El lunes 19 de octubre Henry Mauricio García se despertó con el corazón vibrando de felicidad: faltaban solo horas para que su hijo Harlen Santiago, después de más de seis meses, jugara de nuevo un partido con su club, el Academia F.C. de Villamaría, un municipio vecino de Manizales, la capital de Caldas.
El club juvenil, como casi todo en Colombia, estuvo totalmente detenido por la pandemia. Sin embargo, la Alcaldía de Villamaría había permitido un partido amistoso para celebrar el cumpleaños del municipio contra el club Faustino Asprilla, de Tuluá, Valle del Cauca. Y Harlen, uno de los goleadores del Academia F.C., estaba tan feliz como su papá, que además es socio del equipo.
Sin embargo, a los 28 minutos sucedió lo inimaginable: Harlen Santiago se desplomó en brazos de uno de sus compañeros ante la mirada de quienes se encontraban allí.
Tuvo un mareo muy fuerte y sintió que se ahogaba. Llamó a su papá, que, como siempre, lo acompañaba en todos sus partidos. Él salió corriendo a la cancha, le dijo que tomara aire y caminara, pero a su hijo se le comenzaron a dormir los hombros, los brazos y dijo que estaba viendo todo borroso.
El partido se detuvo. A Harlen Santiago lo llevaron rápidamente al hospital del municipio de Villamaría, al sur de la ciudad de Manizales. Ingresó desestabilizado y antes de que se cumpliera una hora de su llegada, un médico salió y le informó al señor García la fatídica noticia: su hijo de 18 años había fallecido por un paro cardiorrespiratorio.
“No me querían dejar entrar, pero fui corriendo y me metí a la fuerza. Ver a mi hijo ahí, en la camilla, fue muy duro. Yo no me esperaba eso. Yo pensé que mi niño iba a salir caminando ahí de nuevo, que no era nada grave”, contó el padre de Harlen Santiago en diálogo con SEMANA. Además de dejar un gran vacío a su familia y amigos, el joven dejó en luto a todo el fútbol juvenil del país.
Harlen Santiago García Hernández nació el 24 de febrero de 2002 en Tuluá, Valle del Cauca. Sus padres se separaron, por lo que él estuvo sus primeros años de vida en Cartagena junto a su mamá. Luego se fue con su padre a Manizales y allí vivió los últimos años de su vida: en la capital de Caldas está la sede del Academia F.C., equipo del que el joven se convertiría en un jugador estrella.
Desde muy pequeño le comenzó a gustar mucho el fútbol. No se imaginaba que ese deporte se convertiría en su pasión y que viviría para él. A quienes lo conocieron no les cabía ninguna duda de que había nacido con una estrella que le permitiría brillar como futbolista, pues a la primera oportunidad que tuvo de jugar demostró su talento y destreza en el balompié.
Harlen Santiago comenzó con el Inter Vallecas, un club de fútbol que su padre Henry Mauricio conformó en Cali. Posteriormente, tras su llegada a Manizales, tuvo la oportunidad de estar en su primera selección de fútbol: el Academia Fútbol Club. “Era algo inexplicable para él porque era su primer gran logro”, aseguró Henry Mauricio a SEMANA.
Aun así, no descuidó sus otros deberes y, por el contrario, en su colegio se destacó por ser uno de los mejores estudiantes. De hecho, el fundador y dirigente del Academia F.C., Andrés González, le confesó a SEMANA que, además de su disciplina, Harlen Santiago era un jugador integral y tenía todas las herramientas para ser el mejor en lo deportivo gracias a su inteligencia.
“Era un chico muy proactivo en la cancha y muy inteligente para jugar, una cualidad muy difícil de encontrar. Era muy juicioso en el colegio, tanto, que aplicaba lo que aprendía allí dentro la cancha. Tenía cierta ventaja sobre los demás en las jugadas de proyección, de tiempos, de velocidad, de distancia, que eso muchas personas no lo ven pero es importante y funciona”, comentó González.
Harlen Santiago jugaba en la posición de extremo y manejaba ambos perfiles. Sus goles se los dedicaba al cielo, a Dios; pero también a su papá, a la persona que lo llevó a convertirse en uno de los mejores. Le encantaba Falcao, quien lo inspiraba en su anhelo de convertirse en uno de los mejores jugadores del país y, por qué no, llegar a ser parte de la Selección Colombia de mayores. “Era su jugador, el que lo motivaba, leía todas las historias sobre él y sabía que era un jugador muy perseverante y cercano a Dios”, recordó su papá en SEMANA.
Henry Mauricio precisó que al joven empezaron a llegarle muchas propuestas. Incluso desde Europa. Santi, como lo llamaba, estuvo por cerca de 15 días en Bélgica y Holanda disputando algunos encuentros, aunque lamentablemente por ser menor de edad no se le abrieron las puertas del todo en el Viejo Continente. Además, era tal su talento que estuvo en procesos para entrar a la Selección Colombia Sub-15 y Sub-17 y además formó parte de la Selección Caldas.
