta llevó a la televisión la historia de su llegada a Colombia que, por supuesto, comenzó por Barranquilla, en los años 20. Yusef Omar Mustafá llegó con la ola de inmigrantes de Oriente Medio que huían de la pobreza y devastación que dejó la Primera Guerra Mundial en el desintegrado Imperio otomano o turco, por lo cual se les llamaba así: turcos.
Su paso por las producciones más vistas de los años 70 coincidió con frecuentes ataques de decepción que lo llevaban a pensar seriamente en dejar la actuación.
No obstante, en los momentos más oscuros siempre ocurría algo imprevisto que le permitía subir un nuevo peldaño. Fue así precisamente como incursionó en la dirección, cuando trabajaba en Caracol. Su buen desempeño allí le dio fama y RTI lo contrató, durante la que fue, quizá, la era dorada de los dramatizados colombianos.
En los años 80, Alí Humar fue el director de la serie que paralizaba al país por las noches entre semana, Los cuervos, sobre una extraña familia que habitaba una misteriosa mansión de Casaloma.
Otro hit fue Señora Isabel, una serie muy escandalosa para la época, la cual él definió como algo “agresivo y loco”, pues contaba la historia de una cincuentona, interpretada por Judy Henríquez, que se enamoraba de un joven que podía ser su hijo.
A Sábados Felices también llegó, en 2000, por un revés inesperado del destino. Resultó que Jota Mario Valencia, quien dirigía el espacio, se tuvo que ir del país intempestivamente, y él tomó su cargo, una experiencia que duró casi 20 años, hasta 2019, cuando se retiró.
En 2002 regresó a la actuación para trabajar al lado del también ya fallecido Bernardo Romero Pereiro, otro grande, en Siete veces Amada. Seis años más tarde hizo otra incursión como actor en Sin senos no hay paraíso, en la cual encarnó a Pablo Morón.
Humar también fue presentador de programas como el concurso Alcance una estrella. En los últimos años, se dedicó también a la escritura, de lo cual son fruto dos obras, Ya que me acuerdo, lanzada en febrero pasado, y Es mi versión y no la cambio, en las cuales narró recuerdos de su intensa obra artística, así como su visión de la época en que le tocó vivir.
Al hacer un repaso de otros espacios en que tomó parte, se revela por sí solo que su nombre está irremediablemente ligado a la historia de la televisión colombiana: El ángel de piedra, Noticiero de la historia, Tabú, La quinta hoja del trébol. Lola calamidades, Embrujo verde, La feria de las vanidades, Vendaval, Caminos de gloria y muchas otras.