Renée Zellweger es reconocida por ser un camaleón a la hora de interpretar sus personajes. Engordó para interpretar a Bridget Jones y ahora está irreconocible en la serie The Thing About Pam, de la cadena NBC. En el seriado, que se lanzará en marzo 8 y se basa en hechos de la vida real, ella hará el personaje de Pam Hupp, una madre de más de 40 años que en 2011 se ve envuelta en un asesinato por el cual debe pagar una condena. Para Zellweger que no la reconozcan es el mejor cumplido que le pueden hacer, pues la idea es interpretar a otra persona y no “contar mi propia historia”.
Incluso, la libretista está asombrada con su metamorfosis. “Ver a Renée como Pam por primera vez fue totalmente surrealista”, dijo Jenny Klein. Y no fue solo la transformación física, sino la forma en que la actriz adoptó sus maneras y caminó. “Fue completamente alucinante porque no vi a Renée. Vi a Pam. Y eso también fue un poco aterrador”, agregó Klein. Para lograrlo, Zellweger dice que la transformación fue de pies a cabeza, desde las prótesis para hacerla ver más voluminosa, la ropa y hasta su manera de andar.
Rompió su silencio
Durante semanas se han escuchado críticas de la comunidad judía por la decisión de escoger a Helen Mirren para el papel de Golda Meir, en una biografía, dirigida por Guy Nattiv, sobre quien fuera una de las más importantes líderes de ese país. La principal es que se ha debido elegir a una actriz judía en lugar de Mirren, quien no forma parte de esa comunidad. Para muchos la etnicidad debió priorizarse, pues en este caso es el motor del personaje. La actriz ganadora del Óscar no había querido opinar en la polémica, pero esta semana por fin dejó saber lo que piensa de esas críticas.
En una entrevista con el canal ITV, Mirren dijo que ella pensó mucho en eso antes de aceptar el papel y se lo comunicó a Nattiv: “Mira, Guy, no soy judía, piénsalo, y, si prefieres a alguien más, lo entenderé”. Pero cuando lo conversó se hizo la pregunta: ¿deben los actores judíos hacer papeles de no judíos? Ahí decidió aceptar. A pesar de todo, considera legítima la discusión y hablar con sus críticos al respecto. Por ahora, su gran preocupación es no haber encarnado a la política judía como se merece, pero, a juzgar por las fotos, la transformación de Mirren fue impecable.
Aquí no pasó nada
El año pasado, la tenista china Peng Shuai denunció que había sido víctima de abuso sexual por parte de Zhang Gaoli, de 75 años, considerado uno de los políticos más poderosos del país hasta su retiro en 2018. Peng dijo que el hombre la había obligado a tener relaciones sexuales, mientras su esposa vigilaba la puerta. La publicación con la acusación de repente desapareció, al tiempo que la tenista dejó de aparecer públicamente. Eso desató una gran preocupación mundial entre quienes temían por su seguridad. Además, ocasionó presiones políticas entre Pekín y Occidente, y la Asociación Femenina de Tenis se retiró de China.
Pero todo parece que fue un malentendido, según afirmó la deportista en una entrevista a la revista francesa L’Équipe. Peng aclaró que no hubo acoso sexual y que fue ella quien borró ese mensaje de la red social. “Hubo un gran malentendido en el mundo después de esta publicación”, dijo en la entrevista, en la que, además, anunció su retiro del tenis. A pesar de eso, muchos no quedaron tranquilos. El CEO de la Asociación dijo que quería una investigación formal.
Óscar en familia
Muy pocas veces sucede que una pareja sea nominada al Óscar simultáneamente y en la misma categoría. Pero así sucedió este año con Javier Bardem, quien fue escogido para los premios por su papel de Desi Arnaz en El ‘show’ de Lucy, y su esposa, Penélope Cruz, quien es parte de las elegidas para mejor actriz por Madres paralelas. El evento, que se celebrará el próximo 27 de marzo en Los Ángeles, podría ser la ocasión en que ambos se lleven la estatuilla, que haría compañía a las que ya tienen en casa. Una por la actuación de Bardem en No Country for Old Men, y la de Cruz por Vicky Cristina Barcelona. Según los actores españoles, habían vivido el anuncio con mucha emoción porque en este caso era una celebración doble.
Cruz relató a la prensa española que los anuncios los vieron juntos. “Primero dijeron el de Alberto (Iglesias, por la banda sonora de Madres paralelas), luego dijeron mejor actor y salió el nombre de Javier, y yo empecé a gritar. Pero él no gritaba todavía porque estaba esperando a ver qué pasaba con lo mío”. Tan pronto como Bardem escuchó el nombre de su mujer, se sumó a los gritos de Penélope. “Que estemos ambos nominados me parece un milagro”, dijo la actriz. El mismo día se dieron a conocer todas las nominaciones, en las que The Power of the Dog, de la cinematógrafa Jane Campion, recibió más de 12.
La confesión de los papas
Benedicto XVI, el primer papa en abdicar en 600 años y que hoy vive en un monasterio, no es muy dado a hablar en público. Pero esta semana el expontífice, de 94 años, lo hizo para aclarar las denuncias que han surgido según las cuales habría encubierto muchos casos de pedofilia dentro de la Iglesia católica y no habría hecho lo suficiente para castigar a los victimarios, especialmente a los obispos. El martes, el papa emérito expresó su profunda pena por las víctimas de abuso clerical y se mostró atribulado por los errores que ocurrieron en muchos lugares durante su carrera.
A pesar de eso, sus críticos dicen que fue muy vago a la hora de asumir responsabilidades, especialmente las que le correspondieron cuando estuvo a cargo de la arquidiócesis de Múnich entre 1977 y 1982. Sus palabras llegan de forma simultánea a las del papa Francisco, quien esta semana dijo en un programa de televisión que él no era ningún santo. “Los papas que me precedieron fueron santos, pero no puedo con esto. No soy muy santo, necesito contacto humano”, le dijo a Fabio Fazio, el conductor del programa“Las amistades me dan fuerza”.
La culpable
Todos los que conocen a Boris Johnson saben que el primer ministro tiene una tendencia casi innata a propiciar escándalos. Pero ahora en Gran Bretaña están diciendo que es su tercera esposa, Carrie, de 33 años, quien lo lleva por la senda del mal. De hecho, la acusan de ser una mala influencia y la causante de sus más recientes problemas, a tal punto que la llaman Carrie Antoinette (para compararla con María Antonieta) y lady Macbeth, el personaje de Shakespeare que se caracteriza por ser ambiciosa, despiadada y un poco demente. Sus críticos, que ya suman muchos, dicen que ella es responsable de que Boris no sea un buen líder y tome decisiones desatinadas, como hacer fiestas en medio del aislamiento por la pandemia.
Ella habría sido la que organizó una celebración de cumpleaños para su esposo en la sala de gabinete y fue la anfitriona de una reunión temática para despedir al asesor Dominic Cummings. Hay que recordar que este no ha sido el único problema de Carrie. En el pasado también la criticaron por haber decorado la casa número 10 en Downing Street, donde viven los primeros ministros. Otros, sin embargo, consideran injusta esta arremetida contra ella y la califican de misógina, pues, cuando al primer ministro le va bien, nadie la menciona. Otros dicen que culparla desvía el verdadero punto de discusión y es que Johnson, como primer ministro, es el único responsable de sus decisiones.