El pasado domingo, mientras los ojos del país estaban puestos en los resultados electorales, el panorama de la televisión colombiana se ensombrecía con la muerte de una grande de la industria. Se trata de Martha Bossio de Martínez, una reconocida libretista que falleció a sus 76 años.
La triste noticia la dio a conocer el periodista y presentador Carlos Ochoa, quien a través de sus redes sociales anunció: “Gracias #marthabossiodemartinez por tantas telenovelas, me pongo de pie para aplaudirte y despedirte. Descansa en paz”.
La escritora fue muy conocida en Colombia por ser las manos e ideas detrás de exitosas producciones como La casa de las dos palmas, Gallito Ramírez, Pero sigo siendo el rey, El bazar de los idiotas, San Tropel, Las Ibáñez, Tuyo es mi corazón, entre varias más.
Marta estudió comunicación social y periodismo en la Universidad Jorge Tadeo Lozano en Bogotá, y su trabajo fue admirado y contratado por los canales nacionales como Caracol, RCN, RTI e internacionales como Televisa México.
Ella era bogotana, pero sus padres eran una mezcla de culturas, pues su madre era oriunda del departamento de Boyacá, mientras que su padre era un hombre nacido en la costa Caribe colombiana, por lo que sus guiones dejaban entrever rasgos marcados de aquellas culturas.
Entró muy joven al mundo de la televisión y en total creó 27 historias entre series y telenovelas. Ganó tres premios India Catalina y dos Simón Bolívar y fue jurado de concursos en la Universidad Jorge Tadeo Lozano, Caracol Televisión y el Festival de Cine de Cartagena.
Su inclinación por ser libretista nació desde pequeña cuando, impulsada por su abuelo, escribía historias cortas. Estudió comunicación social y realizó talleres de teatro en la Escuela de Arte Dramático. Su primer libreto fue la comedia Una pareja con suerte, en 1978, y le siguieron otras como El diario de Ana Frank, La mala hierba y Un tal Bernabé Bernal.
En el año 2012 le contó a SEMANA que “en el colegio siempre era la encargada de hacer las dramaturgias y de escribir los libretos, por eso quise estudiar comunicación social en la Tadeo, porque estaba orientada hacia los medios como la televisión y el cine”.
“Duré seis meses en distintos lugares del mundo y juré ante un témpano de hielo no volverme a clavar trabajando. Creo que viví mi momento, fui feliz, pero quemé esa etapa y ya estaba lista para seguir con la otra”, afirmó en aquella ocasión.
Lo que la motivó a incursionar en el “mundo de la enseñanza” dictando talleres y seminarios en universidades como la Jorge Tadeo, la Javeriana y La Sabana, decisión que tomó después de realizar un largo viaje que marcó su vida.
En 1984 y 1985 alternó su profesión y trabajó como columnista de la Revista SEMANA. En 1990 hizo la novela La casa de las dos palmas. Más tarde estuvo con Julio César Luna trabajando en el Teatro Universal, un programa en RRTV. En 1997 escribió María bonita y, después, ¡Ay cosita linda, mamá!, en 1999, con un récord de 20 novelas y seis miniseries.
La última vez que participó en la pantalla chica fue cuando trabajó con Clara María Ochoa, con quien tuvo una gran amistad y quien fue productora de la serie televisiva del Canal Caracol, La ronca de oro.