También, el señor García reveló para SEMANA que durante el último año existieron diálogos para que su hijo llegara al fútbol profesional en Santa Fe. Sin embargo, la oportunidad la tuvo en el Once Caldas. Harlen Santiago ya llevaba varios meses entrenando con el equipo –en forma virtual– pero no había sido transferido por causa de la pandemia. “Eso había frenado todo”, señaló.
“El fútbol era todo para él. Me decía que sin fútbol no podía vivir, que era lo que más anhelaba”, dijo el señor García. “Me decía: esto es para ustedes, para toda la familia, para que salgamos adelante”, recordó.
Como hincha del Deportivo Cali y del París Saint-Germain, Harlen Santiago estaba listo para volver al ruedo. Aprovechó la cuarentena para entrenar y prepararse día a día con reverencia religiosa y amor al deporte. Además, estaba estudiando inglés, un idioma que le gustaba y que quería hablar a la perfección; tampoco le faltaban sus buenas dosis de series y películas en Netflix y videojuegos, o los juegos con Danger, su perro de raza golden retriever.
Ahora, la persona que se encarga de cuidar a Danger en la guardería le recomendó a Henry Mauricio ponerle a la mascota una prenda de Santi porque dice que el perrito lo extraña. “Cuando escucha el nombre de Santiago o algo, baja por las escaleras para asomarse a ver si ya llegó o si está por aquí, porque lo primero que hacía era abrazarlo o jugar con él, a darle las buenas noches”, contó el papá del jugador. “El perrito está triste porque no lo ve, porque no lo ha visto en estos días”.
Su repentina muerte sacudió el mundo de la familia García Hernández y del fútbol juvenil colombiano. No hay explicaciones de por qué se fue tan pronto, sin escuchar el pitazo del final del partido ni desarrollar todo su potencial. El papá de Harlen dijo que el año pasado su hijo presentó mareos y algunas complicaciones de salud, por lo que se hizo varios exámenes de forma particular. Uno de ellos había sido una resonancia de corazón. “Todo le salió muy bien”, dijo Henry Mauricio, y agregó que se habían acostumbrado a practicarle al joven exámenes de rutina antes de arrancar con los entrenamientos y partidos.
“Era mi único hijo, mi orgullo, era mi todo. Siempre nos acompañamos el uno al otro, donde estuviera él yo estaba siempre”, dijo entre lágrimas Henry Mauricio García, a quien los compañeros de su hijo le han estado brindando su apoyo en el lugar donde suele reunirse el equipo de Harlen Santiago. “Ha sido bastante duro para ellos y más para mí”, aseveró.
“No sé clínicamente en qué pudo haberlo afectado a él el haber estado quieto todo este tiempo y comenzar un partido de un momento a otro, porque venían haciendo entrenamientos”, dijo por su parte Andrés González. “Son cosas que uno no espera, lo único que espera es que los chicos jueguen un partido, saquen un resultado positivo, se diviertan, expresen futbolísticamente sus cualidades y capacidades, salgan victoriosos y celebren cada partido”, refirió.
El mismo día de su muerte, todo el gremio del fútbol en Colombia mandó sus buenos deseos para Harlen. “Se ganaba el corazón de todo el mundo”, dijo su padre. La Federación Colombiana de Fútbol lamentó la noticia y envió un “abrazo solidario y de apoyo a familiares y amigos”.
Ahora, las redes sociales se han llenado con sus fotos y mensajes para Harlen Santiago y su familia. Incluso Faustino Asprilla se pronunció. “Mis condolencias a la familia de Harlen, un pelado trabajador y talentoso que se quedó con las ganas de brillar algún día en la Selección Colombia”, escribió.
Los que lo conocieron en la cancha, recuerdan que en 2019 tuvo uno de sus mejores momentos: en enero fue goleador de la Copa Telecafé después de hacer 17 goles en total durante el torneo. Sin embargo, ese día no celebró: a pesar de su triunfo personal, su equipo perdió la final contra el equipo La Cantera, de Risaralda. Para él, los triunfos eran del equipo. O no eran.
“El fútbol es lo que me apasiona, es lo que me llena; cada partido, cada grito de gol me hace sentir que es por lo que Dios me tiene en este mundo y de esta forma glorifico su nombre en cada celebración. Este deporte, el fútbol, es el que me acerca mucho más a Jesucristo para glorificar su nombre”, expresó el joven futbolista en su momento.
Harlen se fue sin cumplir su gran sueño: poder vestir la camiseta de la Selección Colombia de mayores, llegar a un Mundial y celebrar sus goles en algún estadio de Europa. Sin embargo, pensar a lo grande le permitió vivir con felicidad y dejar una huella inmensa en quienes, como él, están comenzando su carrera en un deporte que pone a vibrar los corazones de todo el país.