“Se hizo millonario y se convirtió en un esnob. Quiere que lo veneren y no estoy de acuerdo con eso. Yo soy su hermano mayor y no tengo por qué hacerlo”. Así justifica Malik Obama su disgusto con Barack Obama, tan hondo, que declaró una vez: “Mi medio hermano es una decepción”.

No contento con ello, en 2016, en plena campaña electoral, se fue lanza en ristre contra Hillary Clinton (la tildó de corrupta y falsa), candidata del Partido Demócrata, apoyada por el jefe de Estado, y manifestó su respaldo al republicano Donald Trump. Aquello debió ser una bofetada para Barack, dada la manifiesta animadversión entre él y su sucesor.

Uno de los peores golpes que Trump le propinó fue propalar la versión de que él no nació en Estados Unidos, lo cual lo inhabilitaría para ser presidente. Aunque luego tuvo que retractarse, la creencia caló y generó el fenómeno birther, de quienes se quedaron con la teoría de que su elección fue inválida debido a su origen.

De Trump, Malik opinó que es un empresario exitoso y honesto, que cumpliría a cabalidad con su conocido eslogan: “Hacer a Estados Unidos grande otra vez”. Expresó que las mujeres que lo acusaban de abusar sexualmente de ellas, mentían. Se mostró en contra de los derechos de la comunidad LGTBI, favorecidos por su hermano. Hasta llegó a lamentar que Estados Unidos hubiera matado a Muamar el Gadafi, uno de sus mejores amigos.

En 2016, cuando Obama aún era presidente, Malik saltó a las primeras planas de diarios como el New York Post, al declarar que votaría por Trump. | Foto: THE NEW YORK POST

Trump, informó en ese momento The Washington Post, lo invitó a sentarse en un sitio preferencial durante el debate presidencial que sostuvo con Clinton en Las Vegas.

Hoy, la sintonía de Malik con Trump persiste. Como tiene nacionalidad tanto keniana como estadounidense, prometió que volverá a darle su voto. Pero, comentó el Post, él parece ser más bien la clase de hombre que el actual mandatario, acusado de xenófobo y racista, quiere fuera de Estados Unidos. “Es musulmán. Proviene de Kenia, blanco de los ataques de los terroristas somalíes quienes, todo parece indicar, son islamistas. Tiene entre tres y doce esposas (nunca ha sido claro al respecto), por lo que no se adhiere a los valores tradicionales de la familia estadounidense”, explicó el diario.

El libro, en fin, no es nada favorable para la imagen del expresidente Obama, en momentos en que quiere cobrarle la revancha a Trump y poner en la Casa Blanca a Joe Biden, quien fuera su vicepresidente.

Malik Obama, contador de 62 años que ha trabajado en empresas como Lockheed Martin y Fannie Mae, es hermano del exmandatario por parte de su padre, Barack Obama Sr., un economista keniano muerto en un accidente en 1982. Asegura que duró dos décadas escribiendo Big Bad Brother from Kenya, memorias en las que registra cómo se deterioró la relación entre él y el político.

El expresidente con su padre, Barack Obama Sr. en Hawái, en 1972. En él se inspiró para escribir su bestseller Los sueños de mi padre. | Foto: HO/OBAMA FOR AMARICA/AFP

Malik conoció a Barack en 1985, cuando llegó a trabajar a Estados Unidos. El futuro presidente tenía 24 años, era coordinador comunitario en Chicago y le dio la bienvenida. La relación llegó a ser tan cálida que Barack lo nombró su best man, o padrino, en la boda con su esposa Michelle Obama, en 1992. Malik incluye fotografías de los días que pasaron en Kenia con otros miembros de la familia.

En 2009, Barack pasó a la historia al ser elegido el primer presidente de raíces africanas de su patria. Poco después de la victoria, relata Malik, le comentó sobre la fundación que había creado, bautizada con el nombre de su padre. “Tuvimos una gran pelea de toda una noche por teléfono porque él no me secundó e insistió en que parara el proyecto. Él tenía sus razones, pero a mí no me importó. Amenazó con apartarse de mí si seguía con la fundación”, escribió el keniano.

Para el New York Post, “en retrospectiva, el presidente podía tener razón en ser escéptico. En 2011, la institución se vio en problemas por no registrarse como una organización reconocida federalmente exenta de impuestos y por declarar falsamente que sí lo había hecho. En los últimos nueve años solo ha recogido menos de 50.000 dólares anuales”.

En los años 1980, el futuro presidente Obama (segundo de izquierda a derecha de pie) posó en Kogelo, la aldea de la familia en Kenia, con su tío Sayid, y sus medio hermanos Roy, Bernard y Abo, entre otros. Sentadas: su hermana media Auma, su madrastra Kezia, su abuela Sarah Obama, y su tía Zeituni Onyango, a quien Barack no quiso ayudar, según el libro. | Foto: PETER MACDIARMID/AF

Las memorias hablan de presuntas conductas desconsideradas del expresidente. Poco antes de la posesión, Malik le reveló que su tía, Hawa Auma Hussein, quien había sido muy buena con él, no estaba en la lista de invitados a la ceremonia.

"Mientras que Obama estuvo en la Casa Blanca, ella vivía por encima de la línea de pobreza, trabajando como vendedora de carbón, en una casa en ruinas. En 2015, cuando el mandatario visitó Kenia, Malik le pidió que la ayudara construyéndole una vivienda. “Le dije que se lo debía, que tenía que hacer algo por la familia. Me contestó que estaba quebrado”, asegura.

Otra tía, Zeituni Onyango, habitaba ilegalmente una propiedad pública. Murió en 2014 sin un centavo y sus deudos organizaron una colecta para llevarla de vuelta a Kenia y para su sepelio. En la Oficina Oval, Malik le pidió al presidente 20.000 dólares; a este último le pareció que era mucho y le dio 5.000 dólares. Así, la familia se demoró un mes en reunir el dinero.

Obama era senador cuando Kenia lo recibió como un héroe en 2006. Malik lo acusa de no cumplir las promesas que le hizo a la aldea ancestral de su familia. | Foto: TONY KARUMBA/AFP

“Ella fue realmente buena con él. No entiendo cómo una persona que se dice pariente o hermano puede comportarse de ese modo tan frío y despiadado, y volverle la espalda a la gente que afirma que es su familia”, se queja Malik Obama.

Otros reproches son que, siendo mandatario, no fue a Kogelo (la aldea de la familia) cuando estuvo en Kenia, que no proveyó a los parientes que pasaban allí penalidades y que no puso a su prima Auma o a su abuela, mamá Sarah, “a quien dice querer tanto”, en la junta directiva de su Fundación Obama.

“Mis dos hijos murieron y él ni siquiera me dio las condolencias. ¡No expresó nada! ¿Por qué lo apoyaría yo en política si él no me apoya a mí?”, concluyó el airado hermano.