“¡Me encanta volver a mi casa, que es Caracol!”, dice emocionado desde el otro lado de la línea el presentador paisa Iván Lalinde, que regresa a una faceta con la que se dio a conocer en todo el país cuando conducía El precio es correcto, programa que estuvo al aire entre los años 2011 y 2014.
En entrevista con SEMANA, cuenta que cuando le llegó la propuesta de ser el presentador de La Voz Kids lloró de emoción. “Es un formato tan especial que, de verdad, estoy muy agradecido, siento que es un regalo, un premio de la vida y un espaldarazo del canal para mí”, dice.
Desde su salida del Canal RCN en 2020, su ausencia fue notoria entre el público familiar, incluso estuvo ausente de las redes sociales, hasta que un buen día comenzó a tejer y a mostrar sus productos, que incluso ayudó a promocionar su gran amigo Carlos Vargas.
Era pandemia, las obligaciones apremiaban, el trabajo escaseaba y la angustia comenzó a hacer de las suyas. “Uno se afana, es humano, pero si algo nos enseñó la pandemia es que nada es fijo, nada es permanente, no nos podemos apegar a absolutamente nada. Decir que estaba tranquilo, sería una mentira, uno siente una angustia horrorosa: ‘Juepucha no me va a alcanzar la plata, me va a tocar medidas de emergencia”.
Conforme pasaron los meses, la angustia mermó y fueron muchos los aprendizajes en ese tiempo cesante. “Aprendí a valorar mi tiempo libre, el tiempo en mi casa y el tiempo con mi familia, aprendí que en esta vida lo que más se necesita es el aire para respirar. Nunca me hizo falta una libra de arroz, unos huevos, una leche, y con eso, daba gracias a Dios de tener comida en la nevera, de poder pagar los servicios”, dijo.
Logró entonces relajarse, permitirse estar tranquilo, sereno y esperar con calma. “Dejé que las cosas fluyeran y que llegara lo que debía llegar”.
La llamada de un amigo
Corría el mes de octubre de 2021 y Juan Esteban Sampedro, gerente de entretenimiento de Caracol Televisión, lo invitó a participar en el programa matutino del canal, Día a Día. “Él ha sido mi jefe y ha sido mi amigo. Me comentó de la posibilidad de reemplazar a Carlos Calero y terminé quedándome fijo”.
En mayo de este año se despidió de sus compañeros para darle la bienvenida al proyecto de La Voz Kids. “Nunca me lo imaginé, no lo podía creer, fue una inmensa alegría”.
Pese a su felicidad, Iván tuvo que enfrentar una afección de salud que lo mantuvo una temporada lejos del programa de sus sueños. “Estábamos grabando las promos de La Voz Kids en el hotel Tequendama, me levanté a las 3:30 a. m., desayuné, me fui a la locación, me puse a tejer y a las 8:30 a. m. me empezó un dolor en la parte baja de la espalda, no podía ir al baño, caminaba con dificultad, salí de urgencias y a las 6:00 p. m. me estaban operando de un cálculo renal. ¡Me dio mucho guayabo!, llamé a Juan Esteban y él me dijo: ‘”Lo importante es estar bien de salud y que te alivies’. Soy tan afortunado, me atendieron divinamente en la clínica y todo salió bien”, relata Iván.
Se ha gozado cada segundo de esta temporada porque para él, los niños no solo son inocencia y transparencia pura. “Esto ha sido una recarga de energía absoluta. No podemos olvidar el niño que tenemos dentro. Ellos son verdaderos maestros y le sacan provecho a todo. Trabajar con niños es la cosa más divina”, concluye el presentador.