Andrea Ferrero nació en Caracas, Venezuela, y desde los 10 años es una apasionada por tocar la guitarra eléctrica cuando sus padres, al ver su amor por la música, le regalaron de Navidad este instrumento. “No tengo ningún familiar músico. Fue algo que para mí siempre estuvo ahí desde chiquita”, aseguró.
Tenía claro un objetivo y era ser la mejor guitarrista para que su pasión la llevara a los principales escenarios del mundo, y así fue. Hoy trabaja en la productora Happy Madison Productions en Los Ángeles, Estados Unidos, del reconocido actor de películas de comedia, Adam Sandler.
Pero la vida de Andrea ha sido un camino constante de cumplir sueños. Desde que era muy pequeña quiso estudiar en Berkley College of Music en Boston (EE. UU.), una de las universidades más reconocidas y con mejor reputación en lo que a músicos del mundo se refiere. “La primera vez que escuché de la universidad tenía como 12 años”, comentó. Quería estudiar allí, porque muchos de sus ídolos pasaron por esas aulas.
Sus recursos económicos y su situación en Venezuela no le permitían pensar en pagarse la carrera, pero su sueño siempre estuvo intacto y por eso se preparó para llegar allí como fuera, sabiendo que el destino la llevaría por ese camino. “Se volvió la meta”, dice.
En Caracas trabajó con varios músicos y agrupaciones conocidas. Comenzó en el coro de la iglesia cercana a su casa, donde no solo conoció a Dios –que la ha acompañado en toda esta travesía–, sino que pudo hacer sus primeras presentaciones con su guitarra. Empezó a crecer y tocó con bandas y artistas venezolanos reconocidos como La Melodía Perfecta, Sixto Rein, Gustavo Elis y Corina Smith.
Unos años después, con su objetivo claro de llegar a ser estudiante de música en Berkley, encontró la forma de audicionar virtualmente, a pesar de las complicaciones que tuvo con el internet, el sonido y otros recursos técnicos, ya que estaba desde su cuarto. Duró cuatro meses preparándose para ese momento.
Expectante por lo que pudiera pasar, unos meses más tarde le llegó la carta que siempre había soñado y que le cambiaría la vida. La aceptaron en Berkley, pero no solo eso. Por su talento, le dieron una beca completa para estudiar el programa.
“Fue un megashock, pero la primera reacción de mi familia de mis padres fue: ‘increíble, nos encanta, pero ajá... ¿y ahora qué?, ¿sabes? Esa universidad es supercara, ¿cómo vamos a hacer?”, le contó a SEMANA.
A pesar de la emoción y de interiorizar apenas todo lo que le estaba pasando, había otra preocupación y es que aun así el dinero con el que contaba su familia no era suficiente para vivir en Boston. Pero eso no le impidió aprovechar esa oportunidad. Acudió a una plataforma de crowdfunding para recaudar dinero y la invitaron a contar su historia en varios medios de comunicación venezolanos, lo que le ayudó a difundir su historia.
Es conocida la crisis que vive Venezuela desde hace unos años y por eso reconoce que a pesar de que a todos en el mundo les toca su propio reto, “los venezolanos la teníamos bastante difícil”.
Hasta ese momento, su inglés no era el mejor, así que se empezó a preparar de la mejor forma, tomando clases intensivas todos los días. Cambió todas las configuraciones de sus plataformas y solo veía películas en inglés para captar lo que más pudiera del idioma.
Andrea cree que no ha sido un camino que ha recorrido sola, sino que Dios y su familia siempre han estado de su lado. “Gracias a Él y a mi familia”, reconoce.
Con lo recaudado logró irse para Estados Unidos en 2017 a cumplir su sueño, con una nueva preocupación y es que atrás dejaba a sus padres, a su familia y a su hogar, sin saber qué pasaría o si algún día regresaría. Todo esto sumado a que debía adaptarse a una nueva cultura y a nuevos entornos.
