En un nuevo capítulo de sus tensas relaciones con la prensa, la familia real británica lanzó una inhabitual crítica contra la radiotelevisión pública BBC, acusándola de publicar informaciones “infundadas” a raíz de un documental sobre los príncipes Enrique y Guillermo.

Sin embargo, esto no fue todo, pues casi 25 años después de la trágica muerte de Diana, perseguida por los paparazis en un accidente automovilístico, salió a la luz el testimonio de Allan Peters, uno de los miembros de seguridad de la princesa, quien ofreció una entrevista para un documental de la CNN, donde asegura que la historia real no es la que se conoce.

Según él, el príncipe Carlos volvió a verse con Camila Parker Bowles cuando descubrió la infidelidad de su mujer con Barry Mannakee, un hombre casado, con dos hijos, miembro de seguridad de la casa real británica y en concreto el guardaespaldas personal de Diana.

“La idea popular es que el príncipe de Gales tuvo una relación con Camila durante todo el matrimonio con Diana, y eso no fue así, es una información equivocada. La primera persona que se desvió del camino fue la princesa. El príncipe Carlos no volvió a ver a Camila hasta después de enterarse del romance de Diana con Mannakee”, asegura Parker.

Sobre esta historia de amor prohibido ya se habían conocido algunos audios de la princesa en el que declaraba sus sentimientos. Estos se hicieron públicos en 2017 en el documental Diana, en sus propias palabras.

“Comencé a notar que su comportamiento era extraño cuando estábamos cerca de Mannakee, así que decidí hablar con ella sobre el tema. Durante los primeros 20 minutos, Diana lo negó categóricamente, pero luego me contó lo que estaba pasando y afirmó mantener una relación con su guardaespaldas”, afirmó Peters quien también recordó que el guardaespaldas no pudo llevar a cabo su amorío con la princesa porque este murió en un accidente de tránsito en 1987.

La incomodidad de la realeza

Bajo el título Los príncipes y la prensa, un programa en dos partes de la BBC examina la relación de los periodistas con Guillermo, de 39 años, segundo en la línea sucesoria al trono, y con su hermano menor, que ha llevado a varios diarios antes los tribunales a lo largo de los años, especialmente desde que empezó su relación con la actriz estadounidense Meghan Markle en 2016.

Según algunos medios, el documental irritó a la realeza porque no se le pidió su participación, no fueron entrevistados ni se les mostró el contenido antes de su emisión, hasta el punto de que habrían amenazado con dejar de colaborar en futuros proyectos del ente público.

La BBC sí pidió una reacción que incluyó en pantalla y leyó en antena al final de la primera parte, difundida el lunes por la noche.

En ella, la familia real al completo sale de su habitual discreción para denunciar que “con demasiada frecuencia, las afirmaciones exageradas e infundadas de fuentes anónimas se presentan como hechos”.

“Es decepcionante que alguien, incluida la BBC, les dé credibilidad”, afirma esta declaración conjunta de los palacios de Buckingham, Clarence House y Kensington, residencias de la reina Isabel II, su hijo Carlos y su nieto Guillermo, respectivamente.

El documental sugiere que Enrique, de 37 años, siempre tuvo una actitud hostil hacia la prensa, a la que responsabiliza de la traumática muerte de su madre, la princesa Diana en 1997 perseguida por paparazzi en París, cuando él y su hermano eran adolescentes.

Y que esta solo empeoró con la cobertura sobre Meghan por los diarios sensacionalistas británicos.

Según Amol Rajan, presentador del documental, siempre ha existido un acuerdo no escrito entre los miembros de la familia real y los medios por el cual estos les permiten fotografiarlos y acceder a ellos a cambio de una cobertura favorable.

Tim Ewart, un veterano corresponsal real, aseguró que cuando Enrique se negó a “jugar el juego” esto provocó “resentimiento” en ciertos medios que se volvieron más duros con él.