Hasta hace algún tiempo, Jeff Bezos solo aparecía en la sección de tecnología o en la de negocios de los periódicos, o noticiero. Pocas veces salía en las sociales y casi nunca en la de de farándula. Ni qué decir de los tabloides, destinados a personas acostumbradas a meterse en escándalos y a vivir en medio de excesos. Desde el año pasado, sin embargo, las cosas cambiaron radicalmente. Bezos, el multimillonario fundador de Amazon y uno de los hombres más ricos del mundo, comenzó a aparecer en la sección de chismes, y los rumores sobre su vida privada llegaron a la prensa amarilla. Primero se divorció de Mackenzie Tuttle, su esposa por 25 años.
Luego, una serie de fotos y chats privados que publicó el diario sensacionalista National Enquirer demostraron que había tenido una relación extramarital con la periodista Lauren Sánchez. Y más recientemente, tuvo una pelea con Michael Sánchez, su nuevo cuñado, quien lo demandó por difamación, pues Bezos y su gente lo acusan de haber filtrado las imágenes y las conversaciones privadas al tabloide. ¿Jeff Bezos pasa por una crisis de mediana edad?
Bezos se divorció de su esposa luego de 25 años de matrimonio y ahora anda con Lauren Sánchez, una presentadora con la que vive su segunda adolescencia. Más allá de lo que aparece en la prensa, la transformación del magnate es evidente. Anteriormente en los reportajes sobre Amazon lo presentaban como un hombre familiar, casero, dedicado al trabajo y ‘nerdo’ en el buen sentido de la palabra. Pero ahora se la pasa por el mundo en su yate, en fiestas de la alta sociedad y en ciudades como Venecia en plan romántico.
En el último año, de hecho, dejó atrás su habitual timidez. Estuvo junto a Lauren, su nueva novia, en la final de Wimbledon, en el after party del Super Bowl, en desfiles de moda con la editora de Vogue Anna Wintour y en los premios Óscar. Allí incluso se burlaron de su divorcio frente a millones de televidentes. También ha cambiado su vestuario. Antes solía usar traje, camisas holgadas y pantalones tradicionales. Ahora se pone prendas mucho más arriesgadas, como chaquetas coloridas, pantalones de cuero y camisas ajustadas. Algunos incluso han hecho notar que se le ven mucho más los músculos, lo que probaría que ha frecuentado el gimnasio, algo antes impensable. Su personalidad, de hecho, se asociaba más a la de un geek fanático de la tecnología y de series como Star Treck (de la cual tenía una gran colección en su casa), que a la de un hombre interesado en mejorar su aspecto físico. No en vano, una experta en psicología del diario británico The Telegraph dijo que Bezos, quien acaba de cumplir 56 años, pasa por una crisis de la edad mediana. Es decir, el momento en el que las personas llegan a la madurez y sienten que no han vivido lo suficiente, por lo que cambian sus hábitos y se arriesgan más que antes. Una situación que viven millones de personas en el mundo, con la diferencia de que él es millonario y reconocido, y todo lo que hace se convierte en noticia.
Como explicó la periodista estadounidense Karen Krizanovich: “Cuando te divorcias, sales y bebes con tus amigos. Igual si tienes mil millones de dólares, solo que en una escala mucho, mucho mayor”. De hecho, hasta hace un tiempo Bezos tenía la reputación de ser un hombre ahorrador, trabajador y poco popular entre las mujeres. En una entrevista con la revista Playboy a finales de los años noventa incluso dijo que no era “el tipo de persona del que ellas se enamoran”.
Cuando Amazon avanzaba en el mundo de los negocios, a Bezos lo reconocían como un nerdo o un geek tecnológico. Además tenía una vida familiar, tranquila y moderada con su esposa Mackenzie. Conoció a su exesposa Mackenzie, el único amor de su vida hasta hace poco, en una entrevista de trabajo y la enamoró luego de varios meses de verla en la oficina, pues ambos trabajaban en una compañía de Wall Street. Ella, parecida a él en ese momento –trabajadora, inteligente y poco dada a los excesos–, lo apoyó cuando decidió renunciar para fundar Amazon, que en ese entonces parecía una locura, y fue clave para que se convirtiera en una realidad.
Para ese entonces, él pasaba el 80 por ciento de su tiempo en su casa familiar de Seattle y allí, cuando sus responsabilidades se lo permitían, ayudaba a lavar los platos y a criar a sus cuatro hijos. En su oficina, además, tenía pegados 14 principios del liderazgo y uno de los que más destacaba hablaba de la frugalidad, la capacidad de ahorrar y usar moderadamente los recursos: “La frugalidad engendra ingenio, autosuficiencia e invención”, decía.
Bezos últimamente ha aparecido en varios eventos de la farándula. En los premios Óscar se burlaron de su divorcio frente a millones de televidentes. Además suele hacer cosas que antes no hacía como ir a los desfiles de modas junto a Anna Wintour, de Vogue, o tomarse selfis con estrellas juveniles como la rapera Lizzo.
Hoy todo eso ha quedado atrás. Bezos ya no vive en Seattle, sino en una mansión de Beverly Hills, a la cual invita a nadar y a pasar el tiempo a muchas estrellas de Hollywood. Incluso acaba de comprar otra casa de 160 millones de dólares para vivir con Lauren en Los Ángeles cuando se casen. Algunas veces ambos se quedan en Washington, donde él tiene otra casa.
Hace poco fue noticia una fiesta en ese lugar, a la que el multimillonario invitó a casi 200 políticos y empresarios influyentes en Estados Unidos. Dicen que Bezos tiró la casa por la ventana, pues gastó casi 13 millones de dólares en esa noche. Suena poco para un hombre que maneja cifras de mil millones de dólares, pero es mucho para alguien que hasta hace poco se enorgullecía de ser moderado. Pero como dicen algunos, las cosas cambian.