Con bombos y platillos, Donald Trump anunció que está escribiendo sus memorias y las catalogó como el “libro de todos los libros”. Pero, según Politico, después de consultarlo con las grandes editoriales, ni Penguin Random House, Hachette, HarperCollins, Macmillan o Simon & Schuster estarían interesadas en el manuscrito. Al parecer, creen que de hacerlo podrían impulsar una rebelión entre sus empleados y sus autores, pero, principalmente, porque se ha sugerido que podría ser un texto plagado de imprecisiones.
Cabe recordar que durante su presidencia The Washington Post le contabilizó más de 30.000 mentiras en cuatro años. A pesar de ese panorama, Trump ha dicho que se ha dado el lujo de rechazar dos ofertas para la publicación. “Eso no significa que no las vaya a aceptar en algún momento en el futuro”, comentó, aunque nadie sabe qué tan cierto sea eso.
El millonario sin casa
Para probar que es un hombre de palabra, Elon Musk venderá la última de sus mansiones. En mayo de 2020 anunció que se despojaría de todas sus propiedades, lo que muchos vieron como una forma de enfrentar las críticas por su inmensa fortuna. La semana pasada, ofreció la propiedad que tiene en la bahía de San Francisco, valorada en 37 millones de dólares. “Es un lugar especial”, comentó sobre la casona, que cuenta con diez habitaciones, un salón de baile y otro de banquetes.
La puesta en venta sucedió pocos días después de que su nombre figuró en una lista de ProPublica, que señala a multimillonarios que pagaron muy pocos impuestos en comparación con sus riquezas. El director general de la compañía espacial SpaceX está radicado hace algún tiempo en una casa en Austin, Texas, que pertenece a su pareja, Grimes, en donde viven con su hijo, X AE A-XII.
Princesa austera
La princesa Amalia, hija mayor del rey Guillermo Alejandro y la reina Máxima, y heredera al trono de los Países Bajos, renunció a la jugosa asignación salarial que le corresponde por ley a partir de diciembre de este año cuando cumpla 18.
Esto se conoció después de que se hiciera pública una carta que ella le envió al primer ministro holandés, Mark Rutte. La joven le explicó al líder del gobierno los motivos por los que prefiere no beneficiarse con los cerca de 2 millones de dólares que recibirá anualmente hasta que termine sus estudios.
“Me resulta incómodo mientras no haga nada a cambio, y mientras otros estudiantes lo pasan muy mal, particularmente por el coronavirus”. La futura monarca, que se acaba de graduar con honores del colegio, reembolsará el sueldo después de tomarse un año sabático y antes de entrar a la universidad. Desde ya Amalia da pistas de cómo será su reinado.
Mala reseña
A pocos días de haber salido a la venta, el libro infantil The bench, escrito por Meghan Markle, fracasó en ventas. En algunas librerías bajaron su precio hasta ubicarlo entre los saldos, y en Amazon no llegó a figurar ni entre los 200 más vendidos.
A este revés se suman los comentarios desfavorables que ha recibido su obra, considerada por los críticos como un “conjunto de homilías que desafían la gramática”, como señaló una reseña del periódico The Telegraph. Pero la más fuerte fue la crítica de Alex O’Connell, editora de Artes en el diario The Times: “La historia es tan poco activa y peligrosa que uno se pregunta si el trabajo de redacción se delegó en un mueble”. Para algunos lo único elogiable fueron las ilustraciones, a cargo del artista Christian Robinson. Según la editora se trata de un “manual de autoayuda para padres necesitados” en vez de una narración para entretener niños.
¿Será Putin?
En 1988, el entonces fotógrafo oficial de la Casa Blanca, Pete Souza, captó esta fotografía durante un viaje del presidente Ronald Reagan a Moscú. En 2000, Souza recibió una carta en la que le preguntaban si sabía que había retratado a Reagan junto a Vladímir Putin, actual presidente de Rusia.
Sorprendido, decidió averiguar si era posible, pero no lo comprobó, aunque sí encontró que para la fecha de la foto ya Putin formaba parte de la KGB. En 2009, durante una entrevista, Souza hizo alusión a la imagen afirmando que sí se trataba del líder ruso, pero recientemente publicó en su cuenta de Instagram que fue “un gran error haber dicho eso, porque en realidad nunca se verificó”. Además, reveló que un mes después de esa entrevista recibió una postal con la foto, en la que se señalaba con un círculo al hombre que aparece con una cámara colgada de su cuello, y junto al cual estaba escrita la palabra “espía”.
Batalla de estilo
En las redes sociales crearon un enfrentamiento entre Jill Biden y Melania Trump. La esposa de Joe Biden fue fotografiada en Cornualles, Inglaterra, en el marco de la cumbre del G7, con un blazer negro que en la espalda dejaba ver la palabra “Love”. La primera dama, que no es muy dada a hablar sobre su vestuario, hizo una excepción en esta ocasión y explicó así su elección de traje para ese día: “Estamos trayendo amor desde Estados Unidos”.
Inmediatamente, su look fue comparado con la polémica prenda que lució Melania hace dos años, que llevaba escrito en la espalda el letrero “I really don’t care. Do u?”. (“Realmente no me importa, ¿a ti?”), lo que fue visto como inapropiado, pues la usó mientras visitaba niños inmigrantes separados de sus padres en la frontera. En esa ocasión, el equipo de la eslovena aseguró que no había “ningún mensaje oculto”, y, sin embargo, fue su esposo quien la defendió asegurando que sí lo había y que iba dirigido a “los medios de comunicación falsos”. Para muchos triunfó la calidez de Biden sobre la indiferencia de Melania.