Varios medios británicos revelaron este martes documentos en los que se halló que en los años 70 la reina Isabel II presionó al Gobierno del Reino Unido para modificar una ley y ocultar su riqueza al pueblo.
De acuerdo con The Guardian, Isabel II habría logrado ocultar acciones e inversiones personales hasta 2011, pues un abogado de la monarca presionó a ministros del Gobierno para modificar una ley que salió en 1976 y que incluyó una cláusula para que los jefes de Estado no tuvieran que revelar sus inversiones personales en empresas.
“El acuerdo se utilizó en efecto para crear una corporación fantasma respaldada por el Estado que, según se entiende, ocultó las participaciones e inversiones privadas de la reina hasta al menos 2011”, según informa el medio en su edición digital.
Los hechos se descubrieron cuando el medio investigaba sobre el “consentimiento de la reina”, un mecanismo que usa la Familia Real británica para incidir “secretamente” en leyes que se discuten en el país. Bajo esta situación, los ministros deben consultar a la casa real si la ley puede afectar de alguna manera los intereses privados de la monarquía.
Según revelaron varios medios del país, en ocasiones es necesaria la aprobación por parte de la Reina para que el Parlamento pueda aprobar algunas leyes.
En esta caso, a la monarca le preocupaba que los británicos pudieran conocer detalladamente sus inversiones y tuvieran acceso a sus finanzas personales, por lo que tomó la decisión de contratar los servicios de Matthew Farrer, entonces socio del bufete de abogados Farrer&Co,
Hace un par de semanas también se conoció que la monarca había prohibido un documental sobre la Casa Real producido por la BBC, debido a que podía afectar la imagen de la realeza.
El largometraje ‘Royal family’ grabado hace 52 años por la BBC, dejaba ver la vida privada de los miembros de la familia real. Durante un año y medio las cámaras siguieron a los Windsor por más de cien locaciones, para obtener 43 horas de rodaje, material que fue decantado en los noventa minutos que dura el audiovisual, que alcanzó a ser emitido por BBC e ITV en 1969.
En su momento cautivó a la audiencia británica y al resto del planeta. Sin embargo, al poco tiempo fue prohibido pues se consideró que podía afectar la imagen de la monarquía, a pesar de que su idea original era acercarla a sus súbditos.
Recientemente, ese mismo documental se filtró en YouTube. Fue publicado a principios de enero por una cuenta bajo el nombre de Philip Strangeways. En pocas horas logró miles de vistas. Y aunque ya ha sido dado de baja de la plataforma, al parecer por un reclamo de derechos de autor, causó revuelo por desenterrar ese importante material filmográfico que, para la realeza, no debería haber existido nunca. A pesar de esto es probable que el video haya sido descargado en diferentes partes del mundo por los curiosos admiradores de los Windsor.
El documental fue encomendado en 1969 a reconocidas personalidades de la época en el medio televisivo británico, como el guionista Antony Jay, el editor Michael Bradsell y el director Richard Cawston.
Pero en cuanto lo supo, David Attenborough, el célebre antropólogo y documentalista, le dijo a Cawston en tono cáustico: “¡Estás matando a la monarquía con esta película!”. La razón para él era que toda la institución dependía de la mística y del mantener al jefe de la tribu encerrada “en su choza”. Nadie quería saber que la reina Isabel II es una mortal como los demás, sino todo lo contrario: mostrarla como una reina que estaba muy por encima de sus súbditos.