En medio de una tertulia, con la simplicidad y sinceridad que caracteriza el empresario Mario Hernandez, se realizó el lanzamiento de su libro La Pulga Arrecha. Un título con el que inicialmente la editorial Planeta se sintió incomoda, “me dijeron es que en Venezuela ese término es como echado para adelante, pero en Colombia está relacionado con sexo, y yo les dije: yo soy bueno para ambos”, contó de manera jocosa Hernandez. Reconoció que la idea del nombre la dio uno de sus hijos basándose en las tantas historias que desde pequeño le ha escuchado a su padre.
La Pulga Arrecha era un niñito de menos de 1.38 metros de altura, que corría para un lado y para el otro haciendo mandados en Bogotá, “Resolvía todo a lo que lo mandaban y lo hacía en tiempo récord, fue su jefe quien lo llamó así”, dijo Lorenzo Hernandez, hijo menor. Él acompañó la presentación del evento al que asistieron alrededor de 50 personas en la biblioteca del Gimnasio Moderno de Bogotá y que modero su amigo Germán Manga.
Lo que dijo su hijo al finalizar la historia del primer apodo que tuvo su papá manifestó que en realidad esas características que describían de don Mario siendo niño en realidad nunca desaparecieron porque fue la que le dieron fuerza para sobre salir en la vida, pese a la escasez económica que pudieran presentar y acrecentar la necesidad de una familia, no solo humilde sino pobre y desplazada por la violencia.
Mario Hernandez nació en Capitanejo, Santander, un pueblo tradicionalmente liberal y que en su momento se vio amenazado por los godos de Soata, Boyacá, dice que conoce varios de los pueblos del norte de Boyacá, porque en algunas de las dificultades económicas de su familia se dio cuenta que se estaban perdiendo los productos agrícolas como los tomates y mamoncillos, así que él buscó la estrategia de comercializarlos cargándolos en un camión y visitándolos pueblo por pueblo. Desde muy niño la vena de comerciante salió a relucir, por eso está convencido que unas de las frases que recomienda en su libre resume parte de la esencia de la vida “Entre más trabajo, más suerte tengo”.
Lo llaman el influencer de 80 años que es capaz de mover las opiniones en masa , por sus comentarios en las redes sociales – twitter – algunos de sus amigos le recomiendan no hablar ni discutir sobre temas de los que pocas veces los empresarios se ocupan, pero para Hernandez ahí radica parte de la problemática del país, que cada uno actúa para beneficiar su propio pedazo, desconociendo que en una sociedad completa la que necesita soluciones.
“Los empresarios estamos acostumbrados a quedarnos callados, y a escoger un gremio para que hable por nosotros y eso está mal. A la gente le gusta que yo hable”, enfatizó. Por más duro que parezca en su libro revela momentos duros que ha pasado en su vida que van más allá de las crisis económicas. Aún recuerda a Blanca una joven de 19 años de la que se enamoró y por que tuvo su primera gran tusa, " yo dormía con ella en la mañana y en la tarde, en la noche salía a trabajar en los billares”, pero un día, después de dos años todo acabó y por más dolor que sentía, continúo si vida. Finalmente como él dice " No hay mal que por bien no venga.
En medio de la presentación del libro que tiene menos de 200 páginas y que escribió en tiempo record – 4 meses aproximadamente – confesó que no tenia muchas ganas de hablar sobre él pero Planeta le insistió por mucho tiempo, pues querían sacar la historia de un hombre emprendedor, luchador y pensaron que Hernandez tenía el perfil , por esa razón cuando se decidió, todos corrieron para alcanzar a tener el texto listo para la venta este primero de diciembre.
Quienes quieren conocer detalles de su vida, consejos de empresario y cómo la vida puede ser más sencilla que las complicadas apariencias pueden comprar el libro que tiene un costo en el mercado de $55.000, en cada página está la esencia del hombre que le apunta a tener la marca de accesorios y prendas de vestir de lujo más reconocida no solo de Colombia sino de Latinoamérica y con la calidad de las marcas más afamadas a nivel mundial, peo es el mismo hombre que es capaz de detener el carro para suplir un antojo de chicharron, hígado, chunchullo.
El mismo que se da el lujo de comer con la mano en la mesa con personajes de talla internacional, y el que contesta llamadas del presidente de la república, Iván Duque en las noches para decirle: " chino nos quedan 8 meses – de gobierno - para hacer las cosas bien”. El mismo que aclara que no es que tenga vara política con la que según dicen muchos apalancó el cargo diplomático que tiene su hijo quien fue designado como ministro consejero en la Embajada de EUA (Estados Unidos de América. " Si yo hubiera pedido un puesto para mi hijo, lo mandaba de embajador no de segundón”, recalcó el empresario.
En el libro habla de la importancia de sus trabajadores y su familia, para él son parte importante del éxito. Reconoce que su primera esposa hizo una labor excelente al educar a sus dos primeros hijos y nunca tratar de apartarlos de su padre y también agradece a su actual esposa y por educar a su hijo menor. Asegura que su mayor éxito es lograr que sus tres hijos se sientan comprometidos y trabajen con amor en la compañía que han construido y que “las señoras se puedan saludar entre sí, así sea sin beso”, puntualizó Hernández dejando ver como lo personal lo ayudó en convertirse en un gran empresario y que los lectores descubrirán detalles de su vida en cada línea de La Pulga Arrecha.