Desde 2019, cuando su historia comenzó a figurar en los medios, México clamaba para que a la niña genio Adhara Maite Pérez Sánchez se le apoyara desde todos los lugares posibles para alcanzar su sueño de ser científica, una astronauta de la NASA. Paso a paso, está sucediendo.
Pueden pasar décadas para encontrar un ser humano que sueñe con las estrellas y, a la vez, revele a muy joven edad las capacidades para llegar a ellas. Por sus cualidades y su enorme proyección, la revista Forbes la hizo parte de su lista de mujeres más poderosas en 2019. Ahora, más que en su país, donde ya es una figura, en el mundo entero se espera su llegada. Su historia inspira y en días convulsos no cae nada mal un poco de esperanza.
¿Cómo se sabe que es una joya? Su coeficiente intelectual (CI) es de 162, por encima del de Albert Einstein y Stephen Hawking por dos puntos.
Adhara tiene hoy once años de edad y estudia virtualmente (y becada) ingeniería industrial e ingeniería de sistemas. Ha formado parte de seminarios de la NASA y, como lo indicó el comunicado referente a la condecoración, ha sido invitada al enrolarse en el doctorado en Astro Física por la Universidad de Arizona, en la maestría en Ciencias de la Atmósfera por la Universidad de Miami y en el programa de Física en la Universidad de Israel.
Esta semana, en una ceremonia virtual, el Senado mexicano tomó nota de todos estos hechos y le rindió un homenaje a la pequeña. Lo que Adhara ha logrado en las aulas es impresionante, y le representó recibir la medalla Belisario Domínguez Palencia, destinada, como dice la insignia, a quien “ennobleció la patria”.
En la ceremonia calaron hondo las palabras del primer astronauta mexicano, Rodolfo Neri Vela, quien expresó: “Querida Adhara, te felicito por todo lo que has logrado hacer a tu corta edad. Tu joven trayectoria es impresionante. Eres una chica sobresaliente, muy especial, con un coeficiente que se da pocas veces cada siglo y tú tendrás la gran responsabilidad de aprovechar tus conocimientos para hacer el bien y ayudar al progreso y la evolución”.
Ahora siente el impacto positivo de la notoriedad, pero no ha sido un camino tranquilo el de la joven prodigio, quien a los tres años de edad fue diagnosticada con el síndrome de Asperger. En su escuela en Boca del Río, la ciudad de Veracruz donde nació, Adhara sufrió malos tratos. Incomprendida, sus compañeritos la tildaban de rara, la “matoneaban”.
Por fortuna, frente a la dura situación que enfrentaba su hija (y que pudo ver de primera mano), su madre tomó acción. Consultó la gente que pudo para dar con soluciones y así encontró el Centro de Atención al Talento (Cedat), el lugar que confirmó que su hija era mucho más que una superdotada.
Hoy, los días duros parecen estar atrás. Pérez Sánchez es un símbolo para la comunidad autista, para la gente con síndrome de Asperger, para México entero. Y la joven, desde sus redes sociales, registra su marcha, pone sobre la mesa las discusiones que considera importantes y agradece los apoyos que hoy la tienen en el foco del mundo.