Hay una gran expectativa por cómo será el reencuentro de los príncipes William y Harry el próximo 1 de julio, cuando descubrirán la efigie de su madre, con motivo del que hubiera sido su sexagésimo cumpleaños si estuviera viva.
Los hermanos, como se ha difundido ampliamente, tienen un ya largo enfrentamiento, pero decidieron hacer una tregua con motivo del acontecimiento. Todo con el fin de que sus diferencias no empañen el acto, que pretende ser una celebración emotiva y que rescate el impacto positivo de la obra de su madre.
Pero, la pelea de los príncipes es solo uno de los varios escollos y contratiempos alrededor del monumento.
Poco tiempo después de la muerte de Diana, en 1997, empezaron las discusiones acerca de cuál sería la mejor manera de honrarla de manera perdurable. En principio, la idea de la escultura fue vista con malos ojos.
Se decía, por ejemplo, que no había escultor que pudiera captar a Diana. Se objetaba además que la obra podría dar pie al surgimiento de una especie de santuario, dada la devoción que despertó Diana en vida. No en vano el primer ministro Tony Blair la bautizó “la princesa del pueblo”.
Ante la eventual aprobación de la idea, surgió también confusión acerca de en qué periodo de su vida debía ser eternizada la primera esposa del príncipe Carlos.
Con los años, esos resquemores se diluyeron y los hijos de la princesa de Gales resolvieron impulsar el proyecto, el cual no está siendo financiado por ellos mismos, quienes, más bien, buscaron donaciones en el sector privado. Entre los contribuyentes se encuentran el cantante Elton John, gran amigo de Diana, y su esposo David Furnish.
Lo que muchos no saben tampoco es que la estatua está lista desde 2018, pero sucesos como la boda de Harry con Meghan Markle y el retiro de ellos como miembros activos de la familia real, retrasaron su descubrimiento.
Por supuesto, la ansiedad por saber cómo luce la estatua de Diana es muy grande. A fin de cuentas, su figura sigue siendo reconocida en las cuatro esquinas del planeta y es una de las personas más fotografiadas de la historia.
William y Harry le comisionaron la escultura al artista Ian Rank-Broadley. Él no es para nada un desconocido para la realeza, ya que es el autor del retrato de la reina Isabel que aparece en las monedas del Reino Unido.
En cuanto al acto de inauguración del monumento, la prensa local ha informado que los príncipes se vieron obligados a reducir drásticamente la envergadura de un evento que aspiraba a reunir a más de 100 amigos, empleados y personas que le prestaron una especial ayuda a Diana en sus dificultades. Pero las limitaciones impuestas por la actual crisis sanitaria los obligaron a reducir a su mínima expresión la lista de invitados.
Sin embargo, a celebración solo ha sido aplazada para septiembre, según el Daily Mail, de acuerdo con el cual muchos de esos amigos de Diana no ven la hora de reunirse con ellos y buscar alguna vía de entendimiento y reconciliación entre ellos.
William y Harry crecieron muy unidos y ese lazo se estrechó mucho más a raíz de la muerte prematura de su madre, cuando el primero tenía 15 años y su hermano estaba a punto de cumplir los 13.
Por años, fueron ejemplo de cariño fraternal, pero cuando Harry resolvió casarse con la actriz estadounidense Meghan Markle, William no la vio con buenos ojos. Se han hecho públicas, por parte de diversas fuentes, sus violentas peleas al respecto y hoy, básicamente, no se hablan.
En abril pasado, durante el funeral del príncipe Felipe, abuelo de los dos, William pidió no caminar en el cortejo fúnebre junto a Harry, de modo que hubo que interponer entre los dos a su primo Peter Phillips.
Se creyó que la charla de los hermanos a la salida del servicio religioso sería el comienzo de la paz, pero a los pocos días Harry se hacía sentir con una nueva andanada de críticas a la familia real, similares a las que expresó cuando él y su esposa le dieron su incendiaria entrevista a Oprah Winfrey.
La estatua estará ubicada en un lugar especial del Palacio de Kensington, en uno de cuyos espaciosos apartamentos vivió Diana con Carlos y sus hijos.