De acuerdo con Psicología y Mente, la inteligencia emocional es un concepto que se ha popularizado en los últimos años con una relevancia tal, que la ciencia la ha estudiado, ya que es innata al comportamiento del ser humano.
Por ende, explica que la inteligencia años atrás se fijaba solamente en esa capacidad de razonar, en las cuales algunas asignaturas se destacaban como la matemáticas, la química, entre otras, con el fin de calificar el desempeño lógico de un individuo; sin embargo, la inteligencia emocional fue analizada por psicólogos como Peter Salovey, ya que encontraron en el comportamiento humano una dinámica de variables que acuñaban a una interacción y convivencia social que necesitaba de una regulación emocional.
Es entonces que las emociones tienen un papel protagónico en la vida de cada sujeto puesto que se manifiestan en cada decisión o interacción con el otro.
“Las emociones positivas expanden nuestra conciencia y nos abren a nuevas ideas, para que podamos crecer y sumar herramientas para la supervivencia”, explica Bárbara L. Fredrickson, psicóloga y profesional en bienestar emocional de la Universidad de Carolina del Norte en los Estados Unidos a través de una publicación oficial de los National Institutes Health (NIH).
No obstante, manifiesta que las emociones negativas también tienen una relevancia, ya que “las personas necesitan las emociones negativas para transitar las situaciones difíciles y responder a ellas de manera apropiada en el corto plazo. Las emociones negativas, sin embargo, pueden causarnos problemas, si se revive demasiado el pasado o si se tiene una preocupación excesiva por el futuro, y no se relaciona realmente con lo que sucede en el aquí y ahora”.
En este sentido, señala que la ciencia considera que una persona sana emocionalmente es aquella que puede permanecer positivamente más estable en su diario vivir, es decir, aquella que le da un sentido a su vida e incluso un propósito, considerando que a su vez no suele tener emociones con altos índices de negatividad, siendo así resiliente.
Cabe recordar que la resiliencia en palabras de la Real Academia Española (RAE) es la “capacidad de adaptación de un ser vivo frente a un agente perturbador o un estado o situación adversos”.
Errores de tener una baja inteligencia emocional
El portal En Pareja describe los errores que comete una persona con inteligencia emocional baja en su entorno laboral, un espacio que le permite interactuar con distintas personalidades que podrían exasperarlo.
Quejarse de todo
La autoestima se define como amor propio, que cuando se ve afectado perjudica la calidad de vida de una persona.
Se recomienda pedir ayuda con un profesional de la salud, si son agobiantes y constantes los pensamientos negativos que desencadena el bajo autoestima, porque estos pueden conllevar al desarrollo de depresión, “un trastorno emocional” -la define la Clínica Mayo- que colocaría en riesgo la vida de una persona y su familia.
De ahí que dichos pensamientos y comportamientos pueden afectar el trabajo, ya que al ser estos negativos le hacen creer que tiene una incapacidad para cumplir con funciones designadas.
No es responsable
Línea seguida, el portal señala que una persona con inteligencia emocional baja se le dificulta cumplir con sus funciones, por lo que en medio de su desespero y desasosiego puede renunciar. Esto lo hace porque no soporta lo que vive por causa de diferentes factores que la llevan a no gestionar sus emociones siendo parte de un ambiente laboral negativo.
Se le dificulta tener visión
Esto lo expresa con su bajo ánimo porque su pesimismo por cada labor que realiza no le permite dar su cien porciento, por lo cual no solo podría renunciar a su cargo, sino también rendirse en cada meta que traza en la vida.