La revista francesa 'Closer' descrestó a sus lectores hace unas semanas con la primicia de unas fotos de Kate Middleton topless. Si bien fue una gran chiva para la publicación, parece que no midieron del todo las consecuencias de esa decisión editorial. Desde que las imágenes salieron a la luz, una lluvia de críticas cayó sobre Laurence Pieau la editora del semanario. Era apenas obvio que la familia real británica iba a emprender acciones legales contra la revista, demanda que ya ganó la realeza y prohibió la distribución de Closer. Pero, aunque Pieau defendió su portada insistiendo en que las imágenes de la duquesa de Cambridge sin vestido de baño son iguales a las de cualquier otra mujer que se broncee en una playa, su explicación no fue suficiente."Hemos recibido más de 300 correos insultantes, incluso algunos con amenazas de muerte", reveló la publicación, que además tuvo que reportar a la policía 14 correos especialmente violentos dirigidos a la editora. Tal vez las fotos fueron un éxito comercial, pero lo están pagando muy caro.