En la universidad empezó a conocer a referentes de toda la vida. Tuvo clases con Tomo Fujita, quien fue profesor de John Mayer, un famoso guitarrista estadounidense. Fujita se convirtió en su mentor en Berkley. “Mucho antes de ir a Berkley sabía quién era Tomo, veía sus videos y soñaba aparecer en uno de sus videos, porque él montaba muchos videos con sus estudiantes”, relató Ferrero.
Cumplió ese sueño de grabar un video con él, pero no solo eso. Actualmente es uno de los más vistos en su canal de YouTube, con casi un millón de vistas.
A pesar de que estaba viviendo lo que siempre había querido en Boston, no todo fue color de rosa. Tuvo momentos duros en los que no podía pagar un cuarto y le tocaba pedir hospedaje donde algún amigo. “Recuerdo que una vez agarré la esquina del apartamento de un amigo y le puse una cortina y una cama. Lo llamé ‘mi cuarto’”, contó en Twitter, donde dejó su historia que ya es viral.
Pero además, un día, el edificio donde vivía se incendió y junto a él su ropa, los pedales, las guitarras y todo lo material que había conseguido hasta ese momento. “Mi familia y amigos siempre estuvieron apoyándome. Por lo que me di cuenta que en realidad eso es lo que importa en la vida”, dice ahora.
A pesar de que lo perdió todo y le tocó empezar desde cero, el episodio trajo algo bueno y es que empezó a recibir patrocinios de varias marcas de pedales y guitarras que querían que ella fuera su embajadora.
Luego de todo ese éxito que había tenido en Berkley y cuando estaba terminando su carrera, por azares del destino Adam Sandler estaba grabando una de sus películas en Salem, una ciudad a una media hora de Boston, en Massachussets.
“Ahí lo conocí y desde ese momento conectamos. Le mandaba videos míos tocando y él me decía ‘guau, está superchévere’ o ‘enséñame a tocar esto, cómo haces esto’, porque a él también le gusta mucho la música, él también es guitarrista, le encanta tocar”, cuenta Andrea.
El encuentro se dio porque estaban buscando una profesora de guitarra. Ella no pudo participar de ese proceso, porque aún era estudiante, pero quedaron en contacto y Sandler quedó atrapado por la forma en la que Andrea interpretaba la guitarra, hasta que un día le pidió que fuera parte de su empresa fílmica.
Actualmente son más cercanos, porque hoy puede decir que Sandler es su jefe. Han compartido algunos momentos en los que ella ha tocado guitarra junto a él en su casa en Los Ángeles, donde el actor tiene un estudio.
“Es una persona superhumilde. Ya llega un punto que con tanta humildad de él a veces a uno se le olvida quién es, porque es una persona superfamosa, reconocida. Le encanta ayudar y apoyar a la gente. Siento que tiene unos valores muy fuertes de familia y de amigos cercanos que creo que lo mantiene a él con los pies sobre la tierra”, relata Andrea.
Ferrero se mudó a Los Ángeles, en donde ahora vive. Y nuevamente el destino se encargó de mostrarle que los sueños sí se cumplen. Siempre había querido vivir allí, porque es el paraíso donde los principales músicos y las estrellas del mundo se dan a conocer.
Nunca se imaginó que esa pasión la llevaría al cine, otra industria de la que hoy forma parte, pero a la que no pensaba llegar, aunque la tiene fascinada.
Además de ser cercana a Sandler, está rodeada de artistas, profesionales y referentes de esas industrias de los que aprende todos los días.
Lleva dos meses en la productora y ya ha trabajado para algunas películas de Hollywood como Home Team (Jugar en casa), protagonizada por Kevin James y Taylor Lautner, entre otros actores famosos. Está participando de la producción de otro largometraje del que no puede dar mayores detalles.
Además de estos referentes de la industria, también conoció a Robs Schneider, quien ha trabajado con Sandler en varias películas de comedia.
Andrea Ferrero es un claro ejemplo de que los sueños se pueden cumplir y que sin importar las condiciones y el contexto que se tenga, las posibilidades son infinitas.
“Puede sonar muy cliché y todo lo demás, pero siento que uno nunca se debe rendir, que cuando uno tiene un sueño, uno tiene que saber que uno es capaz de cumplirlo y luchar y hacer todo y darlo todo para que se cumpla”, concluyó.