Luego de varios días de expectativa, el príncipe Harry y Meghan Markle, duques de Sussex, pisaron por primera vez Colombia. Invitados por la vicepresidenta Francia Márquez, estuvieron en Bogotá y Cali el pasado fin de semana, en el marco del Festival Petronio Álvarez, en donde la pareja incluso bailó salsa y la estadounidense demostró ante centenares de asistentes su buen español.
La prensa británica siguió de cerca esta visita y a través de varias publicaciones ha cuestionado la presencia de la pareja en un país como Colombia. Una de las voces críticas es la del comentarista de la realeza británica Richard Fitzwilliams, quien subrayó la contradicción que se da en el hijo menor del rey Carlos III al decir que Gran Bretaña es “demasiado peligrosa” para visitarla y sin embargo hace un viaje a Colombia, que arrastra desde hace varios años un conflicto interno. Cali, en especial, y según distintos rankings, es una de las más peligrosas del planeta.
Para Fitzwilliams, “el problema es la imagen desastrosa que da al decir que Gran Bretaña es demasiado peligrosa para visitarla, pero asiste a Colombia, que es conocida por sus altos niveles de criminalidad”.
Y agrega: “Es absurdo. El hecho de que Harry esté involucrado en una batalla con el Ministerio del Interior por los niveles de seguridad, que podría ganar, no altera el hecho de que, según se dice, prefirió un hotel al Palacio de Buckingham la última vez que estuvo en Gran Bretaña. No tiene ningún sentido”, aseguró el experto.
Y fue más allá: asegura que el entorno más cercano a Harry confiesa que el príncipe está “ávido de atención”, pues “las cosas no han salido como esperaba” desde que renunció oficialmente a la familia real británica en 2022, poco antes de la muerte de Isabel II.
Según uno de los amigos más antiguos de Harry, en declaraciones recogidas por The Times, el duque esconde ira y frustración bajo la superficie, ya que preferiría estar en Gran Bretaña con sus amigos y familiares.
El amigo afirmó que él se encuentra dentro de los pocos que reciben “algún mensaje de WhatsApp de Harry” y lo calificó como “un chico enojado. Las cosas no han resultado como él quería”.
Tal como explica la fuente, Harry “echa muchísimo de menos estar aquí (en Gran Bretaña) y quiere que lo admiren más. Cualquiera que lo conozca cree que preferiría estar en la cima de la sociedad aquí y que todo el mundo lo quisiera, como hacen con William y Kate Middleton”.
Mientras tanto, una fuente conocida por Harry desde su adolescencia afirmó que el duque sin duda extraña su antigua vida de bares y de disfrutar de la campiña inglesa con amigos, ya que se informó que podría no recibir una invitación a la coronación de su hermano mayor y sucesor al trono, William.
“Ha terminado aislado de su familia y de la mayoría de sus antiguos compañeros, en un entorno en el que las amistades no son como las que forjó de joven”, dijeron. “Le encantaba salir por la noche al pub y pasar el rato en el campo con amigos”, dice la fuente.
Y eso explicaría, según Fitzwilliams, el nada disimulado interés de los Sussex de conquistar nuevos seguidores, ahora en Latinoamérica. Harry se despachó con una polémica autobiografía, Spare, en la que no deja títere con cabeza en su familia. La pareja se dejó ver en una docuserie de Netflix y se dedican a recorrer el mundo bajo la sombrilla de la filantropía y la diversidad.
Pero, Fitzwilliams lo ve con otros ojos: Harry y Meghan, dice, buscaron recrear una imagen memorable parecido a lo que lograron William y Kate Middleton en su gira por el Caribe. Los Sussex, agrega, querían mostrarse cercanos, admirables, sencillos. “Porque lo cierto es que Harry, a diferencia de su hermano, cada vez es menos popular en Reino Unidos. Y eso lo tiene haciendo pataleta, como niño malcriado